jueves, 2 de mayo de 2013

YO, LA HABANA (Fragmentos) Sexto envío

YO, LA HABANA (Fragmentos)
Sexto envío

1857
No es otra cosa que el oficioso ayudante de un verdadero aeronauta.
Pero como todo "aprendiz de brujo" sueña con superar a su maestro. De
tanto ordenar cables, colocar tubos de gas, desplegar la tela del
globo y luego guardar la barquilla, se creyó en posesión de los
conocimientos suficientes. Compró el aerostato y se lanzó a volar
desde el Campo de Marte. En esa, su primera ascensión, tuvo un
percance serio con la válvula, que resolvió sin amilanarse. Persistió
en repetir la experiencia, pese a las desfavorables condiciones del
tiempo. La audacia y sobrevaloración de su capacidad, en él corrían
parejas. Un cielo plomizo, amenazador, lo vio elevarse y tomar el
rumbo del mar. Allá por La Chorrera, los pescadores le gritaron que
bajara, que ellos con sus botes lo rescatarían de las aguas. Pero
Matías Pérez, autosuficiente, tiró lastre y se perdió en el aire para
siempre.

1861
Alrededor de la colina llamada El Carmelo se han ido construyendo
algunos palacetes. Son propiedad de adinerados que, como José Domingo
Trigo y el Conde de Pozos Dulces, quieren huir del ruido de la ciudad
y crear su apartado retiro campestre. Al estilo de El Cerro, pero más
tranquilo y arbolado. No tarda en tener su parroquia rural, pues la
Santa Madre Iglesia se preocupa por acercar sus oficios al rebaño
(sobre todo si es pudiente). Con anterioridad, ya existían en el lugar
pequeñas estancias de laboreo y cría de ganado, pero esta pobre
feligresía no despertaba igual celo. El lugar se irá poblando hacia el
mar, donde está el caserío de La Chorrera y, más allá de la loma de
Aróstegui, cerca de las canteras, irá a encontrarse con otros barrios
en crecimiento, rumbo al Cementerio, el Leprosorio de San Lázaro y la
Casa de Beneficencia. Irá naciendo así, la barriada de "El Vedado".

1862
A bordo del buque de guerra Blasco Garay, procedente de Nueva Orleans,
arriba el famoso ajedrecista norteamericano Paul Murphy. El Señor
Murphy dará varias exhibiciones del juego ciencia. Son muchos los
habaneros que aspiran a jugar con él. Entre ellos un bayamés, aquí de
paso, que es gran aficionado al juego de las casillas y los trebejos.
Es abogado y se llama Carlos Manuel de Céspedes.

1863
Con espectacular acto público se comienza el derribo de mis viejas e
inútiles murallas. Total, había más ciudad afuera de ellas que dentro.
También en este año, se inaugura el ramal ferroviario Habana-Marianao.
Pasará por Ciénaga, Puentes Grandes, La Ceiba, Buena Vista y los
Quemados. Un grupo de entusiastas pasajeros se apresura a ser de los
primeros en viajar. Antes habían estado divirtiéndose en el famoso
café La Dominica de la calle Mercaderes esquina a O'Reilly. Allí
abordaron sus quitrines y volantas para, en festiva caravana, venir a
la Estación, de donde partirá en breve el nuevo tren. El potente
silbato de vapor, anuncia su inminente salida.

1865
Para el servicio de transporte colectivo urbano, cuento ya con una
línea de carros de tracción animal que cubre el recorrido desde el
Parque de la India hasta el Puente Chávez. No tardará en establecerse
otra desde el placer de La Punta hasta El Carmelo. Y en menos de un
año, aumentarán los recorridos y lugares de salida o estaciones de
recogida del pasaje.
Comienza la urbanización de la zona contigua a las derruidas murallas.
En ella levantarán enormes edificaciones los ricos peninsulares,
señores del comercio. No todas serán ostentosas viviendas, algunas las
destinarán para hoteles, comercios, almacenes y grandes fábricas de
tabacos.

1868
Desde el Muelle de Caballería se despachan tropas con urgencia hacia
Santiago y Nuevitas. La insurrección ha estallado en Oriente, el
Camagüey no tarda en seguirle, y yo soy un hervidero de sentimientos y
afanes independentistas que apenas se ocultan. El eco de los
acontecimientos bélicos, aunque distantes, llena de rumores mis
calles. Se comentan con entusiasmo las victorias rebeldes, se
desmienten los partes oficiales. El cuerpo armado del sector
integrista, "Los Voluntarios del Comercio", hace alardes bélicos en
desfiles y manifestaciones provocadoras; aumentan su insolencia y
represión contra mis habitantes criollos. Muchos de mis hijos más
jóvenes, ante la imposibilidad de sumarse a la contienda, parten hacia
El Norte con la esperanza de venir luego en alguna expedición.

1869
¡Qué Capitán General, ni ocho cuartos! Aquí el verdadero poder es el
Cuerpo de Voluntarios. Turba sin frenos, presta a amotinarse contra
cualquier autoridad que no sea dócil instrumento de sus exigencias.
Con disturbios y atropellos, imponen la represión más brutal: censura
de prensa, estado de sitio, embargos, prisión, deportaciones y
fusilamientos. En mis calles imperan el terror y la barbarie. El 22 de
enero, los torvos uniformados, sedientos de sangre criolla,
interrumpen la función del teatro Villanueva y fusilan a mansalva a
los espectadores. A la multitud que se dispersa enloquecida, se le
persigue y asesina con saña. Dos días después, a descargas cerradas
desalojan la Acera del Louvre; y como imagina que la imponente mansión
de los Aldama está destinada a futura casa del gobierno independiente,
la horda salvaje la asalta, saquea e incendia. El propio Dulce, que
llegó conciliador, se convierte en pelele de los voluntarios y dicta
un bando que penaliza "toda palabra ofensiva a la dignidad de la
nación, toda frase que directa o indirectamente ataque a la integridad
del territorio". Al final le arrebatarán el mando y lo echarán de la
Isla.
El 21 de marzo, al salir el vapor "San Francisco de Borja",
conduciendo 250 deportados, hubo una alarma que hizo a los voluntarios
fusilar de inmediato al acusado de provocarla, pero no contentos con
ello, asesinaron al subcomisario de policía por pensar que aquel era
inocente y, ciegos de rencor y furia, dispararon sobre los congregados
en el muelle.
Lo trágico y sangriento se mezcló con lo grotesco y ridículo, cuando
le rindieron honras fúnebres a un gorrión, símbolo de hispanidad,
emigrante y peninsular como ellos. Se alzó al avecilla, un imponente
túmulo mortuorio en el Castillo de La Fuerza y allá le cantaron misas
y fue a rezarle todo el elemento retrógrado y reaccionario. El
atribulado cortejo militar recorrió luego mis principales calles. Del
mismo, con uniforme de voluntario, formaba parte el Capitán General.
El desenfreno continuará, abriendo abismos de sangre entre cubanos y
españoles y el 21 de octubre será detenido un jovencito llamado José
Martí, de sólo 16 años

1870
Allá en Oriente la insurrección cobra fuerza de verdadera guerra. Soy
un hervidero de laborantismo criollo y eso lo saben muy bien las
autoridades. Los habaneros no ocultan sus ideas y sentimientos, hacen
ostentación de su militancia rebelde. Los voluntarios alardean de
fidelidad a la Corona y se ceban en ellos. El régimen opresor está
sediento de sangre. El 4 de marzo un consejo de guerra ha condenado a
Fermín Valdés Domínguez a la pena de seis años de arresto mayor, al
hermano de éste, Eusebio, y a Anastasio Foirtier a la de destierro,
mientras que José Martí y Pérez es sancionado con seis años de
presidio. El 7 de mayo se ejecuta en garrote vil en la explanada del
Castillo de El Príncipe, al titulado general insurrecto Domingo
Goicuría. El 25 de agosto es fusilado en el foso de Los Laureles de La
Cabaña, un poeta: Juan Clemente Zenea.
Pepe, en la pasión de sus ideas sufre, pero no alcanza a entrever el
sufrimiento de su padre. Ha encontrado su gloria en el sacrificio de
la vida y es incapaz de comprender al viejo, simple y gruñón, que
llora. ¡Oh tormento supremo del Dios Padre que ve inmolarse en la cruz
al Hijo! Don Mariano enjuga una lágrima y pone una almohadilla bajo
los grilletes del preso número 113.

1871
Un simple rumor los llena de pavor. En todo creen ver indicios de
infidencia, los celosos guardianes de la integridad hispana. Basta el
menor incidente, para que se junten cientos de voluntarios, armados
hasta los dientes, ceñudos y recelosos de sus propias sombras,
disponiendo a su antojo de vidas y haciendas. Él no estaba allí. No
podía haber estado, pues se encontraba en Matanzas y puede probarlo.
Pero por culpa de un profesor ausente y de otro profesor cobarde, fue
detenido, entró en la rifa y ha sido uno de los elegidos. En el
macabro sorteo que organizó la horda infame, le cupo tal suerte.
Mañana, será uno de los ocho estudiantes de Medicina, que fusilarán
por dañar una tumba donde se podría un cadáver: El Colonialismo.

1874
"Las cosas de la guerra se sabían bien aquí, porque con los serones de
viandas venían las noticias. Así nos enteramos de que, en Las
Guásimas, ya dentro del Camagüey, Máximo Gómez acabó con una columna
española, en una verdadera batalla de varios días. Que después repasó
la trocha y que Maceo todo lo quemó, todo lo arrasó por la zona de
Guantánamo.

1875
Abre sus puertas, frente al Parque Central, el gran Hotel Inglaterra,
cuyas instalaciones pueden competir con los mejores hoteles del mundo
en comodidad y servicios a sus huéspedes. No obstante, este hotel no
se hará famoso por la calidad y magnificencia que ofrece, sino por
algunos personajes que allí se alberguen y, sobre todo, por
acontecimientos que ocurrirán en sus portales y acera.
En este año, Máximo Gómez lleva la tea invasora hasta Las Villas. No
hay trocha que pueda atajarle.

1877
Sigo de adelanto en adelanto. Para el traslado de carga y pasajeros,
se sustituyen los carros de tracción animal por los de vapor. Los
artefactos mecánicos harán el recorrido que hacían aquellos desde El
Carmelo hasta el Placer de La Punta. Como si fuera poco ruidosa, con
tanto cañonazo y el alboroto de tantas campanas en iglesias y
conventos, ahora tengo el resoplar de locomotoras, que inundan de
bramidos y ensordecedores silbatazos mis calles. Don Joaquín Payret
abre su nuevo teatro, frente a una de las esquinas del Parque Central.

1878
Después de diez años de heroísmo y sacrificios, la desunión y el
caudillismo han vencido a los rebeldes. La calle Muralla, centro del
comercio español e integrista, se engalana para recibir, en fastuoso
banquete, al Pacificador. Arsenio Martínez Campos recibe el homenaje
de muchos que se han enriquecido con la guerra. A su alrededor la
adulación festeja con júbilo la victoria. Pero él tiene una espina
dentro que no lo deja disfrutar el triunfo: Maceo se ha negado a
rendirse y rechaza la capitulación firmada en un lugar llamado El
Zanjón. En la mayoría de mis casas reinan la tristeza y el
recogimiento. En otras pocas se oyen críticas airadas contra los
derrotados. Son los acomodados que, que como único sacrificio,
mandaron quinina al campo insurrecto.
(Continuará)


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com.es
jorgecoliva@gmail.com

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