lunes, 3 de junio de 2013

QUÉ QUEREMOS

QUÉ QUEREMOS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Un amigo extranjero, de los tantos simpatizantes que tiene Cuba, me
dijo que no entendía nuestra inconformidad. Se mostró muy sincero, él
es un hombre de ideas progresistas, vive y sufre bajo un sistema
explotador, donde la injusticia es la norma y la libertad una farsa.
Más aun, no es de los que se quedan en las ideas y participa
activamente en manifestaciones de protestas y, por supuesto, es un
entusiasta activista de los comités que, esparcidos por todo el mundo,
defienden las causas cubanas, como el cese del bloqueo, la devolución
del territorio de Guantánamo y la libertad de los cinco patriotas
injustamente condenados en EE. UU. Ha venido a Cuba varias veces,
formando parte de los grupos de solidaridad atendidos por el ICAP
(Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos) y a pesar de no tener
una visión idílica de nuestra realidad, lo ve todo color de rosa.
Quizás este amigo piensa así, porque compara lo que vive allá con lo
que aquí ve o con lo que aquí le dejan ver. Por eso no entiende
nuestras críticas y muchas de nuestras posiciones. Según él, debemos
apoyar incondicionalmente a nuestro gobierno y no mostrarle al enemigo
desacuerdos que pueda tomar como indicios de grietas por donde atacar.
Ello pudiera alimentar sus esperanzas de destruir lo que hemos logrado
y revertir nuestro sistema. En una palabra, hacernos regresar al
capitalismo.
Comprendo que para un hombre de izquierda, que vive en un país
capitalista, le sea difícil entender nuestros reclamos. Tan difícil,
que puede llegar a catalogarnos como antipatriotas. Con sus criterios,
nos veríamos en un plano similar a los primeros soviéticos que se
atrevieron a criticar al régimen estalinista. Aquellos que denunciaron
con valentía la perversión del ideal socialista, fueron tachados de
divisionistas, traidores, agentes del fascismo y enemigos del pueblo.
Yo sí entiendo a este amigo extranjero y valoro su sinceridad. Porque
lo entiendo y para que no pueda calificarnos ni él ni nadie de
renegados, decepcionados o cansados, voy a explicarle qué queremos.
En primer lugar, queremos el socialismo, no renunciamos a nuestro
sueño y jamás consentiremos retornar al pasado. Pero un Socialismo
Participativo y Democrático, el verdadero poder de las masas. No el
socialismo que ya probó en demasía su ineficacia. Queremos un
socialismo "con todos y para el bien de todos". Donde todos puedan, en
pleno goce de la libertad, elegir a sus conductores. Sin embargo, esta
libertad política no se alcanza, sin antes recuperar lo que le
pertenece a cada cual en el plano económico. Por eso reclamamos que
los obreros sean los verdaderos dueños de los medios de producción.
Únicamente así, se liberarán las fuerzas productivas hoy aherrojadas.
Queremos que cada cual reciba lo proporcional a lo aportado y que al
que menos aporte, le alcance lo recibido para vivir decorosamente.
Queremos que la soberanía regrese al pueblo y que por encima de la
Sociedad, y del Estado que representa a esa sociedad, no se alce
ningún partido que le usurpe la soberanía al pueblo. En esa sociedad
soberana que deseamos, coexistirán múltiples opiniones, todas
respetadas, todas debidamente representadas y ninguna atentatoria a la
unidad nacional y a los objetivos de la sociedad socialista. Entonces,
se cumplirá la voluntad de la mayoría, porque esa mayoría ejercería el
poder. El poder de las mayorías, eso entendemos por democracia. Pero
no la democracia falsa que ostenta el Imperio, sino la democracia
donde todos participen en la toma de las decisiones que les atañen y
afectan. Esa es la que queremos. Queremos que los trabajadores elijan
a los sindicatos que defienden sus intereses, los estudiantes a sus
líderes, los campesinos a sus representantes, las mujeres a sus
dirigentes, el pueblo a sus gobernantes. Y que los así elegidos
gobiernen cumpliendo la voluntad popular, atentos a las críticas y
sometidos a la fiscalización de sus electores. Queremos una prensa que
cumpla su función orientadora y crítica, capaz de promover el debate
de nuestros problemas y la búsqueda de sus soluciones. En una palabra,
queremos socializar la sociedad, convertirla en una real sociedad
socialista. Eso y no otra cosa, es lo que queremos.
Desde Regla, ayer "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión
de rebelde cubanía.
Junio 3 de 2013

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com.es
jorgecoliva@gmail.com

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