sábado, 8 de noviembre de 2014

DON BENITO, PRESENTE

DON BENITO, PRESENTE
Por Jorge C. Oliva Espinosa

En apenas 48 horas, he recibido tantas respuestas distintas a mi
enumeración de señales, de tan diverso corte, que el "Benemérito de
las Américas" se me hace presente con su dictamen sobre el respeto al
derecho ajeno. Porque hay un derecho ajeno que no todos admitimos: el
derecho a tener opiniones y a expresarlas, el derecho a que se
respeten esas opiniones, aunque no se compartan. En resumen: el
derecho a discrepar.
Con pesar recibí muestras de ciertas personas, para las cuales el
pensamiento distinto no tiene validez alguna, es malintencionado, es
resultado de la ignorancia o procede de una mente enajenada. Algunas
me sorprendieron por provenir de personas que, con anterioridad, me
han demostrado una ética intachable; pero que, ante la exposición de
mi pensamiento, se apresuraron a tacharlo de insano; un remitente a
quien siempre he distinguido con afectuosa admiración, me tacha de
maníaco-depresivo. Esto no me desanima, pero me entristece, porque
evidencia carencia de respeto a las ideas discordantes.
Lamentablemente, se recurre a la descalificación del sujeto y se elude
replicar con argumentos lo que este expone. Resulta obvio: es más
fácil adjetivar que argumentar. Con frecuencia se pretexta la falta de
tiempo para responder o se recurre al despectivo y arrogante "no vale
la pena contestarle".
Esta deficiencia en nuestra "cultura del debate", ya centró mi
atención hace algún tiempo. La señalé como un factor negativo a
erradicar. Su permanencia en nuestros medios, quizás se deba al
consenso casi generalizado que nos unía en apretado haz. Durante un
prolongado tiempo, el pensamiento popular era monolítico y solo
encontraba réplica en una ínfima minoría representativa de intereses
foráneos, opuestos a la Nación. Pero el camino andado, ya extenso, se
ha llenado de encrucijadas, alternativas y divergencias.
Constantemente, vivimos y sufrimos eventos ante los cuales se
manifiestan pareceres y reacciones diversas. No hay que tachar de
renegados, decepcionados, rendidos, ni pasados al enemigo, a los que
hasta un punto marcharon junto a nosotros, pero ahora asumen opiniones
distintas. Vuelvo a clamar por un diálogo con respeto a la diversidad.
Estoy seguro de que la confrontación de ideas nos enriquecerá y
fortalecerá.
Por suerte, también he recibido mensajes muy reconfortantes, que me
hacen saber que no soy el único que sueña y alerta, que tiene ideas
que algún otro, sin ser psiquiatra, pueda tachar de maníacas.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Noviembre 8 de 2014


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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