martes, 9 de julio de 2013

AL PAN, PAN

AL PAN, PAN
Por Jorge C. Oliva Espinosa

"Al pan, pan" y "Al César, lo que es del César". He reunido un refrán
popular con una cita bíblica y no es por gusto. Ambos me vinieron a la
mente, al escuchar el discurso del Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros, en la clausura del período de sesiones de la
Asamblea Nacional. Nuestro Presidente no se anda con rodeos y calificó
con claridad conceptual lo que veníamos disimulando con eufemismos.
Desde hace rato, los cubanos estamos sustituyendo términos existentes
en el diccionario y aportando significados nuevos al idioma. Así
llamamos jineteras a las prostitutas, desvío o apropiación indebida al
robo, regalitos a los sobornos; se suplanta el verbo delinquir, por
luchar o vivir del invento y los delitos y vandalismos se engloban,
con otras desviaciones de la civilidad, bajo un neologismo muy cubano:
indisciplinas y conductas indebidas. Raúl fue categórico, llamó a cada
cosa por su nombre y deslindó las fronteras, muy claras por cierto,
entre delito, contravención e indisciplina.
Estamos presenciando un cambio muy significativo en el método y en el
estilo de gobierno, distintos a los que estábamos acostumbrados desde
hace décadas. De estilos y métodos diferentes me ocuparé en una
próxima crónica. Pero ahora, es preciso concentrarnos en este
discurso. En él se señala como gran culpable al pueblo.
Paradójicamente, se le pide colaboración al acusado para enfrentar la
situación denunciada y se anuncia como remedio la mano dura y otros
métodos represivos. Sobresalen dos reconocimientos tácitos: los males
que nos aquejan y "la mano blanda", la criminal tolerancia con que
hasta ahora se ha permitido la proliferación de esos males.
Es muy probable que este discurso produzca reacciones diversas. No lo
percibirán igual, delincuentes y personas decentes. Entre estas
últimas, unas lo aplaudirán, otras le imputarán retraso, no apuntar a
las verdaderas causas, ser "más de lo mismo", o tratarán de
descalificarlo al atribuirle culpabilidad en la situación que
denuncia. Situación de degradación y descomposición social que, todos
los que amamos a Cuba, estamos llamados a conjurar y combatir. Pero,
sea cual sea la visión con que se le juzgue, justa o injusta, una cosa
es innegable: Este Presidente ha rescatado el idioma que estábamos
deformando; salva, entre tantos valores perdidos, los valores
semánticos de ciertas palabras, habla bien claro, le dice "al pan, pan
y al vino, vino". Hay que reconocerlo y acreditárselo como
característica. "AL CÉSAR, LO QUE ES DEL CÉSAR".

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Julio 10 de 2013



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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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