miércoles, 28 de agosto de 2013

COMERCIALIZACIÓN Y SOLIDARIDAD

COMERCIALIZACIÓN Y SOLIDARIDAD
Por Jorge C. Oliva Espinosa

El envío de médicos cubanos a Brasil borra totalmente la beatífica
imagen de ayuda solidaria, para convertirse en lo que es: una gran
operación de comercio internacional entre dos países. Ya no es el
internacionalismo proletario, concretado en personal calificado que se
envía para remediar las necesidades sanitarias de un pueblo hermano;
es el intercambio utilitario entre dos gobiernos, mediante el cual
cada uno de ellos recibe beneficios. Cuba exporta servicios médicos y
Brasil paga el precio pactado. El servicio de salud se convierte en
mercancía que se realiza en el mercado para cambiarse por dinero;
simple y llanamente, una operación comercial. Parafraseando a
Sempronio cuando dice; "se acabó el querer", aquí hace rato que se
acabó "la ayuda desinteresada". No es que nos parezca mal que nuestro
país exporte servicios, ya que dispone de pocos bienes exportables;
bienes que, como el azúcar, el café y el níquel, bajan constantemente
de precio en los mercados internacionales. Exportar servicios puede
compensar nuestra balanza. A pesar de que, a bombo y platillo, la
prensa destaque como "logro" la exportación de carbón vegetal, es
mucho más beneficioso exportar servicios. Además, el modelo de
exportación de los países desarrollados muestra una inclinación hacia
los servicios, es una característica generalizada y nos acercaría a
dicho esquema; es, por lo tanto, algo deseable. Lo que nos indigna no
es eso, es la manera en que se viene estipulando esta exportación; las
cláusulas acordadas para dicha transacción, que no es la primera de su
tipo.
El monto de esta operación comercial (se habla de cuatro mil médicos,
lo que se traducirá para Cuba en un ingreso anual cercano a los 200
millones USD), y las condiciones pactadas han despertado la jauría de
cuanto elemento reaccionario vigila cada paso que da Cuba. Sus
griterías se oyen tanto en Brasil como en Miami. Y nuestro gobierno,
con su política esquilmadora, le ha dado argumentos al enemigo,
desatando la escandalera de sus histéricos ladridos. Ya un funcionario
brasileño anunció que no darán asilo a los médicos que intenten
desertar, un Ministro fue increpado, la OPS (Organización Panamericana
de la Salud) fue cuestionada por intermediaria y la oposición carioca
acusa al gobierno de Dilma por violar la constitución, al suscribir
ese acuerdo con el gobierno cubano y no pagarle directamente al
personal contratado. Aducen, con razón, que el empleador es el
gobierno de Brasilia y sus empleados los galenos cubanos; por tanto,
estos deben recibir el pago de los servicios que brindan y el que los
emplea, retribuirlo a ellos de forma directa. Con este razonamiento,
nuestra exportación de servicios médicos es presentada como un
arrendamiento de esclavos, esclavos que aprovecharán la primera
oportunidad para escapar de la esclavitud. De ahí la extemporánea
advertencia de no otorgar asilo a los que todavía ni siquiera han
llegado al país en el que se asilarán. Y no es para menos, las
condiciones leoninas que Cuba le impone a cada médico dan pie para ese
alboroto. Si es cierto que la contratación es voluntaria, también lo
es que la remuneración que recibe el contratado apenas le alcanzará
para mantenerse vivo y que si la acepta es porque ello significa una
mejoría en las condiciones de agobio en que transcurre su vida en la
isla. Según lo publicado, Brasil pagará al gobierno cubano el
equivalente de 4,000 USD mensuales por cada médico y estos recibirán
de su gobierno el salario que perciben en Cuba en moneda nacional, tan
depreciada que apenas tiene poder adquisitivo, más un plus en una
moneda convertible (CUC) solamente válida aquí. Claro que cualquier
médico cubano aceptará tan leoninas condiciones; con esos ingresos
podrá comprar algo de carne y otros productos necesarios, a los que
ahora no puede acceder. Semejante explotación de la fuerza de trabajo,
haría rabiar de envidia a los más despiadados esclavistas del siglo
XIX.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 28 de 2013

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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