domingo, 26 de octubre de 2014

DOS LIBROS IMPRESCINDIBLES

--DOS LIBROS IMPRESCINDIBLES
Por Jorge C. Oliva Espinosa

El complejo proceso iniciado el primer día de 1959 y que, pese a las
transformaciones, desvíos y rectificaciones que ha experimentado,
sigue llamándose "Revolución", tuvo dos grandes antecedentes
propiciadores: la frustración, aborto más bien, de la Revolución del
33 y la implantación y desafuero de una dictadura malnacida el 10 de
marzo de 1952, prueba definitiva de que la República había agotado sus
posibilidades. En ambos acontecimientos tuvo un protagonismo
canallesco, Fulgencio Batista, el Judas Iscariote cubano. Personaje
astuto, intrigante y marullero, entró en chanchullos con Caffery y
ejecutó el golpe de estado que terminó con "el gobierno de los cien
días". Diez y ocho años después, traicionó la República de la que era
legislador, para adueñarse una vez más del poder. No fueron sus únicas
hazañas. Artífice de tenebrosas maquinaciones, este rufián parecía
regodearse en la deslealtad y la apostasía. Así, en 1933 no tuvo
reparos en traicionar al grupo de sargentos al que pertenecía,
verdaderos líderes del movimiento reivindicador del que se apropió. En
1952, llevado a Columbia por los promotores del golpe, desplazó a
García Tuñón y se erigió en la figura central de una sedición militar
a la que añadió, ladinamente, el componente civil: sus acólitos,
agrupados en un escuálido partido. Hasta el momento en que ordenó que
dejasen entrar a sus seguidores, Batista era una figura decorativa, un
rehén de los militares.
Todos estos detalles y muchos más sobre el siniestro ex sargento
septembrista, ex coronel jefe las fuerzas armadas, ex mayor general,
ex senador, pero siempre pérfido e inescrupuloso Batista, nos los
brindan dos libros escritos por José Luis Padrón y Luis Adrián
Betancourt: "Batista: últimos días en el Poder" y "Batista: el Golpe".
Inicio y fin, alfa y omega de la última entrada en escena del
siniestro hijo de... Banes. Dos obras imprescindibles para conocer los
antecedentes de nuestro devenir presente. Esas páginas nos trasladan a
un peregrinaje necesario por la historia.
El viernes pasado, 24 de octubre, asistimos al otorgamiento de los
Premios Nacionales de la Crítica, merecido entre otros por "Batista;
el Golpe", obligada lectura, contentiva de muchas respuestas a
preguntas de ayer y de hoy. Debido a la numerosa concurrencia, fue
pequeño el salón del Centro Dulce María Loynaz, donde se llevó a cabo
la actividad; la presidió una delegación del Instituto Cubano del
Libro, encabezada por Zuleika, su presidenta, el Director del centro
cultural que propició la sede y demás miembros del jurado. A nombre
del Jurado hubo palabras de elogio para los premiados y estos
agradecieron la distinción recibida; en fin, que pasamos un rato muy
agradable. Al finalizar la ceremonia, ya en el patio, se nos ofreció
una colación acompañada de variadas bebidas. Tuve la oportunidad de
abrazar a mi fraterno Oscar Oramas y de conversar con Padrón y
Betancourt. Únicamente para participar en actos así, se anima este
cronista a salir de su ultramarino refugio. ¡Felicidades a todos los
premiados y en particular a mis amigos José Luis Padrón y Luis Adrián
Betancourt!

Desde Regla, ayer, "La Sierra Chiquita";
ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía. Octubre 27 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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