lunes, 24 de junio de 2013

DIME PARA DONDE VAS Y TE DIRÉ SI VOY CONTIGO

DIME PARA DONDE VAS Y TE DIRÉ SI VOY CONTIGO
Por Jorge C. Oliva Espìnosa

De los candidatos nominados, desde mi circunscripción hasta la
Asamblea Nacional, sabemos a cuales organizaciones pertenecen, en qué
año nacieron, los estudios que han cursado y la labor que desempeñan.
Además, que todos son buenos, tienen un expediente laboral intachable
y que la mayoría, por no decir todos, son militantes del Partido. Ah,
también podemos escrutar sus rostros para orientarnos por Lombroso y
quizás encontrar en sus facciones algunos rasgos del carácter de cada
uno. Eso es posible porque publican sus fotos y sus fisonomías pueden
sernos simpáticas o no. Lo que nadie nos dice, ni podemos adivinar, es
lo que se proponen hacer una vez que sean elegidos. Porque ninguno
declara el programa que llevará a cabo. Ni siquiera nos informan de
las medidas que instrumentarán para solucionar algunos de nuestros
problemas y cuyo cumplimiento permitiría calificar el desempeño que
hagan del cargo.
Al amanecer del primer día de 1959, ya estábamos hartos de promesas
demagógicas, siempre incumplidas. Desde el "agua, camino y escuelas"
hasta la "paz y progreso" de Batista, todo slogan politiquero no fue
más que una burla horrenda al pueblo y el pueblo, escarnecido y tantas
veces defraudado, siguió a Fidel. Conocíamos y reconocíamos su
historia y sabíamos cuál era su programa: el Programa del Moncada,
enunciado en "La Historia me absolverá". Ese programa de gobierno
comenzó a cumplirse y todos sabíamos hacía dónde íbamos.
Pero he aquí, que aquel programa se sobrecumplió, nos declaramos
socialistas y comenzamos a cambiar nuestra sociedad. Habíamos hecho
"una Revolución más grande que nosotros mismos". Todo esto en medio
del acoso y hostigamiento constante que nos prodigó nuestro indeseable
y poderoso vecino. Sufrimos agresiones desde el exterior, traiciones y
deserciones en lo interno, se cometieron innumerables errores, y
algunos se rectificaron. Así y todo, seguimos adelante enfrascados en
nuestra construcción. Creíamos estar construyendo el Socialismo hasta
que, el que dirigía la obra nos sacó del error y nos advirtió que
"Ahora sí vamos a construir el Socialismo". Fue cuando muchos nos
preguntamos, ¿qué habíamos estado construyendo hasta aquel momento?...
Pero bueno, ya lo dice el refrán modificado: "rectificar es de...
equivocados". Y una rectificación más, puede importar tanto como una
raya adicional al tigre. Somos un pueblo muy creyente, tenemos una fe
enorme. Y con esa fe en nuestros conductores, seguimos rectificando la
construcción y sacrificándonos por verla un día terminada. Y pasó el
tiempo "y pasó un águila sobre el mar"... En ese lapso nacieron nuevas
generaciones, otros nos hicimos viejos, incluso Fidel que no pudo
seguir conduciéndonos. Y ahora oímos con horror que nos dicen que
nadie sabe cómo se construye el socialismo. Como no me informan cómo
se va intentar construirlo de ahora en adelante, a los candidatos a
dirigir tal construcción, les haré una sola exigencia: DIME PARA DONDE
VAS Y TE DIRÉ SI VOY CONTIGO.

Desde Regla,
Ayer "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía
Junio 24 de 2013


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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