jueves, 11 de julio de 2013

EL TOTI

EL TOTÍ
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Decía una vieja y popular tonada: "canta mi gallo quiquiriquí, la
culpa de todo la tiene el totí". Y es que, desde antaño, era sabido
que "aunque todos los pájaros comen arroz", la culpa de tal
depredación, la carga siempre el negro pajarillo.
Cada época ha tenido su totí y este gran culpable ha sido utilizado
por muchos. Los dictadores "totizaron" tradicionalmente a los que
luchaban por derrocarlos, los culpaban de la intranquilidad ciudadana,
de atentar contra la propiedad y terminaban tildándolos de comunistas.
Los estalinistas achacaron todos sus males, primero a Trotsky y luego
a todo marxista y revolucionario honesto que se les opusiera o
simplemente los criticara. Ahora, aquí, en mi Cuba adorada, todas las
culpas se las endilgan, primero al bloqueo imperialista, y después al
pueblo. Hoy resulta que todos nosotros, Usted, yo, Chicho el
bodeguero, Teté la del Comité, Olga la tamalera, todos, somos los
totíes del cuento.
Se ha hecho moda achacar al pueblo sufriente todos los males. Hubo
hasta un insolente que nos acusó de ser "unos pichones con el pico
abierto, siempre exigiendo". Cualquier burócrata, no importa su nivel,
se apresura a culpar al "usuario" del desorden y otros males que su
accionar indolente provoca. Así, escuché hace poco a una funcionaria,
encargada de los cajeros automáticos, que responsabilizaba del mal
funcionamiento de esas máquinas al abuso que reciben; según ella, no
era por la falta de mantenimiento, ni de piezas de repuesto no
previstas por su ineficiente gestión. Los causantes de que, la más de
las veces, estuvieran fuera de servicio o simplemente inutilizados,
eran los que abusaban de esos autómatas, sin miramientos ni
conocimientos sobre su manipulación. Si el transporte público está en
ruinas, es por el daño que le causan los pasajeros. La deplorable
situación de la telefonía, ETECSA la achaca al maltrato que le da la
población a los teléfonos públicos. Que peces y crustáceos hayan
desaparecido, es imputable a Paco y a todos los que, como él, tiran
sus pitas y anzuelos desde el muro del Malecón. De igual forma, la
culpa de que los productos del agro se pudran, esperando por Acopio,
le es transferida al transporte, a la falta de piezas para los
camiones o al imperialismo que nos bloquea. Y en última instancia, el
culpable es el campesino cultivador, por no prever los envases, no
cumplir lo contratado, no sacar los productos a tiempo, etc. Pero,
como se dice, "la tapa al pomo", la vino a poner el Presidente, cuando
nos culpó a todos de los males que enumeró con precisión de
escrupuloso contable. Esto ya era inadmisible y se hizo paradójico
cuando, después de juzgarnos culpables y amenazar con reprimirnos, nos
convocó a todos a luchar contra la situación imperante, de la que nos
considera reos convictos.
Claro que todos los que amemos a nuestra Patria, debemos luchar por
devolver a la sociedad los valores perdidos. Pero la gran mayoría no
podemos asumir el papel del totí. Como parte involucrada y acusada,
asumo mi propia defensa. Vamos a ver: ¿de quién es la culpa que la
juventud denote falta de valores y una gran parte de ella, aspire a
emigrar?, ¿fui yo quien separó a esos jóvenes de sus familias, con las
Secundarias y los Pre en el campo, cuando comenzaban la adolescencia y
más falta les hacía el influjo familiar?, ¿de quién es la culpa de que
casi nadie quiera trabajar y los que lo hacen, lo hagan con desgano?,
¿quién permitió que la situación de degradación moral llegara a estos
extremos?, ¿quién, durante décadas, se hizo el de la vista gorda ante
los desmanes de la incivilidad?, ¿fui yo, por ventura, quien disparó
los precios y redujo de mil formas el salario con que mal paga a sus
trabajadores, un patrón monopolista y explotador, disfrazado de
socialista?, ¿fui yo quien envió para la calle a delincuentes que
debían estar en prisión? Entonces, ¿por qué culpar al Totí?...

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Julio 12 de 2013

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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