miércoles, 2 de octubre de 2013

EL SEGUNDO BLOQUEO

EL SEGUNDO BLOQUEO Y LA INEFICIENCIA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Hace poco a los sastres y costureras, que operaban bajo esa licencia,
se les prohibió vender prendas de vestir y otras confecciones nada
artesanales, provenientes del exterior. Es cierto que sus licencias no
amparaban esa actividad, pero constituían una alternativa a los
mercados estatales de ropa reciclada. Una alternativa más atractiva,
por competitiva en precios, variedad y calidad, que la ofrecida por el
Estado. Ahora se acaba de poner en vigor otra disposición similar que
prohíbe, a los dedicados a la quincallería y ferretería ligera, la
venta de productos industriales importados o procedentes del mercado
estatal. Estas medidas tienen mucho del sofá que quemó el marido como
respuesta a la infidelidad de su esposa. Aquel fue incapaz de evitar
el engaño y como respuesta tomó una medida ilógica; el aparato
estatal-burocrático que sufrimos, incapaz de evitar el acaparamiento y
la especulación de unos cuantos, implanta una regulación arbitraria
que perjudica a muchos que reciben productos textiles y de ferretería,
como ayuda de familiares radicados en el extranjero. Porque los
artículos que venden son recibidos por esa vía; vía que es una forma
de burlar el tope establecido para las remesas en dinero. También
perjudica a muchos compradores que se abastecían de lo que el mercado
estatal no era capaz de ofertar o que oferta más caro y de menor
calidad.
Tal parece que nuestro gobierno está más interesado en regular y en
prohibir, que en satisfacer necesidades y demandas de la población.
Analicen si no: para evitar el acaparamiento y la especulación, a
nuestros funcionarios no se les ocurre otra cosa que imponer una
especie de bloqueo interno, un segundo bloqueo. ¡Y todavía algunos
compañeros bien intencionados y mejor armados de argumentos, clamaban
por licencias para importar!...
Todos sabemos que el cruel e inhumano bloqueo, desmedido y absurdo,
que padecemos hace más de medio siglo, es hijo del odio visceral con
que nos distingue el Imperio. ¡Ah!; pero es que también sufrimos otro
bloqueo, pero proveniente de adentro. ¿De quién es hijo este segundo
bloqueo?, su génesis es turbia, pues nace de la ineficiencia de unos
burócratas incapaces de apreciar el sentir de un pueblo, cuyas
necesidades ignoran; es hijo de esa ignorancia e incapacidad, lo
amamantó, como ama de cría, la indolencia más arrogante, pero a la vez
engendra un sector que se beneficia con las ineficaces medidas y
procrea formas más complejas de corrupción y especulación. ¡Prueba al
tiempo! Los artículos de venta ahora prohibida, volverán a aparecer
clandestinamente, pero a precios astronómicos.
¿O es que el Estado capitalista monopólico teme la competencia que le
puedan hacer unos cuantos merolicos?;¿se sabe incapaz de competir con
sus criaturas?;¿admite, acaso que únicamente monopolizando puede
mantener sus precios desmedidos? A estas interrogantes, el Estado
parece responder afirmativamente. Sempronio da por recibidas estas
respuestas y las califica como vergonzosa confesión de culpas; así, le
oígo exclamar: ¡COMPRARON PESCADO Y LE COGIERON MIEDO A LA CABEZA!
¡ESTÁN QUEMANDO EL SOFÁ!...

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía
Octubre 2 de 2013

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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