jueves, 11 de septiembre de 2014

¿RECORDAR POR RECORDAR?..

--¿RECORDAR POR RECORDAR?...
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Cuando desempolvé viejos recuerdos que atesoro en la memoria, me
propuse demostrar a la juventud de hoy, que los héroes que
reverenciamos eran de carne y huesos, igual que ellos y que, por lo
tanto, nada les impide igualarlos y escribir la parte de la historia
que les corresponde. Hoy, voy a recordar algo bien reciente, tanto,
que se proyecta en el presente y amenaza el futuro. Pero, de inicio os
advierto que nadie recuerda por recordar:
El actual inquilino de la Casa Blanca, cuando asumió el cargo,
prometió un cambio de política hacia nosotros, los del Sur, incluida
Cuba. Todos nos entusiasmamos, hasta el inolvidable Hugo Chávez, en
un arranque de emotividad latina, le regaló un ejemplar de "Las Venas
Abiertas de América Latina" de Eduardo Galeano; quizás olvidó en ese
momento, que el nuevo presidente no sabía leer en español y lo abrazó
conmovido.
Los años han pasado y el primer presidente afro-norteamericano ha
cumplido su promesa: ha sustituido la política cerril de su
antecesor, George W., por la del "Smart Power". ¡Eso es un cambio de
política! Ahora no amenaza con bombardearnos en acciones
"preventivas"; se limita a multar con descomunales cifras a los
bancos que gestionan nuestras operaciones de comercio exterior;
mientras, aumenta la cantidad de visas para los cubanos que desean
emigrar o, simplemente, visitar su país. Esta diferenciación en el
tratamiento a los cubanos y a su gobierno, al ser percibido de
distintas maneras, siembra una distancia entre ambos; a ese
distanciamiento contribuyen algunos funcionarios y burócratas de
nuestro patio, al dictar medidas impopulares que fomentan malestar y
descontento. Al mismo tiempo, las agencias del gobierno norteamericano
arrecian su ofensiva contra la isla. Introducen "un contratista" para
que dote de "equipos de comunicación" a una comunidad judía que
desconoce tal ayuda, promueve el viaje de "jóvenes latinoamericanos"
que vienen a "enseñarle a la juventud cubana cómo prevenir el Sida" y,
de paso, a buscar futuros cuadros que dirijan la transición
capitalista. Pero todo esto no basta, y arman redes sociales como
"Zunzuneo", "Piramideo" y otras para infiltrar en nuestra juventud el
virus que, según ellos, acabará con nuestro sistema.
Como si todo lo anterior fuera poco, nos "bombardean" con una serie de
mensajes, llenos de nostalgia por el ayer, que parecen "estampas
costumbristas" del inolvidable Eladio Secades, viejas postales que
recrean aquel pasado solamente en lo positivo y omiten lo que
conllevaba de contrapartida. Así, nos pintan la "Rampa" recién
inaugurada, el fasto antiguo de la Avenida Paseo, la vida nocturna de
la Habana de los cincuenta o evocan los viejos cines de barrio, las
iluminadas vidrieras comerciales y los tiempos en que una cerveza
costaba veinte centavos. Cuando nos describen el Cabaret Sans Souci,
no dicen quiénes podían ir allí; cuando elogian el esplendor de las
vidrieras, se cuidan de decir que en ellas se colocaban televisores
encendidos para que "el público" los viera trasmitiendo, porque eran
pocos los que podían comprarlos. Pretenden recrear un pasado falso que
nunca existió; una Cuba de bienestar que se arruinó el último día del
año 1958, por "la furia destructiva de la Revolución". Soslayan,
sospechosamente, que mientras toda esa Habana era la vitrina que
exaltan, había otra Habana y otro país que se desangraban en lucha
contra una tiranía; que había desempleo en las ciudades y que en el
campo reinaban el hambre y la miseria; que el ingreso en un hospital
era potestad de un político, que obtener trabajo o ascender no
dependía de méritos, sino de recomendaciones y muchas cosas más. Todo
este evocar no es por gusto; forma parte de una campaña dirigida a la
juventud, porque ella no vivió el capitalismo y se espera que sea la
sepulturera de lo que nos queda de socialismo. Y tiene su "lógica" el
plan: ante un presente de insatisfacción e indefiniciones y un futuro
incierto, el regreso a ese capitalismo idílico se convierte en
solución, ya que, como dijo Manrique, "cualquier tiempo pasado fue
mejor".
Urge entonces no limitarnos a evocar el ayer, sino a describirlo tal
como fue, con sus luces y con sus sombras, que ilustremos a los
jóvenes sobre el capitalismo que no conocieron, que le hagamos saber
sus nefastas consecuencias; que le contemos que todo no era luz y
esplendor en aquel mundo y que a la mayoría, donde estaban incluidos
sus padres, les aguardaba la miseria, el desamparo y la desesperación.
Pero sobre todo, que les mostremos que en sus manos estará construir
un futuro mejor y escribir la historia que les corresponda.

Desde Regla,
Ayer. "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Septiembre 12 de 2014



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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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