sábado, 20 de julio de 2013

AVISO

AVISO
AFECTADO SEGUNDO ENVÍO
Por este medio se hace saber a los consumidores, que el segundo envío
normado de micro-cuentos ha sufrido afectaciones. La cuota asignada en
megas a este centro distribuidor fue agotada. No obstante, como vivo
en Regla, y este es un pueblo muy solidario, en cuanto salí a pedir
con un jarrito, mis vecinos me prestaron un poco de sus reservas. A
ellos tampoco les quedaba mucho, pero así son: comparten lo poco que
tienen. De esta forma, con un esfuerzo extra y gracias a la
generosidad de mis coterráneos, aquí va este segundo envío. Favor de
recordar que estos productos están siendo distribuidos como algo
extra, fuera de mis artículos de opinión, que constituyen lo normado.
Les ofrezco disculpas por el retraso.
Jorge C. Oliva
Regla de mis amores, julio 20 de 2013.

PREVISIÓN
Lo miró arrobada y mientras lo estrechaba con ternura, pensó:
Eres suave y me llenas de delicias. Acariciador como ninguno,
recorres mi piel desnuda, penetras hasta los rincones más íntimos y me
impregnas toda de tu perfume. Me dejas como nueva: reconfortada y
satisfecha. Sin embargo, noto que en cada sesión te desgastas a ojos
vista y que últimamente te has puesto muy delgado. A tal punto, que
pronto ya no me servirás, y tendré que cambiarte por otro...
Completamente desnuda, chorreante de aguas que lamían su figura, la
muchacha salió de la bañera y buscó un nuevo jabón.

REPUDIADA
Ya no es joven, ni yo tampoco. Ha sido mi compañera durante muchos
años, pero ya no la resisto. Destino de mis sueños y propiciatoria de
los mismos, compartió conmigo tanto noches plenas, como insomnes
noches de desvelo. Fue consuelo y refugio de mis fracasos y muchas
veces me ayudó a analizar mis conflictos y a tomar decisiones. Es
cierto que mi lecho no fue, precisamente, de rosas para ella. En
cuanto me incomodaba, la aporreaba sin compasión hasta que adoptaba
la forma y postura que yo exigía. No, no todas las noches la abracé
con ternura y fruición, hasta quedar rendido sobre ella. También es
verdad, que trató siempre de amoldarse a mis caprichos, que fue dócil
y que sufrió en silencio mi insomnio y mal humor. Pero, igualmente,
había ocasiones en que se mostraba terca, dura y atravesada.
Incómoda, en una palabra. Además, la otra noche dormí con otra, me
gustó más y me sentí mejor acompañado. Por todo ello, a pesar del
tiempo que hemos compartido juntos, hoy decidí cambiar mi vieja
almohada.



--
________________________________________________________________
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario