MI ENSEÑA: LA SONRISA PERMANENTE

Como por mi gmail no salió la foto, la envío por este outloolk de mi esposa. Jorge C.

 

MI ENSEÑA: LA SONRISA PERMANENTE

Por Jorge  C. Oliva Espinosa

 

En el campo de batalla, a mi pabellón lo identifica una sonrisa; más lo hace su tremolar, espejo del vivir y el pensar consecuente. Mi ideario se ha conformado a través de miles de años, pertenezco a la multitud de los eternos inconformes, de “los pobres de la tierra”, de los preteridos y desheredados, de los explotados.

 

Ningún mérito llevo en ello, si hubiera nacido hijo de un Rockefeller o fuera siquiera uno de sus aprovechados servidores, quizás sería un burgués más, participante del reparto o recogedor, sumiso y agradecido, de las sobras del festín; un defensor del actual orden de cosas que prevalece en el mundo.

En mi batallar, tengo muy claros los objetivos: el rescate del hombre de la alienación en que lo han sumido el despojo y la explotación, y la conversión en HOY de un MAÑANA soñado, de justicia social, bienestar económico y libertades plenas. Voy contento al combate, empeño en él todas mis energías. Me fortalece el orgullo y el compromiso de ser CUBANO y Martí me guía. 

 

Típico de la dolencia que enfrento, pronto experimentaré un rápido e impresionante deterioro físico. No es esa la imagen última que quiero dejarles, sino la de una sonrisa permanente, la invencible sonrisa de los que creemos, “en la utilidad de la  virtud y en el mejoramiento humano”;  la perenne sonrisa de los que confiamos en un futuro mejor, por el cual luchamos.

 

Jorge C. Oliva Espinosa (Jorge C.)

Foto tomada hoy, marzo 25 de 2015, ya con 78 años vividos.

Imagen de triunfador.

 

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