lunes, 22 de diciembre de 2014

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE OBAMA

--CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE OBAMA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Señor Presidente: Se dirige a Usted un cubano de los muchos que aman a
nuestra Patria y desean lo mejor para ella. Lo hago con todo respeto,
para saludar su histórica decisión de modificar la política de su país
hacia el nuestro y de reconstruir, sobre nuevas bases, las relaciones
rotas desde hace más de medio siglo; es una decisión sabia y valiente,
con ella Usted, Señor Presidente, ha ganado un lugar en la historia.
Este intento suyo por normalizar las relaciones entre dos vecinos
cercanos, unidos y a la vez separados por la historia compartida, lo
hace a Usted merecedor de gratitud y reconocimiento.
Con satisfacción leí su alocución informando sobre el restablecimiento
de relaciones diplomáticas con Cuba; en ese comunicado, Usted demostró
conocimientos de nuestra historia, citó al prócer cubano José Martí y
hasta usó cubanismos. Seguramente usted también conoce que, al término
de nuestras prolongadas luchas independentistas, los Estados Unidos de
Norteamérica intervinieron en el conflicto y nos ocuparon,
establecieron un gobierno militar y cuando no les quedó más remedio
que cumplir la Resolución Conjunta, -la que proclamaba que Cuba debía
ser independiente- nos impusieron un apéndice a nuestra primera
Constitución que nos convirtió en un protectorado y mutiló brutalmente
nuestra soberanía; ese fue el comienzo de nuestra vida como nación y
como república. A lo largo de su existencia mi país sufrió la
injerencia permanente del "Gran Vecino del Norte" en sus asuntos
internos y vio sus intereses nacionales supeditados siempre al interés
norteamericano; el que nunca nos consideró ni respetó como país
independiente. A Cuba se le atacó con todo tipo de armas y cientos de
actos terroristas se llevaron a cabo contra ella. Con estos
antecedentes, Usted comprenderá por qué los cubanos no guardamos muy
buenos recuerdos de nuestras relaciones; ahora usted anuncia que las
normalizará, como las que deben primar entre vecinos civilizados y
esto constituye un cambio radical en la apreciación de nuestras
diferencias y un respeto irrestricto a nuestras respectivas
soberanías. Ese respeto recíproco incluye, no imponer al otro nuestros
criterios, ni pretender subvertir nuestras formas de gobierno. En ese
sentido, Señor Presidente, tomo nota de su humanitaria preocupación
por la vigencia de los derechos humanos en Cuba y por trasladarnos la
"democracia" que ustedes, los norteamericanos, entienden como el mejor
sistema. Por mi parte, me gustaría que prestara igual atención al
ejercicio de esos mismos derechos humanos en su país, donde la tortura
fue permitida y reglamentada; donde existen presos que se mantienen
por tiempo indefinido en sus cárceles, sin procesamiento judicial ni
asistencia legal; donde un policía, casi siempre blanco, puede
asesinar de forma impune a un joven negro. Pero, claro, entiendo que
esos son asuntos suyos y solo competen a ustedes; por ello me abstengo
de hacerle cualquier solicitud al respecto.
Termino deseándole éxitos en su gestión presidencial y en su empeño de
enrumbar por otros derroteros la política de ustedes hacia nosotros,
cometido que beneficiará a nuestros dos países y que como usted dijo
"en cubano: no será fácil." En lo personal permítame, Señor
Presidente, desearle unas felices navidades y un próspero año 2015
para usted y su familia. Para reciprocar su gesto de usar nuestro
idioma, que interpreto como un esfuerzo por entendernos mejor y
animado de la misma intención, le digo: ¡Merry Christmas and Happy New
Year!
Desde Cuba, República soberana e independiente, diciembre 23 de 2014.

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

viernes, 19 de diciembre de 2014

WASHINGTON EN LLAMAS

-- WASHINGTON EN LLAMAS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

A partir del ya cercano enero, los republicanos dominarán la Cámara y
el Senado; en otras palabras, el Capitolio será republicano, mientras
que en la Casa Blanca, un presidente demócrata tratará de terminar lo
mejor posible su debilitado mandato. Una feroz pugna matizará el
tiempo que le queda a Obama para entregar la presidencia; será una
guerra de todos contra todos, donde se emplearán, sin miramientos
éticos, todas las armas. En el último tramo, nada fácil le espera al
primer presidente negro que ha tenido Estados Unidos; hasta dentro de
su partido le saldrán desafectos, demócratas que no aprueben sus
decisiones. Está claro que cualquier iniciativa presidencial
encontrará, por parte del Legislativo, una oposición cerrada, un
boicot a toda medida que trate de implantar en el marco de sus
atribuciones ejecutivas,. El Congreso norteamericano aprueba el
presupuesto y puede negar los fondos necesarios para ejecutar los
planes del Señor Presidente. Presenciaremos una lucha enconada entre
los dos poderes, pues el Ejecutivo no se quedará con los brazos
cruzados y de seguro replicará con los recursos que la ley le otorga.
Sin embargo, no será este el único conflicto que azote como un huracán
a Washington, envolviéndolo en una verdadera guerra;.dentro del mismo
Partido Republicano se librarán también feroces combates. La
permanencia o aflojamiento del bloqueo será uno de los desacuerdos
principales; los intereses económicos de las clases que representan en
sus Estados respectivos, serán "la manzana de la discordia" dentro de
ambas cámaras legislativas. El medio oeste agrícola-cerealero ve
perder en Cuba un mercado seguro y cercano y reclamará a sus senadores
y representantes la posibilidad de apertura para sus exportaciones; lo
mismo ha de ocurrir en otros sectores manufactureros, industriales en
general, empresas del transporte, hoteleras y entidades financieras.
Satisfacer la demanda de sus electores se impondrá por encima de las
consignas partidistas y contemplaremos la división y el fraccionalismo
campeando en el Capitolio; allí también se escenificará la lucha de
republicanos contra republicanos; los recalcitrantes floridanos como
Marco Rubio y adláteres se quedarán cada vez más solos; contra ellos,
otros republicanos tomarán el camino del pragmatismo y harán valer sus
votos; esta pugna interna pondrá en crisis la unidad del Partido y su
fuerza de oposición conjunta. Sin temor a exagerar, podremos afirmar:
¡WASHINGTON ESTÁ EN LLAMAS!

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Diciembre 22 de 2014


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

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jorgecoliva@gmail.com

jueves, 18 de diciembre de 2014

ANTE EL CAMBIO DE BOLA

ANTE EL CAMBIO DE BOLA
Por Sempronio, el de Regla

Al parecer han entrado en razones y comprobado que el bloqueo estaba
perjudicando tanto a bloqueados como a bloqueadores. En el mercado
cubano irrumpen otros suministradores prestos a ocupar el espacio que,
tradicionalmente, era norteamericano. Eso en lo económico y comercial,
que en lo político el gobierno yanqui ha perdido su antigua influencia
sobre el hemisferio, aquel que fue su traspatio; y en los foros
internacionales resulta cada vez más aislado. Y comencé diciendo "Al
parecer", porque de los pérfidos vecinitos siempre hay que desconfiar.
A mí, su cambio de bola me ha inspirado estos versitos:

POR SIACA
Por si quiere dialogar,
Al taimado americano
Tiendo mi mano franca;
Pero sin soltar la tranca
Que tengo en la otra mano.

Es cierto que el paso dado por Obama merece respeto y reconocimiento.
Su posición es valiente, hace uso de las prerrogativas presidenciales
para suavizar y aflojar la tuerca del bloqueo que nos estrangula. Pero
el aplicar con licencia esas restricciones, desafía a un congreso que
le es hostil, que está dominado por sus enemigos, y es de esperar que
le hagan la vida un yogur. También se le opondrá cerrilmente la
derecha tradicional: los del Tea Party, la Sociedad del Rifle y los
racistas del KKK que no le perdonan que sea negro y haya llegado a
Presidente, además de la enclenque y ya decrépita representación
floridana de origen cubano, origen bien lejano, de los Díaz Balart y
Ross Lethinen. Más peligrosos me parecen los terroristas miamenses;
ellos hasta ahora han vivido de la contra; de tanto "guerrear contra
el castro-comunismo", adquirieron alergia a cualquier actividad
laboral y ahora tendrán que buscarse una pincha. De seguro harán actos
desesperados por frustrar esta oportunidad de entendimiento. ¡Hay que
andar sigiliaos y a la viva!

Desde Regla,
Tierra bendita de Yemayá, cuna bravía de los abacuá.
Diciembre 18 del ya histórico 2014




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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
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jorgecoliva@gmail.com

miércoles, 17 de diciembre de 2014

MIS MEJORES DESEOS

-- MIS MEJORES DESEOS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Apenas unos días nos restan de este 2014 que, como todo lo vivido, se
convertirá en pasado. Hoy me aprestaba a realizar un recuento de este
período y enviar a mis amigos y lectores mis mejores deseos de
felicidad; cuando, este 17 de diciembre del 2014 se convierte en día
histórico y le da al año ese carácter. Los presidentes de Cuba y de
Estados Unidos han dado el primer paso para la normalización de
relaciones entre nuestros países. Los tres héroes antiterroristas que
aún permanecían en las cárceles norteamericanas, ya están en el suelo
patrio. La alegría se apodera de nuestras calles y se multiplica en
otras ciudades del mundo. Cuba, por su parte, ha liberado al espía de
origen cubano que facilitó el arresto de nuestros cinco hermanos y,
por razones humanitarias, ha sido devuelto a su país el "contratista"
norteamericano Allan Gross; también se liberó a otros .sancionados por
los que se interesaba Washington.
Todo camino comienza con un primer paso y este fue dado hoy; el camino
que nos lleve al pleno restablecimiento de relaciones, será largo y
lleno de dificultades, pero las posibilidades de acuerdo y la solución
de problemas de interés común son ciertas y están probadas.
Hacia nosotros, como futuro inmediato, avanza el 2015; viene cargado
de expectativas. Entre ellas resaltan, por la incidencia que tendrán
en nuestras vidas, la tan esperada unificación monetaria, el aumento
de las inversiones extranjeras, tan necesarias para elevar nuestro PIB
a los niveles requeridos para el desarrollo y la próxima Cumbre de
Panamá, donde el presidente Obama, enarbolando otro "New Deal" quizás
restaure las deterioradas relaciones hemisféricas de Estados Unidos;
igualmente, es de esperar que el contacto personal contribuya con la
distensión y consolide el camino hacia la normalización de relaciones
entre el poderoso vecino del norte, siempre lleno de hegemónicas
pretensiones, y la pequeña isla que solo aspira a que la dejen vivir y
proyectar su futuro. Es el momento propicio para que nuestro enemigo
secular, abandone la absurda, injusta, genocida y fracasada política
con que pretendió destruirnos durante más de cincuenta años. Se lo han
dicho importantes sectores de la sociedad norteamericana,
personalidades de todas partes y organizaciones internacionales. El
cese del bloqueo favorecerá por igual a las dos partes. No aspiramos a
que cambien, abandonen sus ambiciones imperiales y se conviertan en
amigos sinceros; nos basta que, llenos de pragmatismo, se comporten
como vecinos juiciosos, con los cuales se pueda convivir de forma
civilizada.
En este panorama preñado de riesgos, posibilidades y esperanzas,
quiero enviar a mis queridos amigos y lectores, mis mejores deseos
porque el 2015 les traiga bienestar material, éxitos profesionales,
dicha espiritual y la salud necesaria para disfrutarlos a plenitud.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Diciembre 17 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
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lunes, 15 de diciembre de 2014

UN PAN CON GUAYABA, LA VIDA

-- UN PAN CON GUAYABA, LA VIDA... (*)
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Increíblemente, las tundas recibidas en mis broncas infantiles, me
habían dotado de una gran resistencia. Cierto que ahora los golpes
eran propinados por bestias con aspecto de hombres, pero a mí me
sucedía lo que a esos boxeadores que han desarrollado lo que llaman
"poder de asimilación". Por lo general, el dolor aparecía al otro día,
pero no en el momento en que me pegaban. Eso me trajo problemas; los
esbirros, al ver que no me quejaba, se extremaban conmigo y tomaban mi
resistencia como una bravuconada desafiante: "¡Eh, pero miren al
flaquito este, es guapetón!" Decían admirados de mi reacción y me
premiaban con golpes adicionales.
No podré olvidar nunca la paliza que recibí aquella vez. Habíamos sido
detenidos frente al cementerio de Colón y conducidos al siniestro Buró
de Investigaciones a la entrada del puente que une al Vedado con el
reparto Kholy y Marianao. Desde que nos bajaron en el lugar, mis
compañeros y yo recibimos una lluvia de golpes, pero como yo no me
quejaba ni me caía, me dieron especial atención. Fui separado de los
demás y conducido a un calabozo del sótano, donde había un
desconocido. Nunca conocí su nombre, pues tenía la boca hinchada, sin
dientes y apenas podía hablar. Aquellos monstruos se habían ensañado
con él y ya no era más que un guiñapo humano. Que me hubieran tirado
en su misma celda, era un mensaje siniestro que me enviaban: me harían
lo mismo y me convertirían en un amasijo de carnes ensangrentadas.
Y comenzó la tortura de una espera de algo terrible, que sobrevendría
ineludiblemente; ya debía ser de noche o quizás madrugada, cuando un
guardia me llamó: "Esto es para ti, cómetelo", dijo con una sonrisa
cínica, mientras me extendía a través de la reja, un pan con guayaba.
Era solo un pan con guayaba, uno solo y allí éramos dos los detenidos.
En un principio, pensé rehusar aquel obsequio pero, desestimé la idea
y exigí otro para mi compañero de infortunio. La respuesta fue
lacónica y cruel: "Ese ya no lo necesita". Yo tenía el estómago
estragado, pero decidí que al otro le hacía más falta que a mí, quizás
le ayudaría a recuperar algo de energía. Cuando me le acerqué para
ofrecerle el bocado, hizo un acopio de fuerzas y me susurró: "Cómelo
tú... que no hayan traído para mí, significa que esta noche me matarán...
Ellos no hacen nada por gusto..." Fue todo lo que pudo balbucear, a
intervalos, haciendo un gran esfuerzo.
Poco tiempo después, tres sicarios se llevaron, a rastras, su cuerpo
casi inanimado. Me pareció que, en el último instante, me dedicaba una
mirada vidriosa, como despedida. Aquellos ojos me trasmitieron su
profunda convicción: había que continuar la lucha, no había otras
alternativas que la victoria o la muerte. Nunca supe su nombre, ni su
destino final. Es muy probable que aquella madrugada hubiera ascendido
al panteón de los mártires y que su cadáver cribado de balazos
amaneciera en una de nuestras calles. Desde entonces, un pan con
guayaba, ese bocadillo tan común, socorrido y nuestro, me trae un
significado, una terrible reminiscencia que otros no pueden imaginar.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Diciembre 15 de 2014.
(*) Este relato forma parte de "Memorias de un combatiente", donde
recogí episodios de la lucha clandestina (1952-1958).
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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
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Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
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miércoles, 10 de diciembre de 2014

MI PRIMERA NOVELA

-- MI PRIMERA NOVELA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Comenzaban los años noventa del siglo pasado, nuestro país se
adentraba en una profunda crisis, su PIB se había desplomado y su
propia existencia como nación corría peligro. La "poderosa Unión
Soviética" se desintegró y los países del llamado "campo socialista"
decidieron regresar al capitalismo. De repente, Cuba se encontró sin
fuente de suministros, ni mercado para sus escasas producciones; los
generosos hermanos de las vísperas, se convirtieron en exigentes
acreedores, que reclamaban el pago de cualquier transacción en moneda
dura, poniendo fin al beneficioso intercambio comercial que hasta ese
momento nos mantenía a flote. Como por arte de un maleficio, todo
comenzó a escasear, nos vimos hundidos en la penuria y el
desabastecimiento se generalizó. La falta de materias primas paralizó
muchas fábricas; mientras que la escasez de combustible para el
transporte y la generación eléctrica, afectó al resto. Nuestros
pueblos y ciudades se sumieron en la oscuridad, parecíamos un corazón
infartado, algo que se revolvía en sus últimos estertores y que
amenazaba con paralizarse en cualquier momento. Como defensa ante la
agobiante realidad, me atrincheré en la cátedra universitaria y en mis
recuerdos. En la primera, hacía años ya que, entre clase y clase,
relataba a mis alumnos, episodios que viví y que podían servirles de
inspiración y guía. La evocación de un pasado del que me sentía
orgulloso, comenzó entonces a tomar cuerpo en relatos que escribí en
forma novelada; fue así que nació "EL TIEMPO QUE NOS TOCÓ VIVIR",
testimonio que mi generación tenía el deber de trasmitir a la presente
y a las futuras. Era la parte que me tocaba pagar de aquella deuda y
constituía un proyecto ambicioso; pues abarcaría todo el tiempo
transcurrido desde mi toma de conciencia, la que me convirtió de ser
biológico en ente político, hasta los cruciales momentos que vivíamos.
Y me entregué por entero a vestir con palabras escritas mis recuerdos.
Mientras tanto, más realistas, tres ex alumnos míos, ya ingenieros
graduados, convertían mi extenso patio de Fontanar, en huerto
productivo de yuca, maíz y boniatos. Aquella labor productiva
contribuiría a paliar el déficit de alimentos de cuatro familias
cubanas. Diez años atrás, siendo estudiantes, dos de ellos, habían
venido a vivir con nosotros a nuestra casa y poseían llaves de la
misma: George y Roberto. Ambos tenían algo en común: eran hijos de
padres desaprensivos, que habían priorizado sus trabajos y los deberes
de sus altos cargos en detrimento de la atención debida a los hijos y
a la familia. Los dos encontraron en mi hogar cama y mesa y en mí la
figura paterna de que carecían y añoraban. Como a hijos los traté y
como hijos se comportaban. Asumían deberes filiales que nadie les
imponía y de los derechos se apropiaban como cosa natural. Así, era
frecuente que al llegar de nuestros trabajos, mi esposa y yo los
encontráramos enfrascados en la limpieza de la casa o en la chapea del
patio, o que, en representación nuestra, asistieran a las reuniones de
padres que se efectuaban en la escuela de nuestros pequeños hijos.
Durante todo ese tiempo, nuestros lazos afectivos se habían ido
estrechando, haciéndonos una verdadera familia. Habíamos asistido a
sus graduaciones como profesionales, seguimos con interés sus
desarrollos, compartimos cada episodio de sus vidas, nos alegramos de
sus éxitos y nos preocupamos por sus problemas; así los vimos contraer
matrimonio y convertirse en padres.
Con estos antecedentes, lleno de las ilusiones de todo soñador, cuando
en 1994 George salió para una beca de posgrado en España, le entregué
tres copias de mi primer engendro literario. Él debía presentar los
tres ejemplares al concurso de novelas que le pareciera más propicio.
No bien llegó, sus noticias no pudieron ser más decepcionantes: "todos
los concursos estaban amañados, no valía la pena probar". Sin embargo,
dejaba una esperanza en un encuentro que relataba como casual: "El
alemán Harald Zeese, acaudalado empresario a quien había atendido como
posible inversionista hotelero en Cuba, ofrecía gestionar la
publicación de mi novela." Mi aprobación fue espontánea; si esa era la
única posibilidad de publicar, debíamos probarla. Al año siguiente,
regresó George de su beca y no tardó en seguirle y llegar a La Habana,
una joven argentina que había sido su condiscípula del posgrado y con
la cual, era evidente, le unían lazos amorosos. Luego de una breve
estancia entre nosotros, la argentina volvió a su país y George no
tardó en seguirle, después de deshacer su matrimonio cubano de forma
traumática. Atrás dejaba una hija de apenas cuatro años y una patria
que no sería ya su residencia permanente. Desde Buenos Aires, donde
procuraba asentarse, daba noticias de su nueva vida, pero de la novela
y de las gestiones por publicarla nada. Así llegó el año 1998 y
amigos, desde España, me felicitaban por la publicación de mi obra,
pero se extrañaban que, en la misma, se dijera que mis dos nombres y
apellidos eran solo el seudónimo tras el cual se ocultaba un "héroe ya
fallecido de la Revolución Cubana que había dejado a su hijo aquella
obra autobiográfica para que se publicara después de su muerte". La
novela se anunciaba por Internet como "testimonio de una generación
ante el fracaso de los ideales por los que luchó". El nombre del
fallecido héroe no se daba a conocer, pero más extrañeza les causó a
mis remitentes, el leer que yo había sido un piloto de guerra, de los
pocos que pelearon en Playa Girón, que había recibido condecoraciones
del Viet Cong y que, a su regreso a Cuba, había sido purgado por
disidente. Los datos biográficos correspondían en parte a Douglas
Rudd, el padre de George, quien me remplazaba como oculto autor de mi
obra. Efectivamente, Douglas había participado como piloto contra la
agresión mercenaria de 1961. Pero más tarde, había pasado a la
aviación civil, donde se involucró en un plan de secuestro de su avión
y posterior deserción; por ello fue juzgado y la sentencia se limitó
al retiro de su licencia como piloto. Nunca fue un luchador contra la
dictadura batistiana; por el contrario, perteneció a la fuerza aérea
de Batista y desertó de la misma cuando disfrutaba de una beca en los
Estados Unidos. Así, suplantada mi autoría y desfigurada la biografía
del supuesto autor, con mi nombre convertido en seudónimo, apareció mi
novela. Desde Buenos Aires empezaron a llover explicaciones
incongruentes que nada aclaraban. Después de negar que la novela había
sido publicada, cuando lo enfrenté a testimonios recibidos en
contrario, George me felicitaba por la "esperada conversión de mi obra
en libro"; evento que le había sorprendido tanto como a mí y añadía
que parecía haber tenido buena acogida y que me enviaría un ejemplar
"comprado de su peculio". Nada de los contratos firmados que habían
posibilitado su publicación, ni de sus cláusulas; una de las cuales,
tal como se estila, debía ser la entrega de un número de ejemplares de
forma gratuita. Evasivo, cuando le solicitaba esos detalles
elementales, él respondía con informaciones que no tenían nada que ver
con mis preguntas y que muchas veces contradecía en su próximo
mensaje. Aquello era bien extraño, pero al comienzo de 1999, llegó el
ejemplar prometido acompañado de una carta. La portadora era la nueva
cuñada argentina de George, la que llegaba como turista a Cuba. Como
dedicatoria, en la primera página de aquel libro, George justificaba
la suplantación de mi autoría, como una forma de protegerme contra
posibles represalias gubernamentales y como póstumo homenaje a su
padre. En la carta añadía nuevas incongruencias. La obra no tenía
mercado, apenas se vendía y habría que esperar a la liquidación de
ventas que harían las editoriales para recibir un porciento como
dividendos. (¿Las editoriales? ¿Más de una? ¿Cuándo se efectuaría
dicha liquidación? ¿Qué porciento me correspondía?). Acerca de lo
pactado en los contratos, George se limitaba a informarme que: "De la
parte que me tocara, serían deducidos los gastos incurridos por el
inversionista Harald Zeese; esos gastos incluían pago a los
traductores, publicidad, comisiones a las Agencias Literarias y viajes
de gestión". Mientras tanto, amigos en México, Estados Unidos y
España, me informaban que mi novela se vendía como "pan caliente" y
que ya se había agotado en las principales librerías de Miami,
Barcelona y el mexicano D.F. Otro amigo, esta vez desde Alemania, me
decía de la aparición de una edición alemana (la segunda) de "El
Tiempo que nos tocó vivir"; este hijo de cubano y alemana, como era de
armas tomar, había llamado a la editora AufBag Verlag y allí le habían
dado la dirección de un tal Thomas Colchie, representante literario
del supuesto autor, que radicaba en Detroit, New York. El componente
imperial aparecía y un abismo de insalvables contradicciones se abría
entre lo que declaraba mi ex alumno y los testimonios que recibía yo
de distintos lugares del globo. Algo andaba muy mal. O mi muchacho
había sido víctima de estafadores internacionales, o era ejecutor de
la estafa y mentía descaradamente. Así, entre evasivas y
contradicciones, llegó el año 2000. Para aclarar las atormentadoras
dudas, escribí a las editoriales española y alemana y al señor
Colchie. La editorial Plaza y Janés, radicada en Barcelona me
respondió que había editado la obra por encargo de la Agencia
Literaria Mercedes Casanova, representante del agente Thomas Colchie;
mientras la alemana decía haber negociado las condiciones del
contrato, directamente, con este mismo señor, al que había adelantado
35mil dólares. Las informaciones convergían sobre la intervención de
un norteamericano en el asunto, por lo que me incliné a ver la mano
enemiga tras las bambalinas. Del error me sacó una llamada que recibí
desde el mismo New York. Era el agente literario Thomas Colchie. A
través del teléfono escuché, asombrado, su voz que reclamaba, en
deplorable castellano, inocencia en el engaño y que ofrecía devolverme
lo ya cobrado como honorarios por sus gestiones. Rechacé la oferta y
él prometió enviarme escaneados todos los documentos referidos a la
publicación que obraban en su poder. No tardó en cumplir su promesa y,
estupefacto, leí documentos donde constaban los miles de dólares
pagados por las editoriales como adelanto y las transferencias
bancarias remitidas por el Señor Zeese a George Rudd en Argentina. De
paso, me aclaraba Míster Colchie que los gastos de traducción los
asumía cada editorial y que todas, como era usual, pagaban un
significativo adelanto en el momento de firmar el contrato. Añadía una
editorial francesa que también había publicado mi texto traducido al
idioma galo. Esta última, la "Hachette Literátures" de París, en su
nota de solapa, anunciaba que "por haber podido escapar de Cuba su
hijo, ahora era posible revelar el nombre del verdadero autor: Douglas
Rudd." Se redondeaba así la canallada.
La reacción de George fue la del ofendido, yo había desconfiado de él
y había creído lo que me decían otras personas. El hecho de yo haberme
dirigido a las editoriales cerraba toda posibilidad de cobrar algo,
pues el Señor Zeese se abstendría de toda acción ante el escándalo que
yo había formado. Todavía yo me negaba a las evidencias y quería
pensar que George era tan víctima como yo. Sin embargo, sus siguientes
afirmaciones me probaron lo contrario. Aseguraba no haber cobrado nada
y que los 500 pesos que me había enviado, a través de un turista
argentino, eran producto de su bolsillo. Ya no podía caberme duda
alguna de su infamia, la que me sumía en honda depresión. No obstante,
y para ver hasta dónde llegaba, mi esposa le envió la parte superior,
solo esa parte, de las transferencias bancarias despachadas a su
nombre. Y la respuesta fue inmediata: correspondían a préstamos
personales solicitados por él a Zeese. Entonces, para quitarle de una
vez la máscara de Tartufo, mi mujer envió la parte inferior de dichos
documentos, donde se declaraba el motivo de estos envíos: "Pago por
Derechos de Autor".
Dante destinó para los traidores la cuarta zona del noveno círculo de
su infierno, el más profundo y siniestro; no pudo escoger lugar más
indicado, pues la traición, como toda obra maligna, lleva implícita la
crueldad. El traidor obra desde la sombra, con lo inesperado a su
favor; tiene plena conciencia de que causará sorpresa, dolor y daño,
pero confía en que la confianza que la víctima ha depositado en él, le
garantiza el éxito de su acción y la impunidad. En ese sitio del
Averno, donde reina Judas, el que vendió a su Maestro por treinta
monedas, debe tener reservado su lugar aquel ex alumno a quien amé
tanto y que terminó hundido en el lodazal de mentiras con que
pretendió ocultar su felonía. Sin duda, mi infirió un profunda herida,
pero la lealtad encontrada en muchos nobles corazones, me permite
conservar mi filantropía y mi fe en la amistad.

PD: Me ha costado muchos años, el poder describir esta infamia. ¡Dolía
demasiado y aun duele! Ruego, encarecidamente, a todos mis amigos
radicados en Argentina, que divulguen entre sus compatriotas esta
denuncia, pues el monstruo vive, actualmente, allí.

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
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martes, 9 de diciembre de 2014

COMENTANDO

-- COMENTANDO...
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Querido JL:
¿Te leíste con detenimiento este asqueroso artículo? En "¿Por fin,
quién empezó?", el tipejo de apellido vasco afirma que Batista se cayó
porque los americanos le retiraron su ayuda militar. Las bombas que
utilizaba la aviación batistiana contra los rebeldes, no provenían del
gobierno norteño, sino de oficiales de la Base de Guantánamo que, a
espaldas de ese gobierno, las suministraban. Como si cualquier oficial
del USARMY pudiera hacer semejante cosa. Además, los pobrecitos
yanquis no fueron hostiles a la Revolución desde su inicio; no señor,
fue Fidel con su atávico rencor, plasmado en una nota dirigida a Celia
en plena lucha guerrillera. Luego, cuando triunfamos, fueron los
Revolucionarios quienes comenzaron las hostilidades al comprarle el
petróleo a los rusos. Ellos, (los americanos) gentiles como siempre,
se limitaron a protestar, mediante nota diplomática, porque hacíamos
comercio con su enemigo. Eso no es intromisión o injerencia en asuntos
ajenos, es respeto a la soberanía de otros y lo demás es bobería.
Entonces, cuando La Habana desoyó el "respetuoso" llamado, Washington
no tuvo más remedio que responder con la reducción de nuestra cuota
azucarera.
Esa es la versión "histórica" que brinda este renegado de la peor
especie, la de los que reniegan del suelo donde nacieron. De seguro
que, si se decide a hacer un recuento de nuestro nacimiento como
nación, va a contradecir a Emilio Roig de Leuchsering y afirmará que
debemos la independencia a la intervención de los norteamericanos en
nuestra gesta independista.
Sempronio le iba a responder en lenguaje bien cubano, con malas
palabras y todo. Pero le aconsejé que no lo hiciera, pues no valía la
pena, porque lo que está buscando este sujeto es que le den eco y
divulgación a sus libelos. También se está buscando su pasaje a La
Habana para después, con su labor,
ganarse la visa USA o quizás reclamar la ciudadanía española, amparado
en su ascendencia vascongada.
Pero puede ganarse también que cualquier cubano digno, le dé una buena
zurra por renegado. Entonces, seguro que dirá que fue la Seguridad del
Estado quien lo golpeó y se presentará como víctima de la represión.
Por ello recomiendo a mis compatriotas que no se dejen provocar y lo
ignoren.
Le dediqué dos andanadas y me parece que gasté pólvora al dispararle a
un insignificante ratoncillo.
Un abrazo,

Jorge C.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Diciembre 8 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

sábado, 6 de diciembre de 2014

LOS GUERRILLEROS

-- LOS GUERRILLEROS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Para mis abuelos, la palabra guerrillero tenía una connotación bien
distinta a la que adquirió en nuestras gestas más recientes. Los
mambises llamaban guerrillero al cubano que, traidor a su patria,
luchaba al lado del opresor español. Muchas veces escuché de niño,
cierta tonadilla nacida en los campamentos insurrectos. Con tanta
frecuencia la cantaban aquellos que me criaron, que aún hoy la
recuerdo; decía así: "¡Alto quién va! -La Guerrilla. /-Muchachos,
machete en mano/esos son nuestros hermanos/pero de mala semilla./
Cubanos de pacotilla/que por unas cuantas perras/venden a Cuba, su
tierra/al hispano que la humilla." Aclaro, para quienes no lo sepan,
que "perras" llamaban a ciertas monedas de poco valor, en circulación
entonces. Es que, como todo traidor, aquellos guerrilleros recibían
una paga por su despreciable acción.
Hoy, aquella copla mambisa se le puede dedicar a nuevos traidores que,
al servicio del enemigo, no dudan en injuriar a la Patria y sus
símbolos más sagrados, mientras vuelcan su bilis sobre el gobierno de
Cuba. ¡Son los guerrilleros de hoy! Sus calumnias reciben inmediato
eco en la prensa de Miami, donde amplifican los hechos en que se ven
envueltos y destacan "su heroísmo al enfrentar la feroz represión de
que son víctimas." Así, el Águila Imperial los reconoce como ahijados
suyos o, cuando menos, como sus fieles servidores. Para su abyecto
maniqueísmo, todo el que no esté junto a ellos, es un oficialista,
incondicional del gobierno cubano; los que practicamos la crítica sin
ser reprimidos, formamos parte de una farsa dirigida a mostrar
aparentes libertad y tolerancia. Dicen practicar un "periodismo
independiente", pero dependen del apoyo y subvenciones que reciben
desde el extranjero. ¡Vaya independencia! Quizás esa misma
"independencia" es la que desean para Cuba, como nuevos anexionistas.
Precisamente ayer, me vi precisado a desenmascarar a uno de estos
guerrilleros. Su admiración lacayuna por el amo era tan grande, que
mimetizó su lenguaje, al punto de parecer un extranjero. Por ello, al
analizar un escrito suyo, pensé que José Gabriel Barrenechea no era
cubano o que, si lo era, hacía tiempo que vivía fuera de Cuba. Su
confesión de no haber pasado el servicio militar, ni recibido las
clases de preparación para la defensa, impartidas en los niveles medio
y superior de nuestra enseñanza, además del pobre conocimiento que
mostraba de nuestra historia, me daban esos indicios. ¡Falsas
conjeturas! El sujeto es cubano, reside en Encrucijada, localidad
situada al norte de la Provincia villareña. De todo eso me enteró la
prensa de Miami, que lo presenta como "un intelectual y periodista
independiente que, desde hace años, viene siendo muy activo en las
publicaciones independientes cubanas." Y agrega que "es común
encontrar artículos suyos en revistas tan conocidas como Convivencia o
Voces. También (que) formó parte del equipo editorial de magazines
independientes de las cada vez más prolíferas samizdats (sic) cubanas,
como La Rosa Blanca o Cuadernos de Pensamiento Plural." Este autor,
tan prolífero y activo, milita en el "Proyecto Sats". Eso lo dice
todo. ¡Clasifica para guerrillero pleno del nuevo tipo! Para denunciar
la persecución de que fue objeto, desde Miami informan que le fue
impedido trasladarse a La Habana, en dos fines de semana; contratiempo
que puede ocurrirle a cualquiera que no obtenga pasaje para un día
determinado (y más si es fin de semana) debido a nuestro deficitario
transporte interprovincial. Solo que en este caso, se trata de "una
brutal represión que viola sus derechos humanos fundamentales".
¡Tremendo ensañamiento del "régimen castrista" con un "intelectual"
que no diferencia con tilde el adverbio "más" de la preposición
homónima! ¿Será porque en inglés no existe el acento gráfico?... Como
diría mi carnal Sempronio: ¡Le zumba!...

Desde Regla, como siempre,
Siempre listo para cargar contra los guerrilleros de nuevo tipo.
Diciembre 6 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
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jueves, 4 de diciembre de 2014

¿POCA CULTURA O MALA INTENCIÓN?

--¿POCA CULTURA O MALA INTENCIÓN?
Por Jorge C. Oliva Espinosa

No pensaba escribir hoy, pero acabo de recibir de manos amigas, un
artículo titulado "Patrioterismo y banalización" firmado por José
Gabriel Barrenechea, que me obliga a hacerlo. En dicho trabajo, el
autor (cuya identidad desconozco) se escandaliza por una tonadilla que
dice cantan tanto en las escuelas como en la preparación militar y
asegura haberla oído a un niño de cinco años y a un par de reclutas.
Barrenechea considera que la letra de dicha tonadilla es una falta de
respeto al General Antonio Maceo, pues en ella se le atribuye a
nuestro General Antonio "la poco heroica actitud de aprovecharse del
escaso número de enemigos para atacarlos y ordenar: al machete, que
son poquitos". De ahí deduce que "para los ideólogos de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR), resulta digna de encomio esa actitud,
al punto de presentarla como un buen ejemplo para esas jóvenes
generaciones a las que atiborran de su maniqueo discurso militarista."
En este párrafo, Barrenechea deja bien claro cuál es su pensamiento
político-ideológico. Pero otra cosa deja claro este autor y él se
encarga de afirmarlo: "Como no pasé el servicio militar, ni nunca
asistí a clases de preparación militar, mi desconocimiento de nuestros
hábitos castrenses es casi total." Sin embargo, su ignorancia es más
amplia y abarca tanto aspectos de nuestra vida actual, como de nuestra
Historia Patria. De otra forma sabría que un niño de cinco años no va
todavía a la escuela, si acaso a un Círculo Infantil. Si conociera
algo de nuestra historia, aunque fueran sus episodios más relevantes,
conocería que el grito de "¡Al machete, que son poquitos!", no lo
decía el Maceo de Baraguá, sino otro de su estirpe, el General José
cuando, con solo un puñado de valientes, cargaba contra una columna de
más de mil españoles. Para el General José Maceo, todos los enemigos
eran siempre pocos y sepa Barrenechea que ningún Maceo peleó en
ventaja contra el Ejército Colonial; todos nuestros mambises, lucharon
siempre en desventaja, pero teniendo a su favor el heroísmo que da
defender una causa justa, como pelear por la libertad y la
independencia.
No merece más atención la diatriba de este José Gabriel Barrenechea
que avieso, no puede encubrir su ignorancia. El recurso de
distorsionar lo que otro dice, para luego deshacer más fácil la contra
argumentación propia, es viejísimo, data de la época de Aristóteles.
Me inclino a pensar en que, o no es cubano, o hace tiempo que no vive
en Cuba. De todas formas, para remediar su falta de conocimientos, le
recomiendo leer "EL GENERAL JOSE, APUNTES BIOGRÁFICOS", de Abelardo
Padrón Valdés, de la Editorial Arte y Literatura, Habana 1973. ¡Ah, y
cuando vaya a tejer otra historia, documéntese primero sobre el tema
que pretende desfigurar!

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita; ayer, hoy siempre, bastión de rebelde cubanía.
Diciembre 5 de 2014



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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
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miércoles, 3 de diciembre de 2014

TEORÍA Y PRÁCTICA

--TEORÍA Y PRÁCTICA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Dos teorías, la AXIOLOGÍA, teoría de los valores y la DEONTOLOGÍA o
teoría del deber, integran la ÉTICA; esa cosa desconocida, ausente
total de nuestra actualidad. No es de extrañar; la conforman dos
términos que son solo eso: teorías y para colmo designadas con nombres
extraños, no comunes a nuestro hablar diario y a la práctica social.
Si no, pregúntele a cualquier cubano de la calle qué cosa es
AXIOLOGIA. Yo lo hice y uno de los encuestados me preguntó: "¿Cómo se
come eso?", mientras otro, más entendido, me dijo: "¡Oiga, la
Axiología era verde y se la comió un chivo!"
Vivimos inmersos en la desesperación de sobrevivir cada día y en ese
bregar no hay espacio para disquisiciones filosóficas. ¡Inventas o te
mueres! Esa es la disyuntiva en que se mueve el cubano hoy. ¿Cómo
pedirle entonces que conserve valores, que se comporte
"civilizadamente" y que, por añadidura, conozca el significado de
términos como AXIOLOGÍA?
A los que, desde las cumbres gobernantes, no comprenden esto, les es
muy fácil identificar al culpable de tantas indisciplinas y acciones
ilegales o "indebidas": Al populacho, al sempiterno totí, van las
culpas. Claro, por ser inmensa mayoría, en él son más visibles los
deterioros, la llamada "pérdida de valores" y la corrupción. Yo veo a
mi vecino Cheo, cuando bota su basura fuera del contenedor (deplorable
y reprobable acción) sin embargo, me es imposible decir si algún
dirigente tiene tal necesidad. En la minoría gobernante, esos males no
se hacen ver y siempre hay un subalterno que se encargue de ejecutar
lo indebido y de eximir de culpas al jefe. Todo se oculta en el
secretismo y en "los altos intereses de la Nación"; a tal punto, que
todavía no sabemos qué sanción recibió aquel general envuelto en un
escandaloso caso de corrupción, el que involucraba la Aeronáutica
Civil con un consorcio industrial nombrado "Zaza", en el que
"casualmente" su esposa era figura prominente. Y es natural y
beneficioso que así sea. Primero, porque al igual que en la geografía,
las cumbres sociales suelen estar rodeadas de nieblas que dificultan
la visión; y segundo, porque el ejemplo puede propagarse en la plebe,
esa masa, siempre dispuesta a imitar a los de "arriba", sobre todo,
ansiosa de copiar sus niveles de vida...
Mientras tanto, sigamos teorizando cómo construir el socialismo, ese
sistema que ahora, después de cincuenta años, me confiesan que nadie
sabe qué es y menos cómo se construye. ¡Sigamos los lineamientos!
Quizás la sabiduría con que fueron trazados, nos saque de este bache.
¡Acallemos la malcriada razón! ¡Fe, mucha fe, es lo que nos hace
falta!...

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Diciembre 4 de 2014

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martes, 2 de diciembre de 2014

NTERCAMBIOS CON UN AMIGO

-- NTERCAMBIOS CON UN AMIGO
Por Sempronio, el de Regla

Recibí, de un entrañable amigo de muchos años, un mensaje donde me
pide votar por la Habana, para elegirla como una de las siete ciudades
maravillas del mundo. Se trata de un concurso en que la votación
decidirá y como los votos deben ser enviados por internet o correo
electrónico, ganarán aquellas ciudades que cuenten con más fanáticos
que tengan acceso a esos medios. Yo amo mi ciudad y mi rincón reglano,
eso no admite cuestionamiento, son mis grandes amores. Pero, aparte de
dudar de la equidad de dicho concurso, estoy convencido que la Habana,
con un reducidísimo número de usuarios a la red de redes o al correo
electrónico, dista mucho de ser una maravilla. Sin embargo, mi amigo
está tan entusiasmado, que parece ciego. Este amigo es alguien a quien
admiro y quiero, que se ha distinguido por sus virtudes en el
desempeño honroso de altos cargos, lo conozco desde hace décadas y sin
embargo lo creo cegado por la pasión. Confunde deseos con realidades.
Claro que deseamos que nuestra Habana fuera una maravilla; son
nuestros deseos, pero la realidad es otra. La maravilla de La Habana,
es que hayamos sobrevivido y aun podamos vivir en un medio tan
insalubre. Repuesto de la sorpresa, me impuse el deber de responderle
y le escribí lo siguiente:
Querido amigo:
¿Tú crees, realmente, que nuestra Habana, con sus salideros de aguas
tanto pútridas como potables, sus calles pobladas de baches, sus
barrios céntricos llenos de edificios apuntalados y muchas de sus
esquinas convertidas en vertederos de desperdicios, que esta Habana
maltratada deba ser seleccionada como una de las 7 ciudades maravillas
del Mundo? ¿Lo crees, de verdad?... Amar nuestra ciudad, no es
justificación para que queramos tapar el sol con un dedo. Si la
creemos maravilla, nos puede pasar lo de la mamá sijú que, al perder
el hijo, iba preguntando a todos si habían visto un polluelo
bellísimo; con semejante descripción, jamás lo encontró. Te confieso
que yo tampoco encuentro a La Habana maravilla por la cual me invitas
a votar. A no ser que te refieras al casco histórico, mérito del
rescate, gigante obra inigualable que ha hecho su historiador, el
Doctor Eusebio Leal. El resto, abre los ojos y convéncete, son ruinas
deprimentes.
Como hombre de consabida probidad, no tardó en responderme:
HERMANO,
TIENES RAZON, PERO SE TRATA DE UNA OPORTUNIDAD A PARTIR DE UNA
PROPUESTA DE UNA INSTITUCION EUROPEA, QUE PIENSO NO DEBEMOS
DESAPROVECHAR TENIENDO EN CUENTA LO QUE ESTO SIGNIFICARIA PARA EL
INCREMENTO DEL TURISMO Y DE DINERO, QUE PODRIAN AYUDAR A RESOLVER
ALGUNAS, AL MENOS, DE ESAS REALIDADES QUE APUNTAS.
UN ABRAZO,

Confieso que ahora estoy más confundido. ¿Mentir para incrementar el
turismo? ¿Falsear nuestra realidad para obtener más ingresos?... ¿No
existe otra vía para lograrlo, sin tener que recurrir al engaño?
Quizás yo peque de idealista, pero no quiero para mi país ninguna
distinción o beneficio que sean resultados de un fraude.

Desde Regla,
Tierra bendita de Yemayá, cuna bravía de los abacuá. Diciembre 2 de 2014
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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com