jueves, 11 de abril de 2013

RECORDATORIO A ROBERTO ZURBANO

RECORDATORIO A ROBERTO ZURBANO
Por Jorge C. Oliva Espinosa

No te conozco y no tengo tu dirección de correo electrónico, vía que
utilizo para comunicar a amigos y enemigos mis pareceres. Quiero
dirigirme a ti de cubano a cubano, con la fraternidad que todos nos
debemos, por eso me atrevo a tutearte. Espero que algún periodista,
entre los destinatarios de mis crónicas, te haga llegar la presente.
Favor que ruego y agradezco.
Volvemos a vivir otro abril y se niega a ser pasado un nombre
glorioso: Girón. Lugarcito antes olvidado y hoy para siempre clavado
con sangre en la memoria. Recuerdo aquella primavera de peligros, de
polarización tajante, en espera de la inminente agresión. El primer
comunicado del Gobierno Revolucionario, no especificaba la composición
del contingente invasor que había hollado el suelo sagrado de la
Patria. En un primer momento, pensé que eran los marines yanquis y me
dispuse a enfrentarlos. Igual pensaron muchos, tanto los que se
llamaban revolucionarios, como otros que no habían comprendido y,
víctimas de los prejuicios, se oponían al proyecto socialista acabado
de proclamar. Fui testigo de aptitudes patrióticas, entre quienes no
se ocultaban para mostrarnos sus desacuerdos, pero que en aquella hora
difícil, reclamaban un fusil por el solo hecho de ser cubanos. Entre
los mercenarios, renegados de su patria, venía un negro. Fidel, ante
las cámaras de televisión, le increpó: "¿Qué tú haces aquí?" Nada, que
siempre hay un despistado. Eso fue en el año 61, después pasaron
muchas cosas y llegó el 80 y se abrió El Mariel. Volví a ver,
posiciones semejantes en los reclusos que rechazaban la libertad a
cambio de abandonar el país. Eran cubanos, por encima de su pasado
delincuencial. Preferían continuar en presidio, antes que
desarraigarse: "¡Soy un delincuente, pero antes que eso soy CUBANO!"
Separados por décadas de acontecimientos trascendentales, estos
distintos personajes concitaron mi reconocimiento y respeto. Por
encima de las concepciones ideológicas y del desenvolvimiento social,
estaba la condición de CUBANOS que nos unía. Podíamos concebir de
distinta manera el país que queríamos, podíamos andar la vida de
distinta manera pero, por encima de nuestras diferencias, nuestro
origen nos identificaba como uno y lo mismo. Es que nuestra
nacionalidad, única y mestiza, no admite diferenciaciones. Aquí no son
válidos los términos "Afrodescendiente", ni "Afrocubanos". Porque,
como dice el dicho, "De San Antonio a Maisí, el que no tiene de congo,
tiene de carabalí". ¿Dónde está el cubano que puede blasonar de ser
blanco puro o negro puro? Nuestra identidad mestiza nació en el
barracón, donde el colono español, preso de lujuria, se iba a
refocilar con la negra esclava, despreciando a la señora blanca que
dejaba dormida en su rica cama. Ese fue nuestro origen. Y del mismo,
debemos estar orgullosos. Somos hijos del amor desenfrenado, de la
lujuria y así somos, sin respetar límites, como nos definió el
dominicano sublime que luchó por nosotros más que ningún cubano: "O no
llegamos o nos pasamos".
Por todo lo anterior, me entristece conocer que un cubano que, por
añadidura, tiene la piel negra, hable con la voz y el lenguaje del
enemigo. Lo reprendería igual si tuviera blanca la piel y los ojos
azules. ¿Qué haces ahí, dando combustible a las diatribas del
adversario? Con esas ideas, que enuncian como tuyas, con júbilo te
acogerían en la Fundación Cubano Americana, nunca en nuestra "Casa de
las Américas", que es casa de una América mestiza, ni en nuestra
UNEAC, donde los escritores y artistas son, ante todo, CUBANOS. Mira,
allá, donde publicaron tus deplorables declaraciones, tienen un
presidente negro. Negro, como el que aspiras surja después de Fidel y
Raúl, a quienes achacas todo lo detestable del racismo. Por favor,
mira allí, donde un presidente con pasas no puede evitar la
discriminación contra los que tienen la piel oscura. Por favor, estás
a tiempo. No te dejes embriagar por aquellos que magnifican y
amplifican tus desdichadas palabras. Rectifica y aclara lo que divulga
el enemigo como dicho por ti. No te unas a la campaña difamatoria
contra tu patria. No te alíes con los que sueñan aplastarnos. Eso, sin
importarnos el color que tenga tu piel, no te lo perdonaríamos
nunca...

Desde Regla,
Ayer "La Sierra Chiquita", ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Abril 11 de 2013


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com.es
jorgecoliva@gmail.com

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