sábado, 28 de marzo de 2015

ENCONTRÉ TESOROS

-- ENCONTRÉ TESOROS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Otros se lamenten de chocar con tantas miserias en el farragoso camino
de la vida; yo me maravillo y congratulo al disfrutar, de los tesoros
donde aflora, toda la riqueza humana, la que me brindan, generosos, la
familia creada, los amigos que he ganado. ¡Suerte inmensa haberlos
encontrado!

De los amigos, mejor sería decir hermanos, voy a mencionar hoy uno que
puede personalizar esa riqueza: Robertico, el ayer Doctor en Derecho y
Oficial de nuestras FAR, hoy superviviente de una isquemia cerebral,
dedicado a la elaboración y venta de artesanía para el turismo,
actividad que le ayuda a seguir sobreviviendo. De Robertico, el
hermano, lector impenitente y polemista afilado, cultivador de la
Décima.

Robertico ha abandonado su puesto de venta, el que mantiene en el
portal de su casa y, viajando desde su pueblo, ha venido a Regla, para
llenarme de hermandad y alegría toda una jornada. Se ha traído el
libro de recién tirada que me compró, su cartapacio de cariño, donde
guarda para el análisis conjunto los más variados temas, sus versos
bien rimados, los que declama emocionada su voz de hermano, que lo
mismo se apasiona en discrepancias como reafirma en coincidencias, esa
voz que entona con buena melodía y afinación, una evocadora canción
trovadoresca o una viejo "hit" de Nino Bravo y, como colofón, me trae
Robertico una botella de Añejo Especial para compartirla conmigo.
Regalo él mismo, ha venido cargado de regalos y me llenó la casa con
ellos, pero sobre todo con su presencia de hermano. No ha sido el
único, también vino el lacónico Newton, el destacado Historiador
iconoclasta, el de prosapia guiterista, para hablar de lo humano y lo
divino y espantar así el tema quejoso de síntomas, diagnóstico y
dolores que me ronda; semanas atrás, había venido Morejón, quien
prometió arrastrar a Oramas la próxima vez, para repetir nuestro
anterior meeting, el último que tuvimos en mi azotea. Y de la cosecha
de mis ex alumnos, el primero en venir fue Martín, hoy experimentado
Ingeniero de larga trayectoria, que por poco se echa a llorar en mi
puerta. Y yo me pregunto: ¿se puede ser más afortunado?...

Desde Regla, ayer, "La Sierra Chiquita";
Ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Marzo 30 de 2015

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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