miércoles, 12 de junio de 2013

UN MANUAL INUTIL (15)

UN MANUAL INÚTIL (15)
Por Jorge C. Oliva Espinosa

LOS SINDICATOS
Los sindicatos surgieron como una necesidad. Contra el régimen de
explotación capitalista se planteó, desde temprano, la defensa de los
trabajadores por condiciones humanas de trabajo y por mejores
salarios. Frente a los desmanes del propietario de los medios de
producción, se alzó EL SINDICATO. La lucha fue heroica y jalonada de
sangrientas jornadas. Al fin, la unión de las masas desposeídas venció
y el obrero obtuvo conquistas que mitigaron sus penurias. En el
doloroso proceso de transformación del Capitalismo Primitivo al
Moderno, un papel fundamental lo tuvo EL SINDICATO. Sin embargo, los
padres del Socialismo Científico plantearon que el proletariado no
debía luchar por migajas, sino por el poder. Y en algunos países lo
alcanzaron. Entonces se presentó una nueva situación. Ya no existían
explotadores contra quienes luchar, ni demandas que exigir. Las
fábricas pertenecían al Estado, que representaba a la sociedad de
productores en su conjunto. Eran de todos. Había terminado la
apropiación individual de la plusvalía y el plus trabajo se revertiría
en beneficio social. Pero había que poner a alguien a administrarlas.
Alguien que asumiera el papel rector, desempeñado anteriormente por el
dueño. ¿Y los Sindicatos?... Estaba claro, que una vez en posesión de
los medios de producción, tendrían nuevas tareas, distintas,
difíciles. El genial Lenin escribió un libro sobre el tema. Estoy
seguro que algunos de nuestros dirigentes sindicales han oído hablar
de esta obra. Aquí, en nuestra isla socialista, había que velar porque
aquellos compañeros designados para desempeñar las tareas de
dirección, no se sintieran solos y abandonados frente a las masas con
menos desarrollo político, que podrían desmandarse en exigencias y con
su indisciplina abrirle las puertas a la anarquía. A fin de cuentas,
ellos, los administradores, eran también trabajadores que, por sus
méritos, habían recibido la histórica encomienda. Por eso, desde un
inicio, nuestros sindicatos fueron el apoyo más poderoso con que contó
la Administración Revolucionaria. Aún en los tiempos en que todavía no
existía el Partido. ¡Qué época aquella! ¿Cómo pudimos vivir sin "la
fuerza dirigente superior e la sociedad y del Estado"? (*)... Sin
nadie que los orientase, ¿se dirigían ellos mismos nuestros
sindicatos? Por suerte, ahora tenemos al Partido para conducirlos
"hacia los altos fines de la construcción del socialismo" (*). Por
feliz conjunción, en cualquier Empresa el Director y el dirigente
sindical, son ambos militantes del Partido. Eso garantiza la unión.
Claro, que a algunos se les ha ido la mano y convierten al Sindicato
en una extensión de la dirección y del Partido. Baste si no, la
siguiente anécdota llena de exageración y malicia. La oí en la calle y
tal como la oí, ahí les va:

La Empresa andaba mal. Los indicadores no se cumplían y el ausentismo
alcanzaba niveles tales, que muchos talleres permanecían cerrados por
falta de personal. Entonces la Administración decidió convocar a una
asamblea general de trabajadores y tomar allí, en consenso, medidas
extremas.
-Hemos decidido que los ausentistas sean ahorcados en cuanto se
reporten a trabajar... -Anunció el compañero Director, y todos
levantaron la mano en señal de aprobación. Sólo el representante del
sindicato no levantó la suya y pidió la palabra:
-Antes de emitir nuestro voto y, velando siempre por los intereses de
nuestros afiliados, pedimos una aclaración: ¿La soga debe traerla cada
cual, o la pondrá la Administración?..

(*) El entrecomillado y en cursiva, se ha entresacado del artículo 5
de nuestra Constitución.
NOTA DE ESTA EDICIÓN: Recordamos al lector, que este artículo se
escribió al principio del Período Especial y por lo tanto no tiene
conexión alguna con la posposición para el 2014 del próximo Congreso
de la CTC. Sempronio, Editor.


--
________________________________________________________________
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com.es
jorgecoliva@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario