viernes, 26 de octubre de 2012

NECESIDAD DEL DIALOGO

Por Jorge C. Oliva Espinosa

Recientemente fue ubicada en la Plaza de San Francisco una
originalísima estatua. Frente a la antigua Longa del Comercio, esta
escultura, exponente del más moderno arte, es otra nota del
eclecticismo característico de nuestra Habana Vieja y contribuye a
realzar su colorida belleza. La obra representa a dos figuras que
parecen dialogar y fue obsequio de un rico coleccionista. Cuando la
vi, me impactó la impresión tan real que trasmite. Me fui convencido
que más que un regalo era un claro mensaje dirigido a la humanidad y
particularmente a nosotros, los cubanos: la necesidad de escuchar y
hablar para entendernos, la necesidad del diálogo.
En nuestro caso, no basta que, en grupos cada vez mayores, nos
desgastemos diciéndonos lo mismo, porque todos estamos de acuerdo:
salvar la Patria, mantener su independencia, hacerla más justa, más
participativa, más socialista. Es imperativo que rescatemos el diálogo
que existió con nuestro gobierno. Que el monólogo orientador tenga su
retroalimentación y se convierta de nuevo en diálogo verdadero. La
tarea no es fácil, porque entre gobierno y pueblo, una camarilla de
farsantes y funcionarios venales ha construido una barrera
burocrática. Su labor disociadora, la realizan en las dos direcciones:
1. Aplicando, distorsionadamente, las disposiciones, leyes y decretos,
desfiguran, hasta hacerlos irreconocibles, los designios y directrices
del gobierno.
2. Falseando cifras, ocultando verdades y manipulando estadísticas, le
impiden conocer la realidad y escuchar los más urgentes reclamos.
Al definir lo que es Revolución, Fidel nos advirtió sobre la necesidad
de enfrentar y vencer estos obstáculos que denominó "poderosas fuerzas
internas". Saltemos por encima de ellos y restablezcamos aquel diálogo
entre gobernantes y gobernados del cual nos enorgullecíamos. Basta ya
de falsas asistencias masivas y unanimidades. La diversidad de
criterios no afecta nuestra unidad, nuestra unidad verdadera, la que
nos junta en apretado haz junto a la Patria. Unidad no es conformidad.
Que estemos unidos, no quiere decir que todos estamos conformes.
Además del implícito recado que nos da la escultura que cito, también
en días recientes, hemos recibido uno más explícito y cercano. Nos lo
envían las recientes elecciones venezolanas. Sus resultados son, a mi
juicio, otro mensaje que debemos atender. A pesar de todo lo hecho por
Chávez a favor de la mayoría desposeída y de no haber repetido algunos
errores nuestros, su oponente logró un cuarenta y tanto por ciento de
votos. Sobre este elevado porcentaje, nuestro hermano Presidente
bolivariano, de seguro, va a reflexionar. Hoy domingo, los cubanos
estamos convocados a depositar nuestra voluntad en las urnas. ¡Que los
datos que lleguen al conocimiento de nuestro gobierno, reflejen la
abstención, las boletas en blanco y las anuladas! Esas boletas
significan descontento. Que se sumen y que de ellas saque
conclusiones, nuestro Presidente; conclusiones que le permitan
escuchar el verdadero sentir popular y "cambiar todo lo que debe ser
cambiado".

Regla, octubre 21 de 2012

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