martes, 30 de octubre de 2012

NO ME DEFIENDAS COMPADRE

(Réplica a un falso apologista)
Por Jorge C. Oliva Espinosa

En fecha reciente murió Eloy Gutiérrez Menoyo. El mismo día, el
titulado Diario de Cuba divulgó su testamento político, acompañado por
una exaltada apología donde, con lenguaje florido, se pretendía
magnificar su figura, su protagonismo y legado históricos. Nada más
falso que esos supuestos propósitos. Su contenido mismo se encarga de
desmentirlos. Difama al difunto, en lugar de elogiarle. Entre símiles
y metáforas plagiadas del testamento, en el hipócrita ditirambo aflora
la cizaña venenosa del rencor más visceral y cavernario. Era un
desfogue histérico de la más retrógrada y desesperada
contrarrevolución, la que clama por destruirnos sin piedad, aunque
para ello tenga que ahogar la isla en sangre. La misma que pidió tres
días de indulgencia, para asesinar a los revolucionarios. Al igual que
todo lo que emana de esa podredumbre, el texto está plagado de
villanía y bajeza, de frustración y odio, de rencor y tinieblas…
Como la información nos había llegado a través del hijo de un gran
amigo y la firma del joven aparecía al pie, pensé que éste era el
autor y a él dirigí mi réplica inmediata. La que merecía aquella
infamia. Lo hice con pesar, porque de seguro lastimaría el sentir de
padre de un amigo. Y yo cuido de la amistad como de una delicada
planta. Pero el deber muchas veces es amargo y exige cumplirse aunque
nos sepa a cicuta. Muy pronto me hicieron conocer mi error. Admitir
que me había equivocado, además de un deber, fue alivio para mí.
Ofrecí las merecidas excusas al inocente inculpado y ahora vuelvo mi
"cañón de futuro" al verdadero y falso apologista. Al que realmente
escribió, disfrazando de opúsculo fúnebre, falseando el pensamiento
del difunto elogiado, el asqueroso texto.
Tuve la oportunidad de conversar con Eloy Gutiérrez Menoyo, cuando él
soñaba encabezar una oposición política y civilizada desde dentro de
la isla . Lo hicimos como se dice en cubano, a lo cortico, sin
testigos que nos presionaran y "a calzón quitado". Nunca profirió el
rencor venenoso que emana de su pretendido apologista. Nunca esgrimió
el garrote cavernario que mal esconde bajo el sayo este cromañón. En
sus palabras, por el contrario, levantaba el olivo de la paz,
extendía la mano de una cordialidad sincera, pero perteneciente a otra
época. Nacido en España, emanaba, por crianza, cubanidad. Pero se
aferraba a una "cubanidad" y una "cordialidad" que habían
desprestigiado gobernantes pasados, corrompiendo sus significados. En
su testamento, incurre Eloy en iguales errores de ubicación. Sin
embargo, es optimista y reafirma su certeza de que a los cubanos, nos
aguarda el futuro luminoso que merecemos como pueblo. No se puede
encontrar una palabra que delate rencor, su mensaje póstumo sigue
siendo el mismo que percibí en nuestra charla. Si el difunto, a quien
va dedicada aquella falsa e hipócrita apología, pudiera oírla, de
seguro le diría la frase que hizo famosa, un cómico de la pantalla:
"¡No me defiendas, compadre!"
No quiero que este artículo mío adolezca de uno de los defectos de
nuestra prensa oficial: El de ofrecer una réplica a un pronunciamiento
que no nos da a conocer previamente. Pero tampoco deseo ensuciar este
espacio con asquerosidades. Por lo tanto, bastará, como botón de
muestra, presentarle a mis lectores el primero y el último párrafo del
difamante "Menoyo in Memoriam", ambos van acompañados de mis
correspondientes réplicas, sirvan de remembranza a pasadas y
revolucionarias "coletillas":
(…)La muerte es una degradación de colores, del verde olivo
intimidante del uniforme(ese color fue y es libertador y glorioso;
intimidante lo fue para la dictadura) al amarillo cadavérico de una
piel a punto de ser cremada (…)
(…)Hoy lo cremarán, como a todos los protagonistas de nuestro siglo XX
político, para que sus despojos no sean luego vandalizados cuando,
tras el Magno Deceso, suene a rebato el tam-tam democratizante de la
Transición.(esto es un anuncio de la Apocalipsis que sueñan desatar
aquí los cavernícolas que piensan como este señor. Solo esperan el
"MAGNO DECESO" para iniciarla. Y para colmo, califica de
"DEMOCRATIZANTE", el toque de rebato del tam-tam que según él sonará
en esa "transición") Por el momento, descanse en paz en esta ciudad
que sin querer ayudó a ruralizar, (No culpe a Menoyo de complicidad en
el deterioro de nuestra ciudad) comandante civil de una barbarie en
jefe. (Barbarie es la que preconiza Usted en el futuro que nos
guarda).
Ruego me disculpen, si les ofendí el olfato al incluir semejantes
parrafadas. Pero lo creí necesario. Sobre todo para aquellos que
sueñan con una reconciliación donde quepan todos, incluidos, estos
especimenes cavernarios.
Regla, octubre 30 de 2012
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me debo.
Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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