sábado, 10 de agosto de 2013

UN LIBRO DE NEWTON BRIONES

UN LIBRO DE NEWTON BRIONES
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Gracias a la gentileza de su autor, Newton Briones Montoto, acabo de
leer un libro que, como Cuba, es pequeño en extensión pero grande en
su contenido. Ochenta y ocho páginas de texto bastan para descubrir,
ante los ojos asombrados del lector, procederes tortuosos contra
actitudes de rectitud y fidelidad inquebrantable a principios. Se
trata de "Una hija reivindica a su padre (Entrevista a Rita Vilar)",
testimonio conmovedor de un hombre que se aferró a sus ideales sin
importarle el precio que tuvo que pagar por mantenerlos. Un
revolucionario que enfrentó con su honestidad a toda la bajeza
concebible.
Sorprendentemente, Rita Vilar, para reivindicar a su padre, no se
ocupa de condenar a los que pretendieron destruirlo. No hace falta, la
vida misma de César Vilar es su mejor defensa y Rita, sabiéndolo,
acude a ella. Tampoco es necesario acusar a sus victimarios, la
Historia ha sido su fiscal severo. No obstante, al relatar las
vicisitudes que arrostró con valentía aquel luchador inclaudicable,
nos revela la perfidia y el ensañamiento de que hicieron gala los
tempranos representantes del estalinismo en Cuba.
Rita Vilar y su padre César fueron víctimas de los que entendían la
disciplina partidista como la aceptación de un credo absoluto y
dogmático, que les impedía analizar los problemas nacionales; los que
eran incapaces de valorar las situaciones y hechos más inmediatos del
acontecer cubano. Ellos habían renunciado a pensar y se limitaban a
repetir el criterio de una cúpula, llámese esta Comité Central o
Kremlin. Cualquiera que se apartara de lo dictado por esa élite del
poder totalitario, era excomulgado, declarado enemigo y decretada su
destrucción por cualquier medio. Stalin llevó el crimen político a sus
formas más brutales y a la vez refinadas. No se limitó a dar muerte a
seres vivientes, primero los destruía en vida, enlodaba su memoria y
extendía la condena a sus familiares. Sus seguidores del patio
imitaban el ejemplo del ídolo. En el caso de César Vilar, en 1953, se
encontraron con un verdadero revolucionario que no estaba dispuesto a
declamar su mea culpa a cambio del perdón. Él no suscribió el voto de
condena al asalto del Moncada, por el contrario, comprendió la
significación de aquel hecho. La furia de los enemigos del pensar
independiente, lo alcanzó, al igual que a su esposa y a sus hijos, no
importaba que uno de ellos hubiera caído heroicamente, combatiendo en
el Ejército Soviético durante la Segunda Guerra Mundial. A Rita, como
a su padre, la expulsaron del Partido, pero con ella fueron más lejos
y persistieron en el acoso al pasar de los años: no le permitieron
ejercer la docencia, la despidieron de su trabajo en una editora y por
último "la depuraron" de las filas del estudiantado, cuando cursaba el
segundo año de Ingeniería Civil. Fiel hija de su padre, esta mujer
ejemplar no se dejó aplastar y se refugió en el trabajo agrícola como
único medio de subsistencia. Y todo esto sucedió en tiempos tan
recientes como 1965; cuando, disfrutando del poder conquistado por las
armas que ellos se negaron a empuñar, los viejos camaradas perseguían
con igual saña a sus antiguos enemigos y a otros de nueva acuñación.
Pero, ¡oh vida, cuántas lecciones nos das! Cada día aprendemos y
descubrimos una nueva verdad. En el libro de Newton, encontré que
quien demandó con más furia la depuración de Rita Vilar, fue el
Director de un Instituto Politécnico Militar a quien tuve la desgracia
de conocer. Fue el mismo sujeto, que más tarde nombraron Decano de la
Facultad de Tecnología de nuestra Universidad. Allí lo sufrimos y allí
quedó al descubierto su calidad de farsante e impostor. Sobre este
maleante, escribí el año pasado una crónica titulada "Malanga" (1),
apodo que se ganó en la CUJAE.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 12 de 2013, a 80 años del derrocamiento de Machado.
(1) Ver la crónica "Malanga", colgada en mi blog el 31de octubre de 2012


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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