miércoles, 29 de mayo de 2013

GRIETAS Y LAGUNAS

GRIETAS Y LAGUNAS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Me reviso y me examino, desde el principio. Mis convicciones me
llevaron a participar en la lucha impuesta a mi generación por una
sangrienta tiranía. Durante los casi siete años de aquella noche
tenebrosa, los ideales de justicia y libertad nos guiaron hasta
alcanzar la victoria. Durante ese tiempo, en el frenesí del combate,
fuimos aprendiendo verdades: el sátrapa que nos oprimía era sólo un
instrumento, el mal radicaba en el sistema; Cuba no podría ser
independiente, mientras no alcanzara la independencia económica y se
librara de su secular supeditación a intereses foráneos. Amamos
nuestra historia y ella fue una gran maestra. En sus páginas se
repetían los ejemplos de cómo el Imperio vecino se había interpuesto
siempre, frustrando nuestro destino, impidiendo nuestra felicidad.
Martí y Guiteras nos reafirmaron esas verdades. Como si fuera poco, un
compañero de lucha me dio a leer un libro esclarecedor. Se titulaba
"Fundamentos del Socialismo en Cuba" y su autor era Blas Roca,
dirigente del Partido comunista del patio. Para comprender las
verdades encerradas en aquellas páginas, tuve que vencer los
prejuicios que me producían el autor y su partido que, diciéndose
socialista y popular, en el 33 no había comprendido a Guiteras, que
en el cuarenta pactó con Batista, su asesino y que, en aquellos
momentos, se oponía a nuestro método de lucha (la lucha armada). Supe
después, que el libro no era más que una historia de Cuba, vista a
través del prisma interpretativo del Materialismo Histórico. Con el
triunfo, tuvimos un maestro gigante: Fidel. En sus interminables y
continuos discursos nos guiaba en el aprendizaje, reafirmaba en
nuestros ideales, nos disipaba dudas, trocaba nuestro entusiasmo en
convicciones. Con la fe del nuevo converso me dediqué a aprender y la
Revolución me dio la oportunidad de estudiar. Fui de los primeros en
pasar las EBIR (Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria) y más
tarde formé parte de la dirección de una de ellas. Durante mis
estudios superiores cursé las asignaturas de Materialismo Dialéctico e
Histórico y las Economías Políticas del Capitalismo y del Socialismo.
Así me bebí una serie de textos y manuales, desde el Olieinick hasta
los del profesor Humberto Pérez, pasando por los ladrillos de la
Academia de Ciencias de la URSS. Más tarde, cuando me presenté a
oposiciones para la plaza de Profesor Auxiliar, tuve que examinar
Filosofía marxista y estudiar las principales obras de los fundadores
del Socialismo Científico. Pero más que todos estos estudios, me
enseñaron estos cincuenta y tantos años de Revolución. Esa fue y es
nuestra verdadera Escuela. La que nos formó y nos enseña día a día.
Basado en este recuento que he resumido, creí poseer una formación
sólida. Pero ahora veo que afloran en ella lagunas. Y en lo que creí
un edificio firmemente cimentado, aparecen grietas. Grietas y lagunas
me llenan de dudas acerca de la solidez de mis conocimientos. Se
levantan, como montañas infranqueables, preguntas que no puedo
responder. ¿Es tan pobre nuestra cantera de cuadros sindicales, que ha
sido necesario nombrar un cuadro del Partido para que dirija el Comité
Organizador del próximo congreso obrero?... En la sombra que proyecta
esta interrogante, cobran significado especial los versos de una
canción de Silvio Rodríguez, que dicen:
"… ¿Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera, qué cosa fuera la masa
sin cantera?…"
¡Qué pobres han resultado los frutos de la Escuela que, para sus
cuadros dirigentes, ha mantenido la CTC durante décadas! ¿O es que los
egresados de ella, no son ideológicamente confiables en la apreciación
del Partido?
A pesar de estar de acuerdo con lo que me escribió Sempronio, reitero
la solicitud que hice ayer: Si alguien puede ayudarme a reparar mis
grietas y rellenar mis lagunas, le quedaré infinitamente agradecido.

Desde Regla,
Ayer "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía
Mayo 28 de 2013

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com.es
jorgecoliva@gmail.com

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