domingo, 31 de agosto de 2014

DOS MENSAJES PARA UN MISMO DESTINATARIO

-- DOS MENSAJES PARA UN MISMO DESTINATARIO

LO QUE CRECE
Por Sempronio, el de Regla

Un socio a quien admiro mucho, que además es uno de mis principales
abastecedores de noticias sobre la actualidad nacional y extranjera,
acaba de caer en tremenda depresión. Y yo, como buen socio, acudo en
su auxilio. Al comentar la decreciente producción de tabaco,
-informada por un dirigente al recorrer las vegas pinareñas- mi ambia
se preguntaba en qué habíamos crecido. Creí verlo abatido y
quejumbroso. Para sacarlo de su pesimismo, le enumero algunas de las
cosas que han crecido; solo algunas, pues son muchos los crecimientos
que se evidencian cada día.
Mira, Asere, crecemos en: el envejecimiento poblacional, el
desabastecimiento, en el costo de la vida, en la implementación de
medidas y disposiciones impopulares, y en una retahíla de cosas
asfixiantes que nos hacen cada vez más difícil sobrevivir en nuestra
tierra y comprender hacia dónde nos están llevando...
Pero sobre todas las cosas que crecen, la más preocupante es la
incomunicación entre gobernantes y gobernados. ¡Esa cada día es mayor!

Desde Regla,
Tierra bendita de Yemayá, cuna bravía de los abacuá.
Septiembre 1º de 2014


MENSAJE A UN AMIGO
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Querido JLP: No sabes cuánto te agradecemos Sempronio y yo el que nos
mantengas informados de los aconteceres, tanto nacionales como
extranjeros; si no fuera por las noticias que nos das, no nos
hubiéramos enterado que solamente cuando viajemos podremos entrar al
aeropuerto y que, a los cubanos contratados para trabajar en la Zona
del Mariel, les pagarán con unos CUC achicados, que solo valdrán diez
pesos cubanos. Tampoco sabríamos que la cosa en Ucrania, en Irak y
Siria está que arde y seguiríamos pensando que a Maduro todo le va
viento en popa. Si no fuera por ti y tu acceso a internet, de nada
valdría que pegáramos la oreja a Radio Reloj las 24 horas; que no nos
perdiéramos ninguna emisión del NTV, ni una sola mesa redonda y
leyéramos el Granma de punta a cabo. ¡Nos quedaríamos en las tinieblas
de la desinformación más absoluta!
Pero, te veo caer en la hipocondría. Al comentar la decreciente
producción tabacalera, -constatada por un alto dirigente cuando
recorrió Pinar del Río- te preguntas en qué hemos crecido. Esa
interrogante es prueba de abatimiento. Creo verte deprimido y
quejumbroso. Para sacarte de tu pesimismo, te enumero algunas de las
cosas que han crecido; solo algunas, pues son muchos los crecimientos
que se evidencian cada día, tupiéndonos el paisaje como los
proverbiales árboles que no nos dejan ver el espeso bosque.
Mira, crecen: el envejecimiento poblacional, el desabastecimiento, los
precios de lo poco que hay; igualmente, crece el número de medidas y
disposiciones impopulares, y crece un sinnúmero de absurdos que nos
hacen cada vez más difícil sobrevivir en nuestra tierra, entender que
"esto" es para los humildes, que la actualización avanza ("sin prisa,
pero sin pausa). Todos esos crecimientos nos agobian y hacen imposible
comprender hacia dónde nos quieren conducir...
Pero sobre todas las cosas que crecen, -coincido con Sempronio-, la
más preocupante (y alarmante) es la incomunicación entre gobernantes y
gobernados. ¡Esa cada día es mayor! Y amenaza convertirse en un
diálogo entre sordos y mudos que, para colmo, son mancos y no pueden
entenderse ni por señas.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Septiembre 1º de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

jueves, 28 de agosto de 2014

CICERÓN, LA FICCIÓN Y EL AMIGUISMO

-- CICERÓN, LA FICCIÓN Y EL AMIGUISMO
Por Jorge C. Oliva Espinosa

La imaginación vuela, pero la tozuda realidad, avanzando cada día un
poco, la alcanza; Julio Verne imaginó un viaje a la luna que, cien
años después, la tecnología hizo posible; convertir la literatura de
ficción en predicciones que luego se cumplieron, le dio merecida
celebridad. Sin embargo, para mí, hubo alguien que, mucho antes, lo
superó; ese "alguien" fue Cicerón, el famoso orador romano de "Las
Catilinarias". Imagínense que, en sus "Cartas para Ático," trató
acerca de "las inclinaciones de los líderes, los vicios de los
comandantes y las revoluciones estatales", temas que constituyen
asuntos acuciantes de nuestra época. ¡Y lo hizo con más de dos mil
años de anticipación! ¡Esto deja chiquito a Julio Verne! Sin embargo,
Cicerón pasó a la historia como jurista, político, filósofo y orador,
pero no como escritor futurista. La culpa parece tenerla el pésimo
editor que se buscó, el famoso Tito Pomponio Ático, que se dedicaba,
como todo editor de hoy, a editar las obras de sus amigos, entre los
que se encontraba Cicerón, pero que destacaba solamente lo que él
entendía importante y omitía lo demás. Esto lo sabemos gracias a
Cornelius Nepos, historiador que introdujo la biografía en la
literatura latina y que era amigo de Cicerón y de Ático. ¡Nepos!...
¿Será que "NEPOTISMO", esa práctica de favorecer a parientes y amigos,
deriva su nombre de este ilustre romano, amigo de sus amigos?...
Estos hechos anteriores a nuestra era, marcada por el nacimiento de un
judío problemático, de nombre Jesús que revolucionó al mundo, son
antecedentes irrefutables, demostrativos que el amiguismo posee
milenaria data y que no es cosa de nuestros días. Los antiguos romanos
lo practicaban, aunque fueran malos editores. Hoy se continúa
practicando y a su versión cubana le llaman "sociolismo", es decir,
favoritismo entre "sociales", aquellos que son verdaderos socios de
sus socios.
Todo lo anterior lo pude conocer al estudiar la carrera de Derecho y
en particular la asignatura "Derecho Romano" que impartía entonces, el
inolvidable Profesor Delio Carreras. Aclaro que no concluí nunca estos
estudios, quizás así merezca la indulgencia de Mayra (1), y ella no me
clasifique dentro de la "casta" detestable de los intelectuales, de
los "leídos y escribidos" según decía Sofenio (2), el pariente
antecesor de mi social Sempronio. Yo, a esos grupitos que se "sienten
distintos, superiores, al pueblo iletrado y lo desprecian", los ubico
no en la intelectualidad verdadera, sino en otro espacio, mucho más
arriba, donde se refocilan en su ignorancia y la exaltan como virtud.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 29 de 2014
(1) Mayra García Cardentey, la joven periodista que escribió "Gramsci
y las cosas de los Intelectuales", publicada en "Juventud Rebelde",
edición digital del 9 de agosto de 2014.
(2) Sofenio, el guajiro de Vueltas, aquel que popularizó Mario Kuchilán.

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
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jorgecoliva@gmail.com

miércoles, 27 de agosto de 2014

NUEVOS MINICUENTOS

__NUEVOS MINICUENTOS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Es cierto que mi producción de minicuentos se ha reducido últimamente;
el desempolvar recuerdos ha absorbido el tiempo que destinaba a la
narrativa en miniatura. Sin embargo, aunque con menor frecuencia y
volumen, siguen fluyendo a partir de la realidad circundante. Aquí les
va una muestra de los más recientes:


CASO DIFÍCIL
Virgilio se había comido la montaña y el médico no sabía cómo curarle
el empacho. El Santo Tribunal dictaminó que estaba poseído por el
demonio y lo encerró en una librería.

IMPUGNACIÓN Y DILEMA
Los científicos experimentan con animales; como no te cansas de
experimentar conmigo, o eres un científico y yo soy un animal, o yo
soy una persona y el animal eres tú que te crees científico.

JUAN EL EMPECINADO
Juan el Empecinado se propuso modernizar su viejo vehículo. Hacía
tiempo que apenas andaba unos metros y ya se paraba; se había ido
deteriorando al paso del tiempo, por el uso, el abuso y la falta de
mantenimiento. No obstante, Juan se empeñó en transformarlo en un auto
actual; primero le cambió las ruedas, luego le modificó la carrocería,
le puso nuevos sistemas de suspensión y de frenos... ¡Y nada! Aquello no
andaba ni sus mandos obedecían; Juan no aceptaba que el pobre
artefacto necesitaba, más que nada, una nueva dirección.

ERROR NAZI
Hitler se empeñó en imbecilizar a los alemanes para que le
obedecieran. Pero no tuvo en cuenta que había quienes nacían ya
imbéciles. Esos fueron sus seguidores más incondicionales.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 28 de 2014______________________________________________________________
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
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martes, 26 de agosto de 2014

SE LE FUE LA MANO

--
__UN CUBO PARA EL SR. EMBAJADOR
Corea del Norte es 'un modelo para los progresistas del mundo', dice
el embajador cubano en El Nuevo Herald
Corea del Norte celebra este agosto el mes de solidaridad con el
pueblo cubano, informó este viernes la agencia estatal KCNA en
Pyongyang, reporta EFE.
Ferrás Álvarez dijo que "las relaciones de amistad entre los dos
países, creadas y desarrolladas por sus anteriores líderes, están
creciendo con más fuerza gracias al mariscal Kim Jong-un", según el
despacho de la KCNA.
Asimismo, el embajador describió a Corea del Norte como "un modelo
para los progresistas del mundo" y alabó su "lucha" contra los
esfuerzos de Estados Unidos por "aislarlo".
Por su parte, Kim Tong-son, vicepresidente del Comité de Solidaridad
con Cuba del régimen de Pyongyang, dijo que el pueblo cubano "abrió el
camino de la victoria con honor, defendiendo a su
país y lo ganado en la revolución contra los enemigos, bajo la
dirección del Partido Comunista".
Pyongyang, uno de los regímenes más herméticos y sanguinarios del
mundo, que ya ha celebrado otros años el mes de solidaridad con Cuba.
Ambos gobiernos mantiene una relación que se remonta a la época de la
Guerra Fría.
Pyongyang otorgó en 2006 al entonces gobernante Fidel Castro el título
de Héroe del Trabajo de Corea del Norte en reconocimiento a su 80
cumpleaños, el respaldo a la reunificación coreana y su
contribución al socialismo.
Actualmente los gobiernos de Corea del Norte y Cuba mantienen
convenios de cooperación en
diversos sectores, como la educación, el petróleo, la agricultura y el comercio.
Una muestra de las relaciones entre los regímenes de Raúl Castro y Kim
Jong-un fue la captura, el año
pasado, en el canal de Panamá, de un barco norcoreano que transportaba
un cargamento ilegal de armas cubanas.

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lunes, 25 de agosto de 2014

UN LEMA PARA MAYRA

-- UN LEMA PARA MAYRA

Por Sempronio, el de Regla.

A la periodista Mayra García Cardentey, le sugiero el siguiente lema
para su campaña:

"NO LEA, LEER EMBRUTECE. NO ESTUDIE, ESTUDIAR ENVILECE".

Como suena rimado, pudiera cantarse como letra de un reggaetón.

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MI PRIMER ARMA

--MI PRIMER ARMA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Después de mi santaclareña metida de pata (1), ahora tenía una
vigilancia doble sobre mí. Con mi comportamiento, yo había
desconcertado tanto a los compañeros con quienes deseaba contactar,
como a la esbirrada. Para los dos bandos, era evidente que yo andaba
en algo; pero, nadie podía explicarse mi conducta totalmente ilógica.
Si, como pensaban algunos del Movimiento, yo era un provocador, era
absurdo que me apareciera acompañado de un connotado chivato. Por otra
parte, la poca inteligencia que caracterizaba a "la inteligencia
batistiana", le hacía creer que mis actos desesperados le permitirían
penetrar a la organización revolucionaria. Los indicios de que yo
estaba siendo observado con especial atención, me llegaban de todos
lados.
En esa situación me mantuvieron unas cuantas semanas; después, al
parecer convencidos que yo no los conduciría a ninguna parte,
desaparecieron a mi locuaz intermediario sin dejar un relevo; en
cambio, si bien con extrema cautela, sentí que mis desconocidos
compañeros se me iban acercando. El contacto me llegó de la forma más
inesperada: el tintorero que prestaba servicio a los trabajadores
albergados, recibió la encomienda. Fue así que supe de los rollos que
mi inexperiencia había armado. Después de varias entrevistas, me
llevaron a la casa de un médico, algo alejada del centro de la ciudad,
en una barriada, evidentemente, de clase media y alta. Allí, al
entregarme un arma para combatir, me dieron las primeras lecciones de
disciplina, las que yo necesitaba tanto.
Según la mitología nórdica, el primer instrumento bélico, antes que la
espada de Odín, fue el martillo de Thor, necesario para forjar
aquella. Además de herramienta, el martillo fue arma contundente y
terrible, capaz de eliminar enemigos con sus terribles impactos. Los
compañeros del 26 en Santa Clara parecían seguir esa tradición, pues
la primera arma que pusieron en mis manos, fue un martillo. Con él
debía realizar, disciplinadamente, la tarea que me asignaron:
apresadas en un tornillo de banco, yo debía doblar a martillazos
cientos de grampas, obligándolas a abandonar la forma de U para
adoptar la de una L, con un ala en plano vertical con respecto a la
otra. La operación no era sencilla y requería a veces el auxilio de
unas tenazas. Se fabricaban así los "Alka zeltser" (2), los que
"siempre caen bien", muy efectivos para desinflar neumáticos y
dificultar el tránsito de vehículos.
Mientras yo cumplía a regañadientes mi trabajo de herrería, otros
compañeros tenían la misión de regar las calles con aquellos
artilugios, mientras que los más afortunados y envidiados, unos pocos,
hacían eficaz uso del escaso armamento. Las armas eran propiedad del
Movimiento, no pertenecían a nadie en particular. La eficacia de
nuestra acción dependía del trabajo de todos, cada cual ejecutaba una
tarea, todas eran importantes, pero ninguna insustituible. Nadie podía
sentirse protagonista principal, aquí hasta la más sencilla misión la
ejecutaba "una estrella".
El improvisado taller mudaba continuamente de lugar y la nueva
ubicación me era desconocida hasta el último momento. No había lugar
para mis preguntas, yo sólo debía conocer lo necesario. Fue así que,
al aprobar poco a poco las asignaturas de aquel aprendizaje, se me
encomendaron tareas cada vez más complejas y arriesgadas, hasta llegar
a mi "graduación" como combatiente, el día que me entregaron una
"Star" 38 con su peine de repuesto. Las balas eran pocas y no
alcanzaban para llenar ambos magacines; en cambio, ya me habían dotado
del suficiente parque ideológico para emplearlas con eficacia.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 26 de 2014
(1) Episodio relatado en mi novela "EL TIEMPO QUE NOS TOCÓ VIVIR" y
recreado en mi anterior artículo titulado "LA INEXPERIENCIA".
(2) Este producto se anunciaba como el que "siempre cae bien", cosa
que también hacían las grampas modificadas en forma de L, las que
siempre caían con una punta hacia arriba.


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domingo, 24 de agosto de 2014

AHORA COMPRENDO

-- AHORA COMPRENDO
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Al fin se hace luz en mi podrido cerebro. Ahora comprendo todo el daño
que leer y pensar me han hecho a mí, al hijo natural de una sirvienta;
conocer el virus maligno que me ha convertido en un intelectual, debo
agradecerlo a las sabias palabras de Mayra García Cardentey y al
periódico dedicado a la Juventud Cubana que publica su inapreciable
artículo (1), muy oportuno y útil para que la juventud de hoy no se
descarríe y se intelectualice, como me pasó a mí. Mala suerte la mía,
pues en mi juventud, la que dediqué a la insurrección mientras leía y
leía, no tuve un diario como "Juventud Rebelde" que velara por mi
orientación ideológica.
Por medio de mis perniciosas lecturas, descubrí a Martí y a Marx y me
envenené con las doctrinas de ambos. ¡Lástima que Batista no imitara a
los nazis y organizara sus hogueras de libros! ¡Ah!, también leí que
Müller, el jefe de la Gestapo, solía decir: "Cuando oigo la palabra
"inteligencia" llevo la mano a la pistola". Seguro que Mayra, a pesar
de su admiración por el primo que odia la lectura, conoce esa frase.
La debe haber escuchado de boca de sus mentores.
(1) "Gramsci y las cosas de intelectuales" de Mayra García Cardentey
(en versión digital de "Juventud Rebelde", el 9 de Agosto del 2014) Yo
me vine a enterar de su contenido ayer, cuando me lo envió mi amigo
Berdayes

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LA INEXPERIENCIA

-- LA INEXPERIENCIA*
Por Jorge C. Oliva Espinosa

La lucha clandestina fue una maestra severa que enseñaba a golpes y
que nos cobraba el equivocarnos con extrema crueldad. A muchos alumnos
el aprendizaje les costó la vida. Mi inexperiencia y poca cordura, mi
desespero por "hacer algo", me hicieron cometer errores con
frecuencia; todos mis desaciertos tuvieron su costo y algunos pudieron
haber acabado con mi actividad insurreccional y con la biológica, por
supuesto; si no lo hicieron, debo achacarlo a "la pura suerte", esa
que protege, según dicen, a la inocencia.
Una de mis pifias más graves y que pudo traerme las peores
consecuencias, la consumé recién llegado a Santa Clara. Yo no estaba
dispuesto a convertir La Villa de Martha Abreu en un refugio
tranquilo, alejado de mis compañeros y desvinculado de la lucha contra
el tirano. Tan pronto arribé allí, comencé a buscar contactos. El
puesto de listero, en la obra más importante que se llevaba a cabo en
aquella ciudad, me daba la oportunidad de tratar a muchos trabajadores
y entre ellos, pensaba encontrar quien me vinculara con los grupos que
se mantenían en acción. Así, comencé una labor de "exploración" que
creí cautelosa. La misma se basaba en un método sumamente ingenuo: A
cada uno le preguntaba sus opiniones sobre "la situación" e inquiría
acerca del parecer de sus conocidos. Algunos se mostraban esquivos o
daban criterios que yo interpretaba en sentido contrario; eran, a mi
juicio, los batistianos y los indiferentes. Si me decían que fulano
era "buena gente" ya colegía su adhesión al tirano; si por el
contrario, informaban que zutano era "un loco y un mala cabeza", me
estaban señalando a un posible revolucionario. Muy pocos se decidían a
hablarme con franqueza, para todos yo era un extraño, venido de no se
sabía dónde y que, para colmo, ejercía un cargo importante,
considerado "de confianza" en toda obra.
Mis pesquisas debieron llamar la atención de la dictadura, pues a los
pocos días de andar indagando, se me acercó un individuo muy locuaz.
Decía conocer dónde vivía Quintín Pino, una de las figuras principales
del estudiantado en Santa Clara, y ofrecía llevarme allí y
presentármelo. El individuo me resultaba sospechoso, él daba por
seguro que yo era un estudiante que había huido de La Habana por mis
actividades revolucionarias y se presentaba como alguien deseoso de
colaborar. No obstante despertarme recelos, primó mi ansiedad por
restablecer los contactos y acepté su proposición. Mi aislamiento era
desesperante, me impulsaba a la temeridad. Pensaba que un exceso de
cautela podría hacerme perder la oportunidad de reincorporarme y que
el riesgo era inevitable. Fue así que me presenté en la casa de
Quintín, acompañado por aquel sujeto, a quien todos allí, menos yo,
conocían como un connotado chivato.
En un clima de tensión, inexplicable para mí, Quintín nos recibió
como a marcianos; en la sala de su casa, sin siquiera mandarnos a
sentar. De nada valieron mis palabras de ardor patriótico, ni la
relación de mis conocidos dentro del Movimiento allá, en la Habana; ni
mi disposición a integrarme a los grupos que operaban aquí, en Santa
Clara, para lo que fuera. Tenso, pero firme, Quintín se paró en sus
trece: "él no estaba metido en nada. Todo se hallaba desarticulado,
después que Fidel y los suyos se fueron para México. Ahora, ellos
estaban viviendo bien allá, a resguardo de los peligros de aquí; y
él, Quintín Pino y Machado, no iba a irse para México; iba a seguir
viviendo y estudiando en Santa Clara". Por todo ello, había decidido
mantenerse al margen. Nada podía ni debía hacerse". Semejante
parrafada aumentó mi turbación y desconcierto. Apenas podía creer lo
que estaba oyendo. Aquel, aquello que así hablaba, ¿era el famoso
líder estudiantil de los villareños? A la perplejidad sucedió una
indignación furiosa. Y cuando se lanzó a aconsejarnos "cordura y
tranquilidad", lo mandé para el mismísimo carajo y dando por terminado
el encuentro, con un fuerte portazo abandoné su hogar.
Mi acción de desespero, provocó reacciones inmediatas por parte de la
Dirección del Movimiento en la ciudad e hizo recaer sobre mí,
sospechas más que lógicas. Para desvanecerlas, no fueron pocos mis
esfuerzos ni los trabajos que pasé. Guiado por el deseo de convencer
de mi sinceridad a aquellos compañeros, cometí otros desatinos,
nacidos de mi inexperiencia y que conllevaron nuevos dolores de cabeza
al Movimiento. Cuando, después de innumerables comprobaciones, me
aceptaron en sus filas, ya tenía ganado el merecido sobrenombre de "El
habanero problemático".

Desde Regla, ayer, "La Sierra Chiquita";
Ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía. Agosto 25 de 2014
*Este episodio lo narré, tal como sucedió, en mi primera novela, "El
Tiempo que nos Tocó Vivir", publicada en 1998 por Edit. Plaza & Janés,
Barcelona.
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Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
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jueves, 21 de agosto de 2014

-LOS EQUIVOCADOS

--LOS EQUIVOCADOS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

1959, primeras horas:
Prácticamente, acabábamos de ocupar el pequeño cuartel de la rural;
todavía no nos sentíamos seguros y nos avisan que hay enorme desorden
en "Las Cuatro Esquinas", donde quieren linchar a alguien. Aún a
sabiendas que desprotegíamos una posición "lograda", partimos de
inmediato. No podíamos permitir desórdenes y menos linchamientos.
Ahora, que el tirano había huido, éramos nosotros los encargados de
garantizar el orden: un orden de justicia revolucionaria.
Efectivamente, todo el espacio entre la Iglesia y los dos cafés
principales es escenario de una violencia generalizada; hay una gran
cantidad de personas, todas vociferan muy excitadas, el tumulto es
enorme. Con dificultad, nos adentramos en aquella multitud que se
agitaba frenética. Cuando llegamos al núcleo que parecía originar tal
caos, nuestra sorpresa fue enorme. Varios ciudadanos vapuleaban al
que, hasta anoche, fuera alcalde del Cotorro; lo habían sorprendido,
vestido de verde olivo, brazalete rojinegro al brazo y revólver al
cinto, cuando se paseaba entre el gentío que celebraba la fuga del
tirano. Con dificultad pudimos librarlo de sus captores, a quienes
amenazamos con arrestarlos; como ya había recibido una buena golpiza,
antes de conducirlo al cuartel, lo llevamos a la Clínica Modelo para
el correspondiente reconocimiento médico. Aquel sujeto había cometido
un enorme error de apreciación, su equivocación era garrafal: creyó
que se trataba de un cambio de gobierno y que todo seguiría igual que
antes; que le bastaba mudar de indumentaria para sumarse a los
vencedores. Fue el primer gran equivocado de aquellos momentos, pero
no fue el único.
En las siguientes horas, comenzaron a aparecer decenas de sujetos que
llevaban brazaletes de nuestro movimiento. Entre ellos, había sinceros
simpatizantes que se sumaban a nuestra causa, pero la mayoría
despertaba sospechas. Nadie podía garantizar sus intenciones, ni decir
dónde habían estado cuando de verdad eran necesarios! ¿Qué hacer
entonces con aquel inesperado "refuerzo"?...
La solución la dio "El Ráfaga" con sus ideas, al parecer locas, pero
con frecuencia muy acertadas: Tomó el mando de la nueva tropa y
procedió a acuartelarlas en una casona abandonada hacía algún tiempo,
en las afueras del pueblo. Situó a la puerta una guardia de gente
nuestra y prohibió terminantemente la salida "hasta nueva orden";
todos quedaban "en reserva para eventualidades". De esta forma, casi
un centenar de "reclutas" permanecieron detenidos, sin ellos darse
cuenta. En el ínterin, hubo oportunidad de esclarecer las intenciones
de muchos "equivocados". Andando el tiempo, ya disipado el olor a
pólvora, otros repetirían con muy diversos resultados, la acción de
aquellos madrugadores. Lamentablemente, ya "Ráfaga" había muerto y no
tuvimos quien controlara a los nuevos equivocados.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 22 de 2014

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martes, 19 de agosto de 2014

CÓMO NOS HICIMOS "SOCIALISTAS

-- CÓMO NOS HICIMOS "SOCIALISTAS"
(Un mini-ensayo casi histórico, una visión "desde abajo")
Por Jorge C. Oliva Espinosa
Finales del año 2010
Al finalizar la primera década del siglo XXI, habíamos llegado a una
situación desoladora: a nivel nacional, lo que producíamos no
alcanzaba para cubrir los gastos del país, satisfacer nuestros
consumos y pagar las importaciones más imprescindibles (1). En la
economía individual, los salarios eran insuficientes para sufragar los
costos de la vida familiar. Mientras lo primero era consecuencia del
bloqueo prolongado, de algunas erróneas decisiones del gobierno y de
la ineficiente administración estatal; lo segundo era causa a su vez
de una corrupción extendida como la verdolaga, de un deterioro moral
que acompañó al deterioro material resultante tanto de factores
externos como internos. Un contemporáneo, recordando los tiempos
capitalistas que vivimos, se me sinceró con esta amargura: "Antes unos
pocos robaban mucho, ahora muchos robamos cada uno un poco". Lo cierto
era que nadie podía vivir con lo que ganaba por trabajar, pero todo el
mundo había encontrado otra fuente de ingresos, muchas veces al margen
de lo lícito. Paralelamente, las prohibiciones ya anacrónicas pero
vigentes, engendraban ilegalidades que conformaban la realidad hasta
el punto de hacerla parecer irreal, absurda. Los jóvenes emigraban en
estampida y a los viejos se les pospuso la edad del retiro. Los datos
demográficos (2) eran alarmantes: la población iba decreciendo, a la
vez que envejecía y los exiguos nacimientos no garantizaban el
reemplazo de la masa laboral. Se había perdido la fe de los primeros
años y con ella, el sentido de pertenencia sobre los bienes
socializados. Lo estatal era de nadie. Sólo se consideraba propio lo
que se robaba al gran propietario ausente que era El Estado, por el
que muchos se sentían robados. Así las cosas, la decepción y el
desaliento ganaron adeptos; la falta de moral, llamada doble moral,
campeó por sus respetos. Lo proclamado en público, se contradecía con
el desahogo en privado. Muchos militantes del partido habían dejado de
ser ejemplo, excepto de hipocresía cuando, fuera de los círculos
partidistas y en voz baja, se expresaban como los más acérrimos
enemigos del gobierno y del sistema. Otros negaban en la acción y en
su vida cotidiana, los ideales que debían encarnar. La falsa
unanimidad proclamada en reuniones y plenos se negaba en intimidad y
pasillos. Los que se sentían "defraudados", "desilusionados",
"decepcionados", proliferaron más que los aquejados por una gripe
estacional. Por doquier afloraron hipercríticos que llamaban a la
reforma, a la revisión, a la admisión del fracaso y algunos,
descaradamente, aconsejaban la rendición. El desorden, los absurdos y
la hipocresía matizaban el ambiente con colores de caos kafkiano.
Nuestro octogenario líder, ya recuperado de delicadas intervenciones
quirúrgicas, se hallaba temporalmente alejado del gobierno, pero una
serie de jóvenes llamados a formarse como relevo, no había logrado
realizarse a su lado. "La maldición del Abicú (3)" parecía impedir que
a la sombra del robusto tronco crecieran ni pariguales ni nuevos
brotes. A falta de renuevo, la "Dirección histórica" le sucedía en el
poder personificada por Raúl, nuevo Presidente (también octogenario)
que nos prometía "cambiar todo lo que debía ser cambiado", repitiendo
lo que había proclamado Fidel en el año 2000. Después de tomarse un
tiempo para formulación y análisis, capaz de desesperar a los
impacientes, crear expectativas y aparentar inercia, a cincuenta años
de habernos declarado socialistas, se nos plantea un reordenamiento
económico, una reorientación de la marcha, que no tiene nada en común
con los cambios y rectificaciones emprendidos con anterioridad. Es un
intento por "actualizar el modelo económico"; la nueva proposición
entraña transformaciones tan profundas que afectarán las estructuras
sociales y políticas que, mal que bien, se sostienen a empellones. Se
trata de tomar un rumbo, donde se reducen drásticamente la
centralización excesiva y el papel empleador del Estado. En este
aspecto, se proyecta convertir a cientos de miles de sus actuales
asalariados en trabajadores independientes o dependientes de un
empleador privado, ya sea nacional o extranjero (4). Sabemos, como
parte de la cultura adquirida en estos años, que al transformar el
modelo económico, cambiará el país todo. Cada una de las esferas de la
vida será afectada. Entre ellas la "conciencia social", parte de la
supra estructura. La introducción de nuevas formas de propiedad nos
dividirá y diferenciará nuestros intereses, modificará la legislación,
al elaborar un nuevo orden jurídico que vele por ellos. Dicho de otro
modo: cambiarán la composición clasista de la sociedad y las
relaciones que se establezcan y emanen de ella, incluyendo las
familiares. Veamos: En el sector administrativo es donde se prevé
reducir el mayor número de plazas. Allí, la presencia femenina es
mayoritaria; por lo tanto, muchas mujeres volverán al ámbito
doméstico, que ahora contribuyen a sostener con sus salarios, para
depender del marido (5). Con ello se transformará la familia actual y
muchos hogares regresarán al modelo patriarcal que habíamos dejado
atrás. Así lo aprendí de la doctrina marxista que sigo sustentando y,
aunque se ha aclarado que el cambio no significará abandonar el camino
socialista, que entre Planificación y Mercado prevalecerá la primera,
una serie de interrogantes se alzan ante mí: ¿En qué consiste el
Socialismo? ¿Es posible su construcción en el mundo de hoy? ¿Es capaz
el hombre actual de construir la sociedad que soñamos? ¿Cómo se
construye? ¿Es esto un repliegue táctico y coyuntural? ¿Qué costo
tendrá? ¿Se estarán usando "las armas melladas del capitalismo (6)"
para salvar el régimen que habíamos escogido? ¿Es nuestro sueño una
utopía irrealizable? ... Es necesario entonces, en primer lugar, poner
orden en mis ideas. Se impone recapitular el camino transitado y
meditar...
Según aprendimos de Engels, la propiedad privada trajo como
consecuencia la división de la sociedad en clases. Al socializarla y
convertirla en propiedad de todos, se edificaría un nuevo mundo sobre
bases más humanas y justas, sin poseedores ni desposeídos, sin
explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos. Ese estadio
superior donde todos se beneficiaran de los resultados de la actividad
humana, mediante una distribución equitativa a su aporte, era el
Socialismo. Marx había previsto que el desarrollo del capitalismo en
los países más avanzados, conduciría al Socialismo. Sus predicciones
aún no se han cumplido. Lenin, en la práctica, lo contradijo al
iniciar su edificación en "el eslabón más débil" del sistema
capitalista mundial, la Rusia semifeudal de principios del siglo XX.
En esto no debe verse herejía alguna. Marx estudió al Capitalismo en
sus inicios, casi recién nacido de la Revolución Industrial; mientras
que Lenin analizó el sistema en su fase ulterior de desarrollo: El
Imperialismo.
En medio de las peores condiciones nació y se desarrolló el Primer
Estado Socialista (7), donde la propiedad se estatalizó en lugar de
socializarla y donde la dictadura personal de Stalin, sustituyó a la
dictadura del proletariado. Lleno de paradojas, aquel Estado logró
convertirse en potencia mundial para luego desintegrarse
aparatosamente a causa de los errores cometidos por sus conductores.
Según palabras de Fidel no explotó, sino sufrió una implosión minada
desde adentro.

Casi sesenta años atrás...
En la Cuba de la segunda mitad del siglo XX, los principales recursos
de la nación estaban en manos extranjeras, el país era un enclave
neocolonial, suministrador de materias primas al poderoso vecino que
controlaba su economía y monopolizaba su comercio. Los gobernantes,
salvo honrosas excepciones, eran simples servidores, siempre atentos a
las señas y órdenes que emitían sus amos del Norte. Incluso, la
reducida burguesía nacional se subordinaba a sus omnipotentes aliados
foráneos y velaba por los intereses de la Metrópoli, porque eran los
suyos propios. Ese Capitalismo importado, sufragáneo, había demostrado
la imposibilidad de alcanzar la verdadera independencia bajo un
régimen donde los intereses nacionales siempre estarían supeditados a
los del Capital extranjero. Era necesario no sólo derrocar la tiranía
instalada en el poder, sino también renovar el sistema para alcanzar,
con el rescate de lo que nos pertenecía, la independencia económica
que garantizara la independencia política. El Capitalismo implantado
en Cuba no había resuelto ninguno de los grandes problemas que
agobiaban al pueblo. Fidel los enumeró en "La Historia me Absolverá
(8)" (El problema agrario, el de la industrialización, el problema de
la vivienda, el del desempleo, el problema de la educación y el de la
salud.)
Sin embargo, influenciados por la omnipresente propaganda yanqui y por
la inexplicable y a veces odiosa actuación de los comunistas del
patio, cuando perseguíamos, mediante la lucha armada, nuestra plena
liberación, estábamos muy lejos de tener como meta la construcción de
un estado socialista. Yanquis y comunistas, de consuno, habían
contribuido a llenar nuestras cabezas de contradicciones y prejuicios.
En los primeros veíamos el poder imperial vampiro de nuestra economía,
al intruso interventor en nuestra guerra independentista, el que había
frustrado el sueño de nuestros libertadores, ocupándonos militarmente
como territorio conquistado, el que nos impuso un primer Presidente a
su conveniencia y un apéndice a nuestra Constitución que nos castraba
como Nación; el Poder que convirtió en un simple protectorado, la
República independiente y soberana "con todos y para el bien de
todos", por la cual nuestros abuelos habían peleado durante 30 años.
El mismo poder que volvió a ocuparnos en 1906, el que hizo permanente
su intervencionismo, frustrando la breve esperanza de la Revolución
del 33 e imponiéndonos gobiernos serviles a sus designios, el mismo
que respaldaba al tirano que pretendíamos derrocar.
Odiosos de igual manera, nuestra historia nos hacía ver a los
comunistas del viejo partido. Su triste actuación (9) en reiteradas
ocasiones así lo acreditaba. Eran los que expulsaron de sus filas al
fundador Mella; los que, ante la huelga que perseguía el derrocamiento
de Machado en 1933, habían llamado a concluirla; los que boicotearon,
con la creación intempestiva de soviets, al Gobierno de los Cien Días;
los que pactaron con el asesino de Guiteras, los que alabaron la
"vocación democrática y el origen humilde" de Batista, los que
hicieron alianza con él en el 40; los que, renegando de la lucha de
clases que preconizaban, declararon que el imperialismo ya no existía
y, sumisos, adoraron al revisionista Browder, (10) suscribiendo sus
doctrinas; los que expulsaron a César Vilar y persiguieron a su
familia, porque él no se sumó a la condena decretada por el Partido
contra el asalto al Moncada; los mismos que se opusieron a nuestra
lucha armada, proponiendo como contrapartida una quimérica huelga
general; los que en 1956 enviaron a México a uno de sus principales,
para convencer a Fidel que pospusiera la fecha de su anunciado
regreso. El Imperio apoyaba al tirano y los comunistas se oponían a
nuestro método de lucha para derrocarlo. Resultaba entonces natural
que aborreciéramos por igual al imperio que nos oprimía y exprimía, y
a los que se proclamaban sus enemigos acérrimos y no eran más que
fieles servidores de "otro imperio erigido tras la cortina de hierro".
Tal era, en nuestras conciencias, el resultado de la propaganda yanqui
y de las enseñanzas de nuestra historia republicana: Contradicción de
contradicciones. Con esas ideas nos enfrentamos, desde el mismo día
de su nacimiento, al régimen usurpador que se apropió del poder la
madrugada del 10 de marzo de 1952. Y con ese rollo en la mente
combatimos en una guerra cruel que se prolongó por casi siete años.
Ingenuamente, aspirábamos a construir una sociedad más justa, a
instaurar, con un gobierno honesto y soberano, un capitalismo
nacionalista, reivindicador de las capas más desfavorecidas y
menesterosas del pueblo. En esa lucha se consumó y consumió mi
adolescencia.

La Victoria del primero de enero de 1959
Fueron momentos gloriosos, llenos de luz y euforia colectiva. Habíamos
alcanzado la victoria y el porvenir era nuestro. La candidez de
nuestros sueños nos la vino a demostrar, tan pronto triunfamos, la
temprana hostilidad del gobierno norteamericano. No hubo necesidad de
recurrir a la cultura y tradición antiimperialista, firmemente
arraigada en el pueblo; nuestro enemigo secular se encargó de
reiterarnos su identidad. Desde el inicio comenzaron a agredirnos.
Dieron refugio a nuestros asesinos y torturadores y cuando castigamos
ejemplarmente a los que pudimos capturar, nos acusaron de vengativos y
sanguinarios. Ellos, que habían permanecido callados e indiferentes
cuando la dictadura masacraba al pueblo, alzaron su voz "indignada"
contra nuestros actos de justicia soberana y organizaron una campaña
difamatoria contra la Revolución recién nacida. Nos calificaron de
comunistas cuando realmente no lo éramos. Y trataron de ahogarnos en
el terreno económico, cuando dependíamos de ellos para todo. A ellos
vendíamos nuestra azúcar y a ellos comprábamos el petróleo necesario
para producir, movernos e iluminarnos. Nuestro equipamiento industrial
y de transporte era norteamericano, dependíamos de sus repuestos para
mantenerlos funcionando. Incluso eran los suministradores de nuestros
principales alimentos Para comprarles, nada más teníamos un producto
que vender: azúcar. Y ellos, que eran nuestros compradores
principales, redujeron criminalmente las compras de nuestro azúcar
cuando más falta nos hacía restaurar las arcas de la nación, vaciadas
por la dictadura. Trataban con ello de asfixiarnos y volvernos al
redil de la dependencia económica y la subordinación política. Pero la
URSS nos compró azúcar y nos ofreció petróleo en condiciones más
favorables. Cuando las refinerías norteamericanas, enclavadas en
nuestro territorio, se negaron a refinar el crudo soviético,
respondimos como no esperaban: con la intervención estatal de dichas
refinerías y su ulterior nacionalización. Como represalia, redujeron a
cero las compras que hacían de nuestra azúcar. Cuba no se amedrentó,
replicó nacionalizando las empresas norteamericanas y en la URSS
encontramos un comprador sustituto para nuestro producto. De esta
forma, el gobierno norteamericano impulsó la socialización de una
parte fundamental de nuestra economía, la Unión Soviética ganó
nuestras simpatías, y Cuba tuvo un nuevo socio comercial.
Al asumir el poder, ya habíamos heredado una diversidad de propiedades
de enriquecidos prófugos, que pasaron a manos del Estado para
mantenerse funcionando. Eran algunos centrales azucareros, uno que
otro latifundio, además de unas pocas fábricas, pequeñas y medianas,
cuyos propietarios las habían abandonado en la estampida que sobrevino
al derrocamiento del tirano. Además de volvernos gobernantes, debíamos
convertirnos en administradores. En ambas actividades carecíamos de
experiencia alguna. Para colmo, nos acompañaba una turba de arribistas
y farsantes que nos aturdían con sus "sabios consejos" y no pocas
veces entorpecían la labor gubernamental. Nuestro primer gobierno
"revolucionario" era lo más heterogéneo que se pudiera concebir.
Rodeando a un Presidente anodino e incapaz de ubicarse en la nueva
situación, el Gabinete Ministerial exhibía un amplio abanico de
tendencias. Al lado de genuinos revolucionarios, se encontraban
reformistas, figurones de la intelectualidad, defensores del viejo
orden republicano y hasta representantes de la oligarquía y de
intereses foráneos (11). Sin embargo, una fuerza emergida de la lucha
nos llamaba a la unión y era nuestra garantía para no retornar nunca
más al pasado: El Movimiento 26 de Julio y su Ejército Rebelde. En el
cumplimiento del Programa del Moncada irían quedando atrás los
retrógrados y vacilantes. El camino nos radicalizaría y nos limpiaría
de lastres.
En nombre de la unión, aceptamos aquel gobierno que nos acompañó por
un breve trecho. Poco después, también en nombre de la unión,
disolvimos nuestro Movimiento para fundirnos con el Directorio
Revolucionario 13 de marzo y con el Partido Socialista Popular. Así
nació una nueva organización que agrupaba a todos los que nos
autoproclamábamos revolucionarios: Las ORI (12) (Organizaciones
Revolucionarias Integradas), que quedó estructurada territorialmente
(Municipio, Seccional, Región, Provincia) con una Dirección Nacional y
un Secretario General: Aníbal Escalante, dirigente que provenía de las
filas del Partido Socialista Popular. Más tarde, las ORI se
disolvieron para dar lugar al PURSC (13) (Partido Unido de la
Revolución Socialista Cubana) que poco después se convertiría en el
actual Partido Comunista de Cuba (14) (PCC).

De cómo nos hicimos "socialistas"
Nuestras diferencias con el Directorio se reducían a simples detalles
tácticos, pero con los comunistas tradicionales manteníamos
divergencias que incluían tanto el método, como los fines
estratégicos. Prejuicios y desconfianzas se interponían en nuestras
relaciones y dificultaban el acercamiento. No todos acudimos a unirnos
con iguales miras, a todos nos quedaba mucho por aprender y más nos
faltaba aún, para llamarnos revolucionarios. Algunos rechazaron tal
alianza, terminaron por desgajarse y luego fueron a podrirse al campo
enemigo. Eran los que no pudieron vencer sus lastres mentales, o los
que querían sólo un poco de revolución, pero no tanta como para
mezclarse con los repudiados de ayer; otros, no deseaban molestar al
poderoso vecino. Los que aceptamos la fusión, tuvimos que olvidar
resentimientos, abrir nuestras mentes, librarnos de prejuicios y
superarnos en la marcha. Aún llamábamos a nuestro ideario "Humanismo",
aunque reconocíamos en él ciertos rasgos socialistas (15). Los ya
unificados "camaradas" nos señalaban de continuo la inconsistencia del
proyecto asumido y nuestras incoherencias ideológicas; no tardaron en
mostrarse sectarios, discriminarnos y tratarnos con desdén. Todavía
los oíamos con cierto recelo, pero reconociéndoles mayor experiencia,
cultura política y disciplina, terminamos por aceptar sus
recomendaciones y comenzamos a estudiar "Los Fundamentos del
Socialismo en Cuba", libro catequizante, escrito por uno de sus
principales líderes: Blas Roca (16). Se trataba, como supimos después,
de una Historia de Cuba, vista a través del prisma dialéctico llamado
"Materialismo Histórico". En aquellas páginas encontramos muchas
verdades irrebatibles. Con entusiasmo de nuevos conversos, nos dimos a
la aceptación y estudio de la doctrina socialista. Se abrieron
numerosas Escuelas de Instrucción Básica Revolucionaria, las llamadas
EBIR por sus siglas. Además de aprender Historia y Economía Política,
era necesario adoptar una filosofía e implantar una política
económica. Con la fe intacta de los recién iniciados, sin tener una
idea precisa de lo que era el socialismo y sin conocer a fondo sus
fundamentos teóricos, declaramos: "Somos socialistas, pa'lante y
pa'lante." Además del fervor revolucionario que nos embargaba a todos,
teníamos una confianza absoluta en nuestro guía, confianza que
coreábamos en un pareado: "Si Fidel es comunista, que me pongan en la
lista." Así, con ritmo y estribillos de conga marginal (17),
aceptamos la doctrina, nos hicimos "socialistas", sin saber a ciencia
cierta qué era el socialismo y mucho menos cómo se construía. Quizás
por primera vez en nuestra historia, los gobernados se sentían
gobernantes; como reflejo de este sentir, se propagó la costumbre de
conjugar los verbos en primera persona del plural; en lugar de decir
"el gobierno hizo tal cosa", se proclamaba con orgullo "hicimos tal
cosa". El apoyo que recibía aquel gobernante de nuevo tipo, era casi
unánime por parte de un pueblo que lo mismo aprobaba sus medidas, que
se atribuía sus errores. Y el pueblo, con una fe ciega y compacta,
siguió tras su líder. En aquellos momentos, lo hubiera seguido al
mismísimo infierno si él lo conducía allí.
NOTAS
(1) Esta situación se describe en el Prólogo de los "Lineamientos
Políticos y Económicos"
(2) Del último censo oficial, efectuado en el 2002, solo se publicaron
las cifras en el 2005
(3) Mito del folclore afrocubano que atribuye al árbol llamado Abicú
absorber toda la energía y no permitir que otra planta crezca en su
cercanía.
(4) Cuatro años después y con cerca de medio millón de trabajadores no
estatales, se comprueba que la inmensa mayoría de estos (81%) no
proviene de las plantillas racionalizadas en cargos públicos. Eran
simplemente desocupados o jubilados.
(5) No todas montarán una peluquería en la sala de su casa, ni
venderán fiambres o comenzarán a trabajar en la agricultura o las
construcciones.
(6) Referencia a palabras del Che
(7) Allí se estatalizó la propiedad, no se socializó y en Cuba se hizo
igual. Al parecer, los conductores de la socialización no sabían la
diferencia entre socializar y estatalizar.
(8) Alegato de su defensa en el juicio por los sucesos del cuartel
Moncada en 1953
(9) Para más información sobre los posteriormente reconocidos
"errores" del Partido, consúltese las obras de Juan Bosch y de
Humberto Vázquez García citadas en la Bibliografía.
(10) Browder, Earl Russell, Secretario General del Partido Comunista
de Estados Unidos desde 1930 a 1945. Su teoría revisionista propugnaba
la colaboración entre las clases sociales.
(11) Baste citar que el primer ministro de aquel gobierno era José
Miró Cardona, abogado del asesino del líder obrero Jesús Menéndez.
Algunos de aquellos flamantes ministros aconsejaron sacar a subasta
los bienes confiscados.
(12) Las ORI se constituyeron en julio de 1961
(13) El 26 de marzo de 1962
(14) Creado el 3 de octubre de 1965
(15) Estos rasgos socialistas eran el legado del programa de "La Joven
Cuba", organización fundada por Antonio Guiteras, plasmados en el
programa del Moncada.
(16) El autor dedicó la primera edición a Batista, a nosotros nos
dieron a estudiar una nueva donde no aparecía tal dedicatoria.
(17) Las ORI tenían una conga, cuyo estribillo decía: "La ORI, la ORI,
la ORI es la candela; no le diga ORI, dígale candela."

BIBLIOGRAFÍA
Para la confección de este trabajo, además de rememorar mis vivencias
personales, he consultado los siguientes materiales:
- Bosch, Juan: "La Isla Fascinante", Editorial Universitaria, Santiago
de Chile, 1955
Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2006
-Castro Ruz, Fidel: "Por el Camino Correcto", 3ra edición, Editora
Política, 1989
- Castro Ruz, Raúl: Discursos ante la Asamblea Nacional y en el
Congreso de la Juventud, 2010.
- "Cien horas con Fidel, Conversaciones con Ignacio Ramonet", 3ra edición,
- Constitución de la República de Cuba, Editorial Pueblo y Educación, 2009
- Doménech, Silvia: "Cuba, Economía en el Período Especial", Editora
Política, 1996
- Briones Montoto, Newton: "Una Hija reivindica a su Padre", Ruth Casa
Editorial, Panamá, 2011
- Gleijeses, Piero: "Misiones en Conflicto", edit. Ciencias Sociales, 2004
- Guevara, Ernesto Che: Escritos y Discursos, Editorial de Ciencias
Sociales, 1977,
- Grogg, Patricia: "Entrevista a Esteban Morales", La Habana, IPS, 2010
- López Civeira, Francisca, Oscar Loyola Vega y Arnaldo Silva León:
"Cuba y su Historia", Editorial Gente Nueva, 1998
- Orozco, Román: "Cuba Roja", 3ra edición, Información y Revistas. S.
A. Cambio 16, Madrid, febrero 1994
- Rodríguez, Carlos Rafael: "Letra con Filo", Edit. Ciencias Sociales
1983, 3 tomos.
-Tablada Pérez, Carlos: "El Pensamiento Económico del Che", Ediciones
Casa de las Américas, 1987
-Trotsky, León: "La Revolución Permanente", Proyecto Espartaco, edición digital.
-Vázquez García: "El Gobierno de la Kubanidad", Editorial Oriente,
Santiago de Cuba, 2005

PARTIDO COMUNISTA DE CUBA, DOCUMENTOS DE CONGRESOS
1 "Tesis y Resoluciones, 1er Congreso del Partido Comunista de Cuba",
Editorial Ciencias Sociales, 1978
2 "Informe Central, I, II y III Congresos del Partido Comunista de
Cuba", Editorial Pueblo y Educación, 1990
3 "IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, Discursos y
documentos", Editorial Pueblo y Educación 2000, tomado de la edición
de la Editora Política, 1992
- "Lineamientos Económicos y Sociales", Edición digital 2010.

________________________________________________________________
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

domingo, 17 de agosto de 2014

UNA INVESTIGACIÓN CASI PERIODÍSTICA

-- UNA INVESTIGACIÓN CASI PERIODÍSTICA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

A raíz de mi artículo sobre "Un Capitalista Astuto", donde mencionaba
la información (sin confirmar en aquel momento) acerca del desempeño
de Roberto Veiga como Director de la fábrica José Martí (antigua
Antillana de Acero), un amigo de UNA DE MIS FUENTES le comentó,
refiriéndose a mí:
"Me parece que el amigo está perdido. Hasta donde sé, Veiga se hizo
obrero y trabajó muchos años en la fábrica Rayonera, de Matanzas,
provincia de donde es oriundo.. Están confundiéndolo con otra
persona."
Como desde chiquito me acostumbré a "no quedarme dado" y como no tenía
confirmación (como aclaré en aquel momento), decidí hacer una
investigación sobre el personaje. Cualquiera puede convencerme de que
estoy equivocado, pero nadie puede señalarme yerros sin aportar
pruebas. Así, registré mis archivos, revisé ejemplares del diario
"Granma" correspondientes a las fechas de los Congresos del Partido y
consulté a seis destacados periodistas y escritores de larga
trayectoria y reconocido prestigio, muchos de ellos ex funcionarios en
distintas esferas (política, económica y cultural) que tuvieron
oportunidad de conocer o tratar al sujeto investigado; guiado por la
máxima periodística de confirmar, confirmar y confirmar, pude reunir
los siguientes testimonios:

"... fue mi vecino en Atabey, antiguo Nuevo Biltmore. El vecindario lo
adoraba, por llano, simpático y democrático. (Claro, digo esto gracias
a que la ironía existe)."
"Con presteza me metí en la red, para dar respuesta a tu petición en
cuanto al de la CTC. Con pocos resultados. Una que otra cita de algún
discursito o el dato de que cesó de ser el dirigente de nosotros, los
obreros, en 1989. En realidad, eso no me sorprendió. ¿Cómo va a dejar
huellas alguien tan descolorido?"

"Solo recuerdo que en la década del 80 (80-86) era miembro del Buró
Político y Secretario General de la CTC y que era un "cuadro" de Almeida
procedente de Oriente. Sé que fue muy extremista y sufrí sus embates
"ideológicos" cuando quise implementar un sistema salarial (...) que
estuviera asociado al nivel de ventas y disminución de los costos por
considerarlo él un método capitalista. .... ( )
...Poco después salió de la CTC y el BP y no supe más
de él; ni siquiera sé si vive. (No soy rencoroso y se me olvidan hasta los
nombres de algunos de mis "enemigos" gratuitos como se suele decir). Su
hijo, del mismo nombre, me han comentado que es un destacado disidente.
(Esto último no me consta saberlo de una fuente confiable para mí).
Pero todo lo demás que te digo fue así como te cuento. Para mí un gran
oportunista.

"... recuerdo que salió en una foto bien chocante, de safari y bien
limpio, dentro de un corte de
caña quemada".

Por otra parte, durante su "reinado" de la CTC (entre la muerte de
Lázaro Peña en 1974 y la asunción de Pedro Ross (1991), se produjo
aquel intento de acabar con los sindicatos, mediante un invento
llamado "Movimiento de Avanzada". Si este era su misión final, se
entiende que escogieran a un tipo incoloro y nada simpático, sin
arraigo laboral alguno: era el más indicado para ello.
Este período se caracterizó también por la implantación de numerosas
normas (elementales, técnicas, semi-técnicas, etc.), primas y
complicadas formas de incrementar el pago por el trabajo. Como
Secretario General de la CTC, le correspondía de plantilla un asiento
en el Buró Político; así aparece como miembro del mismo entre los
"elegidos" al 1ro, 2do y 3er Congresos del PCC.(En el 4to ya aparece
Pedro Ross Leal).

Lo de Director fantasmal de Antillana de Acero, luego del cese en la
CTC, (me lo informaron dos trabajadores de dicha fábrica) y luego me
lo confirmó un viejo periodista, cuyo tío murió siendo ingeniero en
Antillana.

"al parecer, Veiga tenía como misión, anular las tesis del XIII
Congreso de la CTC (muchas elaboradas por Lázaro) que daban tremendo
protagonismo al movimiento sindical. Lázaro fue removido de la CTC y
se le situó al frente de un Dpto. ya extinguido del CC, llamado de
"Atención a las Organizaciones de masa." (Lázaro Peña murió en 1974).

Otra fuente cercana al Arzobispado, informó que el RV de Espacio
Laical es hijo del otro RV ex de la CTC. Y que Caridad Diego (Jefa de
la Oficina de Asuntos Religiosos del CC) quiso cambiarle el nombre
para desvincularlo del otro, pero el Cardenal Jaime Ortega se opuso.
(Esto se cuenta como una anécdota sin confirmar).

Un veterano periodista informa que "conocí de cerca al compañero Veiga
por los años 60 en la antigua provincia de Oriente, no conservo el
recuerdo exacto de a dónde fue a parar él cuando salió de la CTC, pero
sí es muy probable que fuese a dirigir alguna empresa, y tampoco me
sorprendería que pudiese haber sido el fantasma de Antillana."

"... cuando lo traté cercanamente, siendo ambos muy jóvenes, nunca me
pareció una mala persona sino todo lo contrario, con independencia de
posteriores desaciertos y las posturas burocráticas fantasmales que
motivaron rechazo y un mal recuerdo. No tengo ni idea de qué ha sido
de él y ni siquiera si aún vive, aunque debería estar en los 70 y
algo."

Después que lea lo anterior, le pregunto al apresurado en calificarme
de equivocado: ¿Quién es el que está perdido? ¿No será usted el que
confunde a RV con otra persona?...

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía
Agosto 18 de 2014

________________________________________________________________
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

jueves, 14 de agosto de 2014

TRES HÉROES

-- TRES HÉROES*
Por Jorge C. Oliva Espinosa

"Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en
sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza
terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es
robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de
hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son
sagrados. Estos tres hombres son sagrados:" Así escribía Martí en su
artículo "Tres Héroes". El gigante maestro se refería a Bolívar,
Hidalgo y San Martín. Yo tomo el título de aquel trabajo de "La Edad
de Oro" para hablar de tres modestos héroes cubanos; los tres pelearon
por nuestro decoro en la última gesta, la culminada en victoria un
glorioso amanecer de enero; solo uno de ellos pudo contemplar aquella
alborada, los tres vinieron en el Granma y el que sobrevivió acaba de
fallecer. Ellos son: Carlos Israel Cabrera (Cabrerita), Antonio (Ñico)
López y Calixto Morales. En distintos momentos y circunstancias, la
vida me dio la suerte de tratarlos y compartir con ellos luchas,
afanes y sueños comunes. Hoy los evoco con la misma reverencia con que
Martí calificó de sagrados a tres héroes de nuestra Gran Patria
Americana. Por martianos y porque lucharon por rescatar la libertad
que nos había robado un tirano, estos tres cubanos son también hombres
sagrados.

"Cabrerita"
A raíz de la muerte de Chibás y ante al golpe del 10 de marzo, las
huestes de su Partido se dividieron. Prevalecieron dos tendencias
encontradas: una aceptaba la convocatoria a elecciones, librada por
los usurpadores para 1954 y constituía la fracción electoralista, la
otra se pronunciaba por la abstención, con una fracción radical
partidaria de la acción insurreccional. Debido a ello, en el barrio de
La Punta, existían dos Liceos Ortodoxos, el de la calle Prado y el de
la calle Consulado. Este último a dos puertas del número 20, casa que
habité desde niño hasta que ya adolescente la abandoné. Fue en ese
Liceo de la ortodoxia donde una noche conocí a Carlos Israel Cabrera
(Cabrerita). Con él compartí ideas, análisis de la situación política
que se vivía, poemas y batidos en la "caficola" del doblar, por
Refugios, al lado de donde vivía Gerardo Abreu. Cabrerita tenía
domicilio en lo que hoy es Centro Habana, de allá lo trajo a nuestro
barrio, su amigo más cercano, Miguel Pedraza. Éramos un grupo de
jovencitos que nos asomábamos a la vida, con una gran carga de
idealismo y que habíamos comenzado a leer a Martí. Fue Cabrerita quien
me habló del otro Liceo, el de Prado y me dijo que allí se reunía
gente más dispuesta a la acción insurreccional, opción en que ya
habíamos probado decepciones y fracasos. Contactos y acercamientos a
distintos personajes, todos visitantes de aquellos locales, nos
hicieron abandonar nuestra visión maniquea. Tanto un Liceo como el
otro, era frecuentado por hombres valiosos, por farsantes, por
politiqueros y por alardosos que llamábamos "postalitas". Así
conocimos a un Marcos Bravo, un Mario Hidalgo y a un Ñico López. A
mediados de 1954 tuve que mudarme de barrio y de provincia para
conservar la salud, no fui el único que se vio obligado a ello y el
grupo se dispersó. Gerardo, ya "Fontán", se sumergió en la
clandestinidad, Mayito Gil se fue a vivir con su novia, Juanito López
se exilió en México y Cabrerita fue a parar a Matanzas como maestro de
una escuela primaria. En 1959, volví a ver su rostro, ya por siempre
juvenil, con aquella sonrisa medio socarrona del que sorteó la
pobreza, desafió el peligro y burló la muerte. Me contemplaba desde
las páginas de un álbum con las fotos de los 82 expedicionarios del
Granma. Había caído el 5 de diciembre de 1956, en el combate de
Alegría de Pío.

Antonio (Ñico) López
Algunos se referían a él como "Ñico Siete Pisos", por lo alto que era.
Nosotros no, nuestro grupo lo escuchaba fascinado y lo tuvimos como
nuestro mentor y árbitro cuya justeza acatábamos. No era estudiante,
nos dijeron que era carnicero por allá por la Plaza de Marianao, pero
de Martí sabía más que todos los que por entonces nos la dábamos de
estudiosos martianos. Dirigió muchas veces nuestras tertulias en
Prado, de donde emigrábamos hasta el Parque de los Enamorados, para
continuarlas allí con apetencias de noctámbulos. En esas veladas
esclarecedoras, Ñico era la luz que nos guiaba. El 26 de julio de 1953
dirigió el asalto al cuartel de Bayamo, pudo escapar del cerco
asesino, sin ser fichado y con modestia sin par nos relató la causa
del fracaso. Más tarde emigró, volvió a bordo del Granma, sobrevivió a
la dispersión de Alegría de Pío y el día 8 de diciembre fue asesinado
en Boca del Toro.

Calixto Morales
Fue a fines de 1959 o principios del 60. La gran fábrica de cabillas
"Antillian Steel Co.", (Antillana de Acero) había sido intervenida por
el Gobierno Revolucionario. Como interventor fue nombrado el Capitán
del Ejército Rebelde Calixto Morales. Entonces lo conocí y tuve
oportunidad de trabajar como uno de sus colaboradores en aquella
tarea. La "Antillana", como ya se conocía, centro de trabajo para más
de quinientos hombres, era junto a la textilera "FACUTE" y la
cervecería "Modelo" una de las mayores fábricas de El Cotorro. El
movimiento sindical había sufrido la perniciosa labor de zapa de una
patronal astuta y de una dirección prejuiciada y claudicante. La lucha
de clases encendía los ánimos en un ambiente laboral ya caldeado por
las altas temperaturas del acero fundido y se hacía, a ratos,
violenta. Los que constituíamos el entonces llamado "Núcleo
Revolucionario" nos aprestamos a combatir y ganar para la revolución a
una masa confundida por la demagogia y el oportunismo. Así, cerramos
filas junto al interventor y apoyamos la labor que le habían
encomendado. Éramos un reducido grupo y teníamos en contra nuestra a
la gran mayoría de los obreros, a casi todos los empleados de oficina
y a la totalidad de sus dirigentes sindicales. Para hacer más difícil
la tarea, estaba el Presidente y principal accionista de la entidad
intervenida y su "personal de confianza", dedicados a una continua
labor quintacolumnista que iba desde la propagación de rumores hasta
el abierto acto de sabotaje. Eran tiempos de dedicación total y muchos
de nosotros vivíamos y dormíamos dentro de la fábrica. No hacíamos
otra cosa que seguir el ejemplo del Interventor que, en el despacho
del Presidente de aquella empresa privada, armó la cuna de su hijo y
situó allí su hogar.
Aquel oficial rebelde había sido maestro en su natal Camagüey y fue
otra vez maestro para muchos de nosotros. Fue uno de los 82
tripulantes del Granma, con una hernia discal integró la columna
invasora del Che y terminó la guerra en Las Villas, provincia de la
que fue Primer Jefe Militar. Su figura, con tintes legendarios,
imponía: barbas serranas, uniforme de campaña -por lo general viejo y
sudado-, pistola al cinto, dos granadas colgantes de su camisa y la
boina guerrillera donde brillaban las insignias de Capitán. Su voz, de
timbre grave, trasmitía emoción y convencimiento, fe y entusiasmo.
Muchas veces se encendía su verbo con ropajes poéticos y Martí se
hacía presente en sus citas y respaldos. Lo oí esclarecer a los
trabajadores con el mensaje revolucionario de la verdad, rescatar a
los confundidos y desenmascarar a los enemigos encubiertos. Un día
presencié cómo protagonizaba una extraña escena: hablaba con alguien
por teléfono, su participación en el diálogo se limitaba a asentir y a
cortas afirmaciones donde repetía "Sí, comandante... Sí,
comandante... Sí, comandante...". Lo único que variaba era el tono,
cada vez más compungido. Al final lo convirtió en sollozo y contemplé
una lágrima bajar por sus curtidas mejillas. Luego supe que hablaba
con el Che y que éste lo reprendía. El episodio ilustra la dureza con
que el jefe guerrillero sabía llegar a lo más profundo y sensible de
sus hombres. Calixto Morales era un hombre del Che. Hace unos días se
publicó la noticia de su fallecimiento, ya octogenario pero siempre
combatiente, héroe nuestro, y por martiano, como Cabrerita y como
Ñico, hombre sagrado. En ellos, "va un pueblo entero, va la dignidad
humana. Esos hombres son sagrados." Estos tres cubanos son sagrados.

*Esta crónica fue publicada en Agosto 4 de 2013, hoy la vuelvo a
editar como parte de mis memorias.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía
Agosto 15 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

miércoles, 13 de agosto de 2014

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

-- UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Hoy compartiré mi columna de opinión con el carnal Sempronio. Yo me
ocuparé de filosofar sobre la política y la historia, mientras él
tratará los temas intrascendentes de la vida diaria, esos que, como
los mosquitos, nos afectan a todos.

GRANDES MAESTRAS
Cada revolución, como poderosa fuente, mana enseñanzas; sus
trayectorias jalonadas de aciertos, errores, avances y retrocesos,
muestran interesantes coincidencias. Todas alcanzan un punto máximo de
subversión de valores, de sustitución de lo caduco, de rescate de lo
olvidado, de implantación de lo pujante y nuevo. A partir de ese
clímax, comienza un proceso de ralentización que culmina en
estancamiento y muerte. Como agua apresada en un charco, se corrompe.
Antes de llegar a esta fase de descomposición, suelen surgir caudillos
que, en nombre de la Revolución, desvían el curso original, pervierten
las ideas conductoras y se erigen en dictadores (Robespierre,
Napoleón, Huerta, Stalin y Mao, entre otros). Ellos implantan el
absolutismo, la autarquía, difunden el terror en las masas gobernadas
y terminan sumiendo a estas en la indiferencia y la desidia; son los
enterradores de la Revolución.
Todas las revoluciones, la francesa, la mejicana, la rusa y la china,
han conducido a una aparente "restauración" de lo abolido por ellas. Y
digo "aparente" porque a pesar de significar un retroceso, ninguna ha
sido una total vuelta atrás. En Francia, se restauró, de forma
efímera, la dinastía de los Borbones; poca vida tuvo en México la
dictadura de Victoriano Huerta; a Stalin y al capitalismo de Estado,
sucedió la privatización de ese capitalismo, iniciada por Yelsin y
estabilizada bajo la conducción de Putin; por último, China consolida
su inicial "socialismo de mercado", transformándolo en un capitalismo
mixto (estatal y privado), donde "es glorioso ser rico".
Quizás porque han tomado en cuenta estas enseñanzas, hoy tenemos a
izquierda y derecha, grupos que piensan en la restauración cubana,
como una vuelta al pasado. Cada grupo las ha interpretado a su modo:
Los de derecha la esperan con júbilo, la dan por segura porque así lo
desean y están prestos a convertir sus deseos en futuras certezas;
mientras los situados a la izquierda, se desgañitan inútilmente en
alertar sobre ese peligro. Unos y otros parecen olvidar que la
Historia no es un calco de lo pasado, aunque lo asemeje; que la
espiral de la sociedad en desarrollo siempre avanza a un nivel
superior; que la necesidad busca hasta encontrar la posibilidad y que,
en última instancia, la palabra final la tienen las masas necesitadas.

Desde Regla, como siempre,
agosto 14 de 2014


OTRA DE SEMPRONIO
En Regla, la pavimentación de calles y las obras de acueducto y
alcantarillado parecen estar enfrascadas en una guerra de mutuo
exterminio. Tan pronto unos trabajadores concluyen el asfaltado en una
vía, otros comienzan a romperlo para soterrar tuberías. Está claro que
no existe la mínima coordinación entre los que ejecutan uno y otro
trabajo. A ellos no parece importarles el despilfarro de materiales y
la destrucción del trabajo del otro; menos aún su costo. ¿Es que son
Empresas enemigas, las que actúan así? ¿Pertenecen acaso a distintos
propietarios y se guían por intereses disímiles? ¿Dónde ha quedado la
maltratada "Planificación" por la que debemos regirnos?... Estas son
las preguntas que se hacen muchos reglanos.
El otro día, en una parada de guagua escuché la siguiente
conversación, en la que dos mujeres, en trance de ir hacia sus
trabajos, comentaban estas destrucciones de lo ayer hecho. Una de
ellas afirmó que "aquí nada estaba organizado", a lo que la otra
replicó: No, mi vida, en este país sí que hay algo bien organizado: LA
DESORGANIZACIÓN.
Yo, Sempronio, el de Regla, me quedé con ganas de intervenir en el
diálogo y convertirlo en triálogo, pero mi guagua llegaba y tuve que
centrar toda mi atención para no caer en una de las zanjas abiertas
sobre el asfalto recién compactado.

Desde esta tierra bendita de Yemayá, cuna bravía de los abacuá.
En la mismita fecha del articulillo "up supra" de mi socio, un
tratado árido que interesa a pocos.

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
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Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
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jorgecoliva@gmail.com

martes, 12 de agosto de 2014

-FELIX PECHUGA

--FELIX PECHUGA*
Por Jorge C. Oliva Espinosa

En la antigua Escuela de Ingeniería Mecánica tuvimos un administrador
estrella. Era capaz de resolver los más variados problemas de
abastecimiento; no importaba que los artículos necesitados estuvieran
desaparecidos del mercado, Félix los conseguía. Usaba para su
eficiente gestión de métodos muy particulares, a veces al margen de la
legalidad. Nos asombraba constantemente con sus éxitos, muchos no
aprobaban la manera en que los obtenía, pero todos reíamos de sus
hazañas abastecedoras. Su actividad le había ganado entre nosotros el
cariñoso sobrenombre de "Félix Pechuga", porque todo lo resolvía a
"puro pecho."
Aquel joven era un torbellino, desbordaba hilaridad y energía. Siempre
le veíamos sonriente, sudoroso, apurado en sus continuos trajines. Sin
ser militar en activo, no se quitaba el uniforme verde olivo, portando
como única arma una agenda ajada por el uso. Así lo veíamos trabajando
en el almacén o salir como un bólido, al timón del único vehículo que
entonces tenía nuestra Escuela: un desvencijado jeep del mismo color
que su vestimenta. Traje completo de militar, incluida gorra y altas
botas, además del artefacto ruinoso que manejaba, completaban la
impresión de estar frente a un miembro de nuestras fuerzas armadas, al
que le habían encomendado labores muy especiales. Esa apariencia, la
explotaba Félix a las mil maravillas, con una imaginación febril.
Tenía madera de actor y la ponía en función de habilitarnos de todo lo
que escaseaba y nos era necesario.
Cuando en las demás Escuelas de la entonces Facultad de Tecnología
faltaban insumos en sus laboratorios, o los profesores no tenían
bolígrafos, en la Escuela de Mecánica nunca carecíamos de ellos. Todo
gracias a la labor incansable de Félix. Parecía un mago o un generoso
dispensador aquel torbellino hecho Administrador. Pero sus artes no
tenían nada de mágico misterio. Él lograba abastecernos de lo
impensable a base de fanfarronadas. Esa era su arma y la usaba con
suma eficacia. Fui testigo de unas cuantas de sus balandronadas.
Cierta vez necesitábamos cristalería para el nuevo laboratorio
químico. Félix tomó el teléfono y marcó un número. Cuando
respondieron, me quedé pasmado con la parrafada que soltó. La guardo
en la memoria: "Mira, te hablan de aquí, de la oficina de Celia...
Planes Especiales... ¿Qué Celia va a ser, compañero?" Luego pidió,
exigió más bien: "Ponme ahí con el que más manda"; a los pocos
segundos continuó fanfarrón: "Fíjate, voy a mandar para allá a mi
chofer con una facturita ahí... Va a nombre de una Escuela de la
Universidad, no importa, ya te estoy diciendo para donde de verdad es...
Ya tú sabes. Si tienes cualquier duda, nos tiras para acá. Si, Planes
Especiales, de Celia... Eso sí, ese material tiene que estar hoy aquí.
"Y sin dar tiempo a reaccionar al que le oía del otro lado de la
línea, colgó. Acto seguido, tomó su gorra del clavo donde la colgaba y
salió hecho una exhalación en su jeep. Antes que transcurriera una
hora estaba de regreso. El trasto andante que conducía venía con los
muelles vencidos por el peso. En su interior se apilaban las cajas
conteniendo los Erlenmeyer, los beakers, retortas y tubos de ensayo
que tanto necesitábamos. Félix había hecho una de las suyas. En otra
ocasión vi como intimidaba al Director de la fábrica Plínex y le
exigía que le entregara a su chofer (que poco después iba a encarnar
él mismo), las mangueras plásticas que requerían para sus experimentos
los compañeros de la cátedra de Hidráulica. Porque nuestro
Administrador estrella no se limitaba a "conseguir" para nosotros, los
mecánicos. También lo hacía en colaboraciones solidarias con las otras
Escuelas de Ingeniería.
Pero un día, Félix desapareció de la CUJAE. Nadie sabía para dónde se
había trasladado. Pasaron los años, yo me fui para la Escuela de
Industrial y más tarde todas las Escuelas se convirtieron en
Facultades y la CUJAE comenzó a llamarse Instituto Superior
Politécnico. De CUJAE trocó su nombre en ISPJAE de tan difícil
pronunciación, que hasta Fidel criticó tal denominación. Recuerdo que
terminaba ya otro curso más. El calor era tan agobiante como las
tareas que nos esperaban siempre al finalizar cada período docente y
escaseaba la energía eléctrica y la cerveza. Ambas tan necesarias para
refrescar los ambientes. Al pasar por un bar del Vedado, con
anterioridad refrigerado y entonces con sus puertas abiertas por el
ahorro de electricidad, vi que había "un tiro de cerveza". Ávido del
espumoso líquido, me acerqué al mostrador y entonces lo vi. Enfundado
en vistoso y elegante traje, de cuello y corbata, hecho un dandi,
estaba... ¡Félix! A mi exclamación de alegría y asombro, me reconvino
en voz baja, como en un murmullo: "Shsss, socio, no seas tan efusivo,
baja la voz.... Ahora estoy en el servicio exterior y no me conviene que
me anuncies aquí, tomando cerveza..." Tomé la mía, divertido y al
despedirnos fraternalmente, me fui pensando que aquel personaje seguía
siendo el mismo que conocí y que usaba ahora conmigo una fanfarronada
más de las que era adicto. ¡Este Félix no cambia! ¡Vaya Usted a saber
en qué anda para ir en facha de funcionario!, me dije.
Pasaron no sé si unos meses o algo más que un año y vi su foto en los
periódicos. Aparecía de bruces sobre el timón de un auto, la cara
ensangrentada pero todavía reconocible. En New York había sido
asesinado el Diplomático cubano Félix García, víctima de los mafiosos
terroristas que ampara el Imperio. Solo entonces, presa del dolor que
produce perder a un compañero, comprendí que el inolvidable "Félix
Pechuga" no me había mentido.

*Esta crónica fue publicada en octubre 30 de 2012





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domingo, 10 de agosto de 2014

UN CAPITALISTA ASTUTO

--UN CAPITALISTA ASTUTO
Jorge C. Oliva Espinosa

Tuve oportunidad de conocerlo cuando, en mi obligado peregrinar por
toda la isla, a mediados de 1957 llegué al poblado de El Cotorro y
comencé a trabajar como listero en las obras de la Antillana de Acero.
Entonces él era el Presidente y principal accionista de la "Antillian
Steel Cómpany", subsidiaria de un gran consorcio metalúrgico
norteamericano; aquella sociedad anónima agrupaba a los principales
ferreteros del país y llevaba a cabo la inversión en lo que sería la
mayor fábrica de cabillas de Cuba. Era un hombre muy hábil, su
comportamiento era peculiar y obtuvo del mismo un magnífico resultado,
como verán en este fragmento de mis memorias.
Conduciendo un flamante "Buick, modelo Sabre" del último año, llegaba
muy temprano cada mañana. Parqueaba su carro dentro de la vieja
fabriquita "Cabillas Cubanas", de la que aparecía como dueño, allí
cambiaba su inmaculado dril cien o su fina guayabera de hilo por una
deteriorada camisita de sport y tripulando un "jeep" desvencijado se
dirigía a inspeccionar las obras, distantes unos dos kilómetros. Al
llegar, sus paradas eran continuas. Se detenía para saludar a cada
obrero, inquiría sobre sus problemas y hasta le daba consejos a
algunos; a todos conocía por su nombre y por sus nombres les trataba,
pues tenía una memoria de archivo, se mostraba afable, cordial y
cercano. A este le preguntaba si la mujer ya había parido, al otro si
se había aliviado del dolor de muelas y a un tercero sobre el estado
de salud de su anciana madre. A todos escuchaba y atendía sonriente
cualquier petición que le hacían. Tenía establecida una especie de
"casa de préstamos" de la cual, sin intereses, podía beneficiarse
cualquiera de "sus trabajadores" que le pidiera un anticipo. Atendía
con solicitud la petición, sacaba entonces de su bolsillo una de sus
finas tarjetas de presentación y escribía en ella una nota a su Jefe
de Personal, ordenando le diera "al amigo fulano" un anticipo sobre
sus jornales, a descontarle en tales y tales términos. Como resultado
de esta técnica y debido a los muchos problemas de sus beneficiados,
gran cantidad de trabajadores le debía favores y dinero de sus futuros
salarios. Con esta labor demagógica, con su fachada de buena gente,
lograba que todos se sintieran agradecidos y fueran sus fieles
admiradores. Cuando le era necesario despedir a un trabajador, él
jamás aparecía como el responsable; la función de ejecutor se la
dejaba a su Jefe de Personal y allá iba, suplicante, el despedido a
contarle su desamparo al dueño "amigo". Entonces, aquel empresario
bicho, consolaba al desdichado y le explicaba que él no podía quitarle
la fuerza moral a su empleado, pero que sí podía recomendarlo para que
consiguiera otro trabajo; acto seguido le extendía una de sus
tarjeticas, dirigidas a "quien pueda interesar", donde escribía que el
despedido era un magnífico trabajador. Era todo él una mezcla de
Tartufo y Maquiavelo. Cuando terminaba su recorrido por toda la obra,
volvía a donde había dejado su automóvil y allí cambiaba otra vez de
aspecto y personalidad. En la obra se pagaba semanalmente los viernes.
Y ese día, nuestro capitalista inteligente sabía que sus empleados de
oficina, una vez concluida la jornada, iban a jugarse unas cervezas al
"Bar de la Gallega", situado en la carretera Central rumbo a La
Habana. Allí se aparecía él, como por casualidad, ya con su atuendo de
persona acaudalada; se arrimaba al otro extremo de la barra y pedía
una cajetilla de cigarros americanos. Al marcharse, dejaba paga una
ronda a los jugadores de cubilete.
Con este proceder ganó adeptos en la masa y cuando fue intervenida su
empresa por el gobierno revolucionario, los trabajadores reaccionaron
contra la intervención. No entendían "cómo podían hacerle eso al
pobrecito, si era tan bueno y además era un cubano." No fue fácil
convencer a la masa confundida, ni sencilla la labor encomendada al
Interventor. Me consta que ambas fueron arduas tareas.
Varias décadas después y tras múltiples ampliaciones, "Antillana de
Acero" era una enorme empresa estatal llamada "José Martí", aunque
todos seguían nombrándola con su primitivo nombre. Me contaban algunos
trabajadores que habían tenido a "un compañero Director" al que
apodaron "El Fantasma" (1), pues ninguno de ellos pudo jamás verlo de
cerca ni hablar con él. El dirigente llegaba en su automóvil,
descendía del mismo y entraba a su oficina. Cuando salía de la misma,
con igual celeridad, era para abordar el vehículo y marcharse.
Entonces recordé el actuar de aquel empresario capitalista y pensé
cuánto bien hubiera hecho "nuestro" funcionario si se hubiera
comportado como un legítimo representante del poder de los
trabajadores y hubiera sido con ellos, tan cercano como falsamente se
mostraba el antiguo dueño, sin dudas, UN CAPITALISTA ASTUTO.
1) Posteriormente, me informaron que el apodado "Fantasma" no era otro
que Roberto Veiga, quien antes fuera Secretario General de la CTC.
Esto último no he podido confirmarlo con otras fuentes.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 11 de 2014

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miércoles, 6 de agosto de 2014

EL CONSEJO CONSULTIVO Y LOS ESTATUTOS

--EL CONSEJO CONSULTIVO Y LOS ESTATUTOS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Cuando escribí "DIGNA CONMEMORACIÓN DE UN CENTENARIO", relaté que
Gastón Baquero (1), por entonces miembro del Consejo Consultivo, había
sido actor pasivo en un hecho ocurrido el 28 de enero de 1953. Después
de leer aquel artículo, un compañero me dice no saber qué fue el
"Consejo Consultivo"; como, de seguro, muchos jóvenes también
desconocen este engendro, vale la pena recordarlo;
El CONSEJO CONSULTIVO fue un órgano espurio creado por Batista a raíz
del último golpe de estado que perpetró en su vida de malhechor
nocturno y golpista reincidente: el de la madrugada del 10 de marzo de
1952.
Las primeras acciones del dictador fueron disolver el Poder
Legislativo, (el Capitolio fue rodeado por soldados que impidieron el
acceso a los legisladores), deponer al Presidente y demás miembros del
Ejecutivo, ministros, gobernadores provinciales, alcaldes, etc. y
abrogarse esas funciones respaldado por los tanques de Columbia. José
Luis Padrón, en su libro (2) afirma que una vez dentro del campamento
militar, Batista dio otro golpe contra los ejecutores iniciales de la
asonada. No era la primera vez, en el 33 se lo hizo a los sargentos y
clases que lideraban el movimiento del 4 de septiembre (3), ahora le
tocaba el turno a García Tuñón y otros. Inmediatamente, procedió a
nombrar nuevos jefes en los institutos armados y nuevos ministros y
funcionarios que sustituyeron a los del día anterior. Es decir:
comenzó a repartir la República entre sus conmilitones. Para darle un
maquillaje de "civilidad" a su régimen castrense, nombró a un grupo de
civiles, todos acólitos suyos, como "Consejeros Consultivos"; esta
distinguida caterva constituyó el CONSEJO CONSULTIVO con facultades
tanto legislativas como ejecutivas. Es decir, este Consejo sustituía
tanto a la Cámara de Representantes, como al Senado, además de servir
de cuerpo asesor al Ejecutivo que era Batista. El primer acuerdo que
tomó el flamante órgano fue nombrar a Batista como Primer Ministro,
Jefe de Gobierno y del Estado. Una jugada de "toma y daca", tú me
nombras y luego yo te nombro, fue la trágica comedia que escenificaron
para escarnio a los derechos constitucionales y a la ciudadanía. Una
vez investido de poderes, el Consejo Consultivo elaboró LOS ESTATUTOS
CONSTITUCIONALES, un engendro anti-jurídico que entró en vigor
inmediatamente y que suplantó a la Constitución vigente, la promulgada
en 1940 por Delegados elegidos a una Asamblea Constituyente, pero bajo
el mandato tras bambalinas de Fulgencio. Bajo los preceptos de aquella
Constitución, el bastardo de Banes fue electo aquel año presidente
constitucional, mediante sufragio universal y directo, para dárselas
entonces de ejemplo de demócrata. Con los Estatutos de 1952, intentó
vestir "de jure" a su régimen "de facto". Taimado, como siempre se
cuidaba de "guardar la forma".
Una vez promulgados y aprobados por él, el dictador obligó a todos los
funcionarios, incluidos los miembros del Poder Judicial a Jurar dichos
Estatutos y acatarle obediencia como Ley Suprema y Ley de Leyes. El
que así no lo hiciera, quedaba automáticamente destituido. Para hacer
más risible la engañifa, uno de los artículos del mamotreto rezaba:
Los demás artículos de la Constitución (de 1940) quedan vigentes, en
tanto no se opongan a lo aquí dispuesto.
Nuestra Constitución había sido asesinada y nosotros, los estudiantes,
le rendimos postrer tributo en unas exequias que organizó la FEU.
Durante varias jornadas, la velamos en el Aula Magna, en andas
llevamos su ataúd y lo depositamos en la Fragua Martiana; así, no
enterramos nuestra Constitución, nos dispusimos a resucitarla con la
acción revolucionaria bajo la guía del Apóstol.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 7 de 2014
(1) Banes 1914-Madrid 1997, importante periodista, escritor y poeta
del siglo XX, fue Jefe de Redacción del reaccionario "Diario de la
Marina", integró el Consejo Consultivo que redactó los "Estatutos
Constitucionales" promulgados en sustitución de la Constitución.
Calificó al movimiento insurreccional como "locura de terroristas y
ambiciosos prestos a ensangrentar la Patria" y fue vocero
propagandista de la dictadura batistiana. En 1959 partió al exilio y
desde allá siguió publicando artículos que atacaban al gobierno
revolucionario.
(2) "Batista, el Golpe": Padrón, José Luis y Luis Adrián Betancourt,
Ediciones Unión, 2013.
(3) "Junta de los Ocho", organizada por el sargento mayor Pablo
Rodríguez e integrada, entre otros por Eleuterio Pedraza y Mario
Alfonso Hernández; Batista era solo un miembro más.


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