jueves, 18 de septiembre de 2014

-UN LIBRO ESCLARECEDOR

--UN LIBRO ESCLARECEDOR
Por Jorge C. Oliva Espinosa

La historia que nos han contado no es del todo clara, tiene muchos
episodios en sombras y otros que permanecen ocultos. Uno de esos,
quizás el más sometido a tergiversaciones, es el "caso argelino" con
Ben Bella como estrella principal y el golpe de estado que lo derrocó,
con sus nefastas consecuencias.
Desde 1962, fecha de su independencia, hasta 1965 año del golpe de
estado, Argelia, apenas nacida como república, se convirtió en el
centro mundial de los movimientos revolucionarios de tres continentes;
su accionar tuvo repercusiones en todo el orbe y constituyó la mayor
amenaza para el dominio imperial. La aparición en escena de una
poderosa organización internacional que tenía como objetivo la lucha
contra el yugo colonialista e imperial, la fuerte conexión interna
entre sus miembros y sus acciones coordinadas desde un centro
insospechado, eran heraldos de una Revolución Mundial. Ese movimiento
comenzó a gestarse y a cobrar fuerza en la Argelia recién liberada,
presidida por Ahmed Ben Bella. Este primer presidente de la república
argelina, entregó su apoyo total a los revolucionarios del mundo
entero. En Argel tuvieron acogida y ayuda solidaria, los
representantes de cualquier movimiento de liberación nacional.
Situémonos en los años sesenta: la Unión Soviética condenaba todo
intento de lucha armada y optaba por la "coexistencia pacífica"; Cuba,
cercada y amenazada por el Imperio, apostaba por la creación de "dos,
tres, muchos Viet Nam" como fórmula salvadora que, distrayendo las
fuerzas imperiales, le permitiera sobrevivir. Al "Movimiento de Países
no Alineados," por su heterogeneidad, no le correspondía encabezar la
lucha, menos a Cuba que, aunque se declaraba no alineada, dependía
económicamente de la URSS, entonces... ¿a quién acudir, sino a Ben
Bella? Él convirtió a Argelia en la esperanza cierta de crear todos
los Viet Nam imaginables. Allí convergían los movimientos de
liberación de las colonias africanas y de allí partía la alimentación
de los focos guerrilleros de toda la insurgencia latinoamericana.
Las armas para las guerrillas de Salta en Argentina (Masetti) y las
destinadas a Venezuela, salieron de puertos argelinos dentro de
barriles conteniendo aceite de oliva. Igualmente, desde Argel se
distribuyeron armas enviadas por Cuba con destino a Mozambique,
Angola, Guinea-Cabo Verde, Guinea Bissau y los dos Congo; con
pasaportes argelinos, muchos revolucionarios se movieron por el mundo.
Todo ese andamiaje, tan laboriosamente elaborado, se destruyó con la
deposición de Ben Bella. Lamentablemente, Ben Bella había ido
perdiendo control sobre la dirigencia argelina -de origen guerrillero-
y entró en contradicciones con el ejército y sus cuadros
tradicionales. Es deber de todo gobernante no descuidar el ámbito
interno, prestar atención a los problemas que enfrenta la base en la
cual se apoya, estar atento a sus inquietudes; no supeditar los
intereses nacionales a los internacionales; mantener un equilibrio
entre la política exterior y la interna. Ben Bella priorizó lo
exterior. Los líderes del Ejército de Liberación, salidos de las
wilayas y que encarnaban sus intereses, dejaron de obedecerle y
terminaron por deponerlo como presidente; ya en 1963, la Cabilia había
impugnado el sistema de Partido único. Los ejecutores del golpe
ignoraban entonces el daño que hacían al movimiento revolucionario
internacional; al contrario del presidente depuesto, priorizaron los
intereses nacionales y aunque continuaron ayudando las luchas de
liberación africanas, el apoyo de los nuevos gobernantes, disminuyo de
forma sensible. Cuando determinaron sustituir a Ben Bella en junio del
65, Fidel, ponderando la repercusión internacional del golpe, insultó
al nuevo equipo. La ruptura con Argelia podía costarle muy caro a Cuba
y al movimiento revolucionario internacional. Era necesario culpar a
"un embajador que no había informado correctamente a su gobierno". En
el terreno diplomático todo se puede arreglar. Pero, la desaparición
de Ben Bella como dirigente máximo le pasaría su cuenta al movimiento
internacional. Pasaron años, antes que fuera posible convocar una
nueva cumbre de los no alineados; no obstante, la "Tricontinental" se
celebró en enero de 1966.
De todo lo anterior, nos documenta y esclarece, el libro "Che Guevara:
La Clave Africana" de Jorge Serguera Riverí ("Papito"), quien fuera el
primer Embajador cubano ante el gobierno argelino y que en todo
momento fue trasmisor inmediato y fiel en la comunicación entre ambos
gobiernos. ¡Lástima que esa obra no se publique en Cuba!, ¡es un libro
esclarecedor!

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Septiembre 19 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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