domingo, 8 de marzo de 2015

DE DISCREPANCIAS Y DISCREPANTES

-DE DISCREPANCIAS Y DISCREPANTES
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Aunque, como dice el refrán, "agua pasada no mueve molino", hoy pienso
que esta crónica, que nunca publiqué, pudiera ilustrar los procederes
tan distintos que encontramos en algunas discrepancias y discrepantes.
Si es así, que sirva de ejemplo de dos actitudes diametralmente
opuestas:

Apenas habían transcurrido dos horas de divulgar mi artículo "UN LIBRO
ESCLARECEDOR", (viernes 19 de septiembre 2014), cuando recibí este
mensaje nada diplomático, de un diplomático cubano:
Oliva:
No es aconsejable hacer conclusiones de un proceso tan vigoroso como
el argelino en unas pocas líneas y solo tomando en cuenta los
criterios del libro de Papito.
Me disculpas pero no sabes nada de lo que estás hablando y afirmando.

Aclaro que el destacado remitente y este humilde servidor solo se
conocen por referencias y la relación que han tenido se limita al
intercambio de algunos correos electrónicos; por lo tanto, el tuteo
entre ellos es improcedente. Por otra parte, resulta cómodo tachar de
ignorante a quien se le ha niega u oculta información. Mi respuesta
inmediata fue diplomática, aunque no pretendí darle una lección de
diplomacia a quien ejerce tal función:

Estimado (omito el apellido por el cual es conocido):
Gracias por sus criterios. Sin embargo, yo no hago conclusiones sobre
el proceso argelino, sino sobre el libro de Papito, lo gloso más bien.
Entiendo que es mi deber de lealtad para el amigo que salió difamado
del trance, donde actuó con entrega total a nuestro país.
Estimo mucho su opinión y le respeto. Espero merecer de usted igual trato.

Como ven, yo me limito a aclararle mis objetivos y le manifiesto
estimación por sus criterios y respeto por su persona; por último,
expreso mi aspiración de recibir similar tratamiento al que le
dispenso. En cambio, él me descalifica, en lugar de argumentar su
discrepancia; me critica por basar mis criterios en una fuente única,
pero no ofrece fuentes alternativas ni las cita; siquiera para
ilustrar a alguien que, como yo, "no sabe nada de lo que está
hablando". Me acusa de afirmar lo que desconozco, pero no impugna ni
desmiente ninguno de los hechos históricos que cito. Por último,
comienza su mensaje tildando de "no aconsejable" escribir como
escribo. Me asaltan preguntas: según el criterio del distinguido
diplomático, ¿cómo es "aconsejable" escribir sobre el asunto? ¿Sería
"aconsejable" callar y hacerse cómplice de la injusticia de que fue
víctima otro diplomático que fue mi amigo? Si yo padeciera de
paranoia, tomaría esas palabras suyas como un consejo, una advertencia
o una amenaza, según fuera la gravedad de mi trastorno mental. Pero
no lo hago, porque no soy paranoico y porque siempre he sido
imprudente en actos y criterios, aunque mi temeridad nunca me ha
llevado a ser irrespetuoso con la opinión de los demás. Para rechazar
el calificativo de "no aconsejable" dado a mi escrito, repito las
palabras de Rius Rivera en Las Lagunas: "Así pienso" y, como hizo el
insigne patriota cubano-borinqueño para respaldar sus criterios, llevo
mi mano a la empuñadura del machete de hoy: el pensamiento mambí.

Totalmente distinto fue el mensaje del compañero Carlos Benet, quien
también discrepó de mi artículo, pero lo hizo respetuosamente, basado
en argumentos, sin adjetivos ni descalificaciones; con la ética, la
caballerosidad y elegancia que lo distinguen y prestigian.

Desde Regla, perpetuo rincón combatiente. Marzo 9 de 2015

________________________________________________________________
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario