lunes, 26 de agosto de 2013

SEMPRONIO Y EL PODER

SEMPRONIO Y EL PODER
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Escribía yo el artículo anterior sobre El Poder, cuando mi inseparable
Sempronio llegó y metió la cuchareta. Se puso a leer sobre mis hombros
y a cada rato introducía la acotación que estimaba pertinente.
Prácticamente no me dejó concluir el escrito y redactó el final a su
manera. Tremenda bronca que tuvimos; le exigí que respetara mi derecho
de autor, pero fue inútil. Al final, como buen hijo de Regla, me
convenció con el argumento irrebatible de ser mi "ambia", "mi yunta" y
que los dos coincidimos en pensamiento y acción. Fue así, que de su
brillante pluma salió el final de mi artículo. Cuando vio logrado su
objetivo, me dedicó la más pícara de sus sonrisas, mientras cantaba
una vieja tonada llena de malicia. Tuve la certeza plena de que la
letra hacía referencia al Poder y al atractivo irresistible que posee
sobre los que lo ejercen, juzguen ustedes si estoy en lo cierto:

"¿Qué será, la cachimba de San Juan?
No sé qué misterios tiene,
que todos la quieren chupar.
¿Qué tendrá
la cachimba de San Juan?
Que quien le da un chuponcito,
jamás la quiere soltar."

Una vez más, Sempronio hace honor a su nombre, nombre de un tribuno de
la plebe en los tiempos de la antigua Roma, aquella república de
patricios y esclavos que terminó en imperio, imperio que arrasaron los
mal llamados bárbaros, para dar paso a una nueva espiral de la
Historia.
Aprovecho que, al sentirse victorioso, Sempronio me dio un respiro y
acudo a la inagotable fuente martiana. Anoto lo que nos dejó como
advertencia aquel Gigante fundacional, cuando en New York, el 19 de
enero de 1883, escribió:
"Todo poder amplia y prolongadamente ejercido, degenera en casta, con
la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de
perderlas, las intrigas para sostenerlas. Las castas se entrebuscan, y
se hombrean unas a otras." (1)
Ese era el final de mi malogrado artículo sobre el Poder y que
Sempronio concluyó con su analogía entre poder y ron. Ahora lo termino
como debe ser, con una cita martiana muy pertinente. Cada día me
convenzo más: Martí es el mejor cronista de nuestros tiempos, estos
tiempos difíciles que vivimos, donde todo parece peligrar, la Patria y
su futuro socialista y con ese futuro, nuestros sueños por verla
feliz.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Agosto 27 de 2013

(1) Martí, José. Obras Completas, (Edición popular conmemorativa del
cincuentenario de su muerte), Editorial Lex, La Habana 1948, Volumen I
Tomo II, página 1495.


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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