martes, 30 de septiembre de 2014

MELLA, TREJO Y UN 15 DE ENERO

-- MELLA, TREJO Y UN 15 DE ENERO
Por Jorge C. Oliva Espinosa

"Enero 11 de 1953, domingo. a.m.
Hoy se cumple un aniversario más del asesinato de Mella en México.
Hasta allá fueron, a buscarlo, los esbirros del tirano Machado. Y hoy,
es el primer aniversario que conmemoramos bajo otra dictadura: la de
Batista. Por eso, la Universidad no puede quedarse quieta un día como
hoy. Mella y la Universidad están muy enlazados en la Historia. ¡Pero
hoy es domingo! Como no hay clases, pocos irán a la inauguración del
pequeño monumento que, apenas ayer, se acabó de erigir frente a la
Escalinata. Tony López, el escultor que tiene su estudio al lado del
cine América, ha donado el busto: una soberbia cabeza en mármol
blanco, que se fijará sobre el pequeño pedestal de ladrillos,
repellados por los estudiantes mismos que integran el Comité Diez de
Enero. Pero, el acto amenaza en convertirse "de cuatro gatos", por ser
hoy domingo. Así que, allá vamos nosotros que no somos universitarios,
pero que pronto lo seremos, a hacer bulto.
¡Es del cará! Esto no hay quien lo entienda. Mella fue el fundador de
la FEU, la Federación Estudiantil Universitaria , y aquí debía estar
en pleno, toda la dirigencia de esa Organización estudiantil. Por otra
parte, Mella era comunista, y aquí brillan por su ausencia los
ñángaras. De todas maneras, entre la gente del COMITE y otros
estudiantes, entre los que estamos nosotros colados, hacemos como
cien. El acto es emotivo, pero breve. Enseguida llegan las
perseguidoras y los odiosos uniformes azules, torvos, amenazantes.
Algunos, los más exaltados, discuten con la esbirrada. ¡No les tenemos
miedo! Eso queda bien claro y nos dispersamos, despacio, en orden.
Hemos cumplido lo que nos habíamos propuesto; y hemos cumplido con
Mella, cuyo monumento modesto, pero enhiesto, ha quedado en su isleta
en plena calle, frente a la histórica escalinata, como un recordatorio
de desafiante rebeldía. No sé, pero presiento que este acto de hoy va
a traer cola. Que es de las cosas que no se quedan
así.....................
Enero 15 de 1953, jueves
El busto de Mella ha amanecido manchado con chapapote, que manos
cobardes le han lanzado en incalificable afrenta. Sobre el rostro
viril de blanco mármol, chorrean los groseros goterones negros de la
profanación. Juan, en desagravio, ha compuesto unos versos: "Al
valiente cobarde que manchar quiso mi frente", que pronto, en un
cartón, amarramos con cordeles al pedestal del monumento.
Improvisados oradores condenan la baja provocación. Sorprendentemente,
los más enardecidos no son los dirigentes de la FEU; éstos, se
limitan al recinto universitario y a la Plaza Cadenas. Pero, la
provocada irritación pide definiciones más radicales, y líderes
naturales emergen de la masa justamente indignada. Nunca, hasta ahora,
he visto más estudiantes reunidos en la explanada de L y San Lázaro;
ni más belicosa la multitud que la colma y que ya la rebasa. Ya no
cabe en la Escalinata, el edificio del Rectorado, ni en el tramo de L
desde Ronda hasta 27. Mella tiene ganado un lugar en la historia
universitaria y nacional. Es una gloriosa figura de la Epopeya cubana,
un Mártir sagrado de la Patria. Mancillar su memoria es una ofensa
imperdonable a nuestra nacionalidad y un nuevo motivo de rencor se une
al odio contenido contra Batista desde el mismo 10 de marzo.
A media mañana ya somos varios miles los que avanzamos en bullente
manifestación por la calle L rumbo a 23. La esbirrada de azul acude
alarmada, pero no puede evitar que lleguemos hasta la céntrica esquina
de 23 y L; allí, frente a RADIOCENTRO, nos enredamos en una lucha
campal con ellos, y un grupo aguerrido y temerario, entre los que
reconozco a Papito y a Carbó , logra colgar un muñeco, que representa
a Batista, del semáforo. Suenan los primeros disparos que, en medio
del ardor que nos llena, no logran amedrentarnos. Es mi primera
experiencia con los tiros; y les pierdo el miedo. A todas éstas, el
tráfico ha sido detenido y en el trayecto de la Universidad a aquí,
arden improvisadas fogatas. Con los primeros heridos, nos replegamos
hacia La Colina, lentamente, protegidos por algunos estudiantes que
abren esporádico fuego, repeliendo la agresión de la policía
batistiana. Los heridos son conducidos con premura al Calixto y la
masa furiosa, vuelve a concentrarse en la explanada frente a la
Escalinata. Ya tanto L como San Lázaro están cubiertas de piedras,
escombros y cuantos obstáculos a mano se han lanzado para impedir el
tránsito de las odiadas perseguidoras. Las tapas de las alcantarillas
son levantadas y echadas a rodar colina abajo, convirtiéndose en
terribles proyectiles contra las fuerzas de la Tiranía, que se
repliegan por San Lázaro hacia la calle Infanta. Esto no tiene
comparación con ninguna de las anteriores manifestaciones, que hemos
realizado desde que la Dictadura se apoderó del poder Se extienden
cables y alambres de acera a acera, cerrando las bocacalles. Y un gran
carrete de cable, que se encontraba en una obra en construcción, es
echado a rodar calle abajo. Estamos viendo, sintiendo, viviendo, la
fuerza tremenda de una multitud que se lanza al combate.
A mediodía, nuestro número en lugar de disminuir, se veía aumentado
por gentes del pueblo, que se nos unían. Se propone ir en
manifestación hasta el Mausoleo de los estudiantes fusilados en 1871,
allá en La Punta. Y es un río humano de varias cuadras de largo, lo
que baja rugiendo de la Universidad, por San Lázaro. El Guajiro Barba,
presidente de la FEU sí va con nosotros, pero el resto de la
Dirigencia es sustituido por nuevas figuras, más a tono con la
rebeldía juvenil que pide combate y no paños tibios. Comienzan a oírse
gritos, prontamente coreados por la multitud de "¡ABAJO BATISTA!
¡ABAJO LA DICTADURA! En el cruce de Belascoaín, la turba mercenaria
falla, en un nuevo intento por detener la incontenible columna; nos
adentramos San Lázaro abajo, rumbo a nuestro objetivo. Por Malecón,
paralelo a nosotros, podemos percibir el estruendo de las sirenas de
los carros de bomberos y perseguidoras que corren desaforados, hacia
el Mausoleo de la Punta, a interceptarnos. (Vamos a tener chorros de
agua para refrescarnos.) Lejos de intimidarnos por el aparatoso
despliegue, apretamos el paso y ya casi es una carrera lo que
emprendemos. Se oyen nuevas consignas: " ¡A PALACIO, A PALACIO!" Y la
que debe causarle más pavor al tirano: << ¡La cabeza de Batista! ¡La
cabeza de Batista!>>. La distancia que nos separa del Mausoleo y, por
supuesto, del Palacio Presidencial se acorta rápidamente con el veloz
paso que, con bríos, asumimos. Cuando apenas faltan unas cuadras para
llegar al paseo del Prado, vemos formarse una densa barrera de
uniformes, que nos cierra el paso al final de la calle San Lázaro.
Allí, en la intercepción con la calle Cárcel, varias filas de
policías, soldados y marineros, todos con armas largas y respaldados
por carros bombas y perseguidoras, se interponen a nuestra marcha.
La vanguardia arremete contra la muralla policial que reparte golpes a
diestro y siniestro. Se entabla la lucha cuerpo a cuerpo. Poderosos
chorros de agua a presión nos son lanzados desde los carros flushers.
En una oportunidad, las mangueras cambian de manos y se convierten los
gruesos pitones, en mazas revolucionarias que golpean a los esbirros.
Los primeros disparos hechos sobre nuestras cabezas, con la
experiencia de la mañana, ya no son nada nuevo para nosotros. Ante el
temor de ser arrollados por la juvenil hueste, los batistianos dan
órdenes de tirar a dar. En un momento, son más de diez los heridos.
Entre ellos, el de mayor gravedad es Rubén, un muchacho del primer año
de Arquitectura. Su herida es fea, en el vientre, del lado del hígado.
Hace sólo cuatro días, que inauguramos el monumento a Mella, el que
hoy amanece manchado y lava este muchacho con su sangre. El almanaque
dice que hoy es JUEVES 15 de enero de 1953. La Dictadura no tiene aún
un año; y quizás tiene ya, su RAFAEL TREJO. Este quince de enero es el
30 de septiembre de mi generación. A partir de ahora todo será
diferente..."

Hasta aquí, he copiado fragmentos de mi novela testimonial "EL TIEMPO
QUE NOS TOCÓ VIVIR"; en dichos párrafos plasmé mi cándido asombro por
la ausencia de comunistas tanto en la inauguración del modesto
monumento a Mella, como en la manifestación con que el estudiantado
respondió al ultraje de su efigie. Muchos años después, un viejo
médico, en aquel entonces estudiante universitario y militante de la
Juventud del PSP, me confesó que "ellos habían recibido orientaciones
del Partido de no participar". Aquella confesión era otra prueba, una
más, del doblez con que actuaban aquellos comunistas. Ahora, pasado
tanto tiempo, tengo dudas si la profanación del busto fue obra de los
sicarios batistianos o una auto-provocación urdida por algún
aventajado alumno de Stalin.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Octubre 1º de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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