lunes, 17 de noviembre de 2014

LA SANTISIMA TRINIDAD*

--(1ra. Parte)
Por Jorge C. Oliva Espinosa
*Fragmentos de "Instrucciones para sobrevivir en Cuba", obra escrita
por mí al comienzo del "Período Especial" y que hoy "actualizo".

Eso de que Dios es uno y tres, es cosa difícil de comprender; un
problema que se viene discutiendo por monofisistas y arrianos desde
tiempos remotos. Desde casi los orígenes del cristianismo ha sido tema
controversial ése de la Santísima Trinidad. ¿Era Jesús Dios mismo o
solo era su hijo? ¿Tenía naturaleza humana o divina, o ambas? La misma
Iglesia ha reconocido lo escabroso del asunto y, después de varios
Concilios donde afloraron las disputas cristológicas, lo ha catalogado
de Misterio y Dogma.
Nosotros, los cubanos, tenemos nuestras propias Trinidades, que son
varias a falta de una y tan misteriosas como la teologal. Por ejemplo:
Trabajo- producción-consumo. O azúcar-café-tabaco... Y la de máximo
poder entre todas: la constituida por Partido-Gobierno-Estado. En
nuestro país hay trinidades soñadas por muchos y que algunos alcanzan
gracias a "Papá y sus amigos"; es el caso de los tres elementos: auto
con gasolina, divisas y viajes al extranjero, las tres implícitos e
indisolublemente unidos en el cargo donde se acomodan familiares y
amigos de otros "amigos de Papá". Otro trío misterioso lo constituyen
los problemas de nuestra agricultura. Como el dogma religioso,
nuestras trinidades plantean un reto a la fe y a la imaginación. Los
invito a analizar algunas. Veamos la primera:

I. AZUCAR, CAFE Y TABACO
Estos tres productos fueron la base de nuestra economía, de nuestros
eventuales florecimientos y de nuestros seculares males.
Son, en resumen, lo que producimos y debían ser de lo que vivimos.
Productos de los postres, para la sobremesa. Pero no para alimentarse
propiamente. Han dicho los especialistas que los tres juntos malamente
darán de comer a un pueblo. A nadie se le ocurre pasar a los postres
sin haber comido.
Azucarera del mundo, Cuba era un inmenso cañaveral, suscitando la
controversia de la diversificación agrícola versus el monocultivo que
nos hizo dependientes. Hubo un tiempo que dijimos: "Sin azúcar no hay
país". Después lo negamos, fuimos a la diversificación y a la
industrialización... Todo para caer luego en una maratónica zafra de
diez millones que, por suerte, no llegamos a hacer y que por poco
acaba con el país.
El panorama de la Cuba mísera en caña, hambrienta en azúcar,
sangrienta monocultivadora y dependiente del "Coloso Norteamericano",
quedó atrás. Nos liberamos del terrible tiempo muerto. Ahora, en las
labores caña-azúcar, se trabaja todo el año y tienen trabajo más
hombres y mujeres que nunca antes. Se mecanizó el corte, el alza y el
tiro. Se construyeron modernos Centrales azucareros, se introdujeron
mejores variedades de plantas, más rendidoras y resistentes. La
agrotecnia del cultivo introdujo la quimificación, el riego y el
drenaje parcelario, además del otro llamado "ingeniero". Se siembran
miles y miles de caballerías cada año. Siembra que siempre se reporta
con atrasos y que obliga cada año a poner tensa la actividad, igual
que el deshierbe. Al final, hay menos toneladas de azúcar producida.
¿No es esto un misterio digno de uno de los elementos de la Trinidad?
Para concluir, el ron, ese hijo natural de la caña, hoy se produce en
mayor número de destilerías. Se produce alcohol, como para venderle a
Brasil todo lo que aquel gigante necesite. Pero, hay menos ron. Sin
embargo, el consumo ha aumentado y la cantidad de alcohólicos o
consumidores consuetudinarios va en aumento. ¿A que usted tampoco lo
entiende, va?
Los otros dos catetos del triángulo, el café y el tabaco pasan por
situaciones similares. Empecemos por el café: "¡Ay, mama Inés, todos
en Cuba tomamos café'!" Decía Eliseo Grenet en su famosa canción, que
recorrió el mundo entero. ¡Y de veras que tomábamos café en nuestra
isla! En la Cuba capitalista existían varias marcas de café afamadas y
publicitadas: Pilón, Tupy, Regil... que yo recuerde. La Habana y las
capitales de provincias padecían una verdadera peste de puestos de
café. En cada esquina había uno y en cada medianía de cuadra también.
Cuba exportaba café y la población consumía sin otra norma que la del
bolsillo. Para eso estaba la cadena "Felito", que le vendía la taza a
dos centavos (uno menos que el precio más extendido): claro, que con
tazas cuya oquedad era un poco más chica, pero con igual tamaño
exterior. Ahora seguimos exportando, pero compramos café de la peor
calidad a Uganda que, ligado con chícharos es lo que consumimos. Claro
está, racionado, o como se dice aquí, NORMADO. ¿Cómo llegamos a esta
situación de penuria cafetalera? Pues a través de un sueño. Una vez
tuvimos la quimera de un dumping del café. Y sembramos la variedad
caturra, a la que no le hacía falta sombra, hasta en el mismísimo
parque Central. Nuestro lema fue: Caturra hasta que te aburra. Incluso
desarrollamos una corriente de turismo sembrador, y fui a sembrar con
toda mi familia a la isla que entonces se llamaba de Pinos, con todos
los gastos pagados, sólo por sembrar. Aquello era demencial. Abríamos
huecos en el mármol y trasladábamos toneladas de materias orgánicas
para fertilizar la piedra. ¿El resultado? Nos divertimos bastante.
Abrimos miles de huecos, que otros se encargaron de rellenar y después
todos nos olvidamos del caturra, como del Cordón de la Habana.
¿Y el tabaco? Ese producto que nos ha dado fama universal. Cuando en
el mundo entero se habla de un "puro" de alta calidad, se le llama
"habano". Y si es habano tiene que ser cubano, por encima de la
antonomasia. ¿Entonces cómo explicar que le compremos tabaco a Italia
para consumo interno? ¿Es que ahora que somos menos, fumamos más a
pesar de que una cajetilla de cigarrillos cuesta el equivalente del 5%
del salario medio nacional?

II TRABAJO, PRODUCCION, CONSUMO.
Es demasiado obvio que para tener hay que producir. Y para producir
hay que trabajar. Esta vez TRABAJO-PRODUCCION-CONSUMO es otra trilogía
misteriosa. ¿Por qué? Porque en Cuba esto no se cumple. Veamos: Aquí
no se trabaja, pero los planes se sobre cumplen. La producción se
sobre cumple, pero no hay productos. No hay productos, pero todos
tenemos un poco de todo. Es decir, hay consumo. Si no, mírele a los
pies a cuanta persona encuentre en la calle. Todos van calzados. La
mayoría con zapatos extranjeros. Y aquí hace más de cuatro años que no
se vende zapato alguno por la libreta.
Antes de aparecer las tiendas recuperadoras de divisas (TRD, CUPET,
CARACOL, CIMEX, PANAMERICANAS, etc.), ésas que venden de todo en
moneda real, cuando no existían en ningún mercado relojes digitales,
era común encontrarlos en las muñecas de muchos hombres, mujeres y
niños. Igualmente no se vendían refrigeradores y sin embargo, se
producían en el país. Y no hay casa que no cuente con este artículo
imprescindible, además de otros efectos electrodomésticos.
Y esto, que nos hace rascar la cabeza en lo económico-social se repite
en lo político. Aquí, todos critican acremente y muestran desdén por
el gobierno cuando están en un círculo de confianza. Pero, todos
apoyan a ese mismo gobierno y la plaza se llena cada vez que éste
convoca. Gallup quedaría desconcertado si encuestara a una muestra,
cualquiera que sea.
Sigamos enumerando contradicciones políticas que constituyen
verdaderos misterios: Como todos tenemos derecho a ser postulados,
todos podemos llegar a ser Gobierno. Sin embargo, no lo tenemos para
ser Oposición.
En Cuba, de 1959 acá, no se ha reportado un solo caso de desaparecido.
No hay torturas, ni crímenes políticos. No ha aparecido, como en el
pasado, ningún cadáver baleado en plena calle. ESO ES VERDAD. Pero,
todo el mundo tiene un miedo a hablar que le zumba. Y sin embargo,
todos hablan hasta por los codos.
Y en lo financiero, para terminar, también tenemos un misterio, que le
ronca tanto como el de la Trinidad: Hay exceso de circulante, pero
nadie tiene dinero. Nadie tiene dinero, pero todos compran lo que
pongan a vender. Así sean tibores sin asas.

(Continuará)


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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