martes, 2 de julio de 2013

COMO EL CURRO EN LA FIESTA

COMO EL CURRO EN LA FIESTA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

No me canso de leer y volver a leer un extenso artículo del compañero
Pedro Campos, titulado "La Encrucijada de la Economía Cubana". Es una
exposición contundente, argumentada de forma irrebatible y llena de
deprimentes verdades. Entre sus muchas y acertadas afirmaciones,
remarqué aquella en que señala: "Si la independencia de España en el
Siglo XIX fue retardada por el miedo al negro, en este Siglo XXI, el
socialismo lo está siendo por el miedo al trabajador." No es la única
verdad que postula. Son muchos sus enunciados categóricos que no
admiten cuestionamiento alguno. Así, con notable lucidez y poder de
síntesis, resume las ideas contenidas en su artículo, de la siguiente
forma: "Para destrabarse, la economía cubana debe avanzar
decididamente hacia la privatización o hacia la socialización; pero la
burocracia estatalista, obstruye ambos caminos".
Con un realismo conmovedor, Campos nos describe las dos opciones que
se abren ante los gobernantes cubanos, por una de las cuales debe
enrumbarse nuestra economía. Las dos, en direcciones contrapuestas,
se presentan como los dos ramales de un camino que se bifurca. Es la
encrucijada que menciona el autor. Para continuar avanzando, habrá que
decidir por cuál rama tomar. Una conduce a la privatización retrógrada
que nos regresaría al capitalismo, donde los capitalistas serán
entidades privadas, el Estado o ambos en contubernio. En sentido
contrario, se abre el camino de la socialización plena y verdadera, en
la que se afirmen los principios de una real sociedad socialista,
donde el poder sea del pueblo; no la estatalización que encubre un
capitalismo de estado.
Después de desmenuzar los componentes de la sociedad, sometida a
simple espectadora de la decisión que se tome y cuyo costo pagará,
Campos identifica, con certeza plena, la clase que obstaculiza
cualquiera de las dos opciones. Nos revela el motivo que la lleva a
presentar cerril resistencia a ambas y con ello, inmovilizar a los que
debían conducir la marcha. Esa clase paralizadora es la nueva
burguesía abroquelada en el poder, la "Nueva Clase" de la que habló el
yugoslavo Milován Djilas en 1957, clase cuya motivación y fin último
es conservar el poder. El poder del que se han apoderado como élite,
del que disfrutan ellos y sus familias, convertidos en una nueva
aristocracia y que temen perder. De esta forma, vemos a una casta
burocrática opuesta a la sociedad en pleno. Ella teme tanto a los que
añoran el capitalismo y desean su regreso, como a los partidarios del
socialismo. Se enfrenta, pertinazmente, a todos, a todos trata como a
enemigos y hace imposible cualquier cambio. Esta nueva clase, que
Campos denomina "buroburguesía", tiene la certeza que será desplazada
del poder, cualesquiera que sean los triunfadores, socialistas o
capitalistas. Por esa razón, estanca la toma de cualquier decisión y,
situada ante la encrucijada, como una pesada mole, hace imposible
avanzar.
Como diría Sempronio, coloca al gobierno en la clásica posición del
proverbial Curro. El que estaba en la fiesta y no se podía ir ni
quedar.

Desde Regla,
Ayer "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Julio 2 de 2013


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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