martes, 20 de enero de 2015

UN EMPECINADO CONTUMAZ

--UN EMPECINADO CONTUMAZ
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Cuando trasmití los testimonios del "Gallego Goicochea" sobre Gustavo
Machín y Díaz Argüelles, los califiqué como los héroes que la muerte
respeta porque la desafían reiteradamente. Tanto los que atacaron el
Cuartel Moncada (26-7-53), como los asaltantes al Palacio (13-3-57)
mostraron, en sus temerarias acciones, un desprecio absoluto por la
inexorable Señora de la Guadaña. A la mayoría les costó la vida,
fueron pocos los sobrevivientes y estos se empecinaron en continuar la
lucha. Así, entre los expedicionarios del Granma, encontramos a
algunos participantes de los sucesos de aquel 26 de julio. Constituían
el grupo de los que persistían, consecuentes con el ideal que los
llevó a la primera acción; eran los incorregibles porfiados de
siempre, los que no se arredran ante el fracaso. En definitiva,
continuaban fieles a la causa y a la organización que habían fundado,
eran los continuadores de siempre, los que perseveran y triunfan.
Igual proceder mostraron los diezmados miembros del Directorio después
del 13 de marzo.
Sin embargo, el que un mismo hombre haya sobrevivido a esas dos
acciones, su mera participación en ambas, es un hecho único que merece
destacarse y que sin embargo, no ha sido muy divulgado. El
protagonista de la doble hazaña, sin discusión merece el título de
"Empecinado Contumaz". Nos referimos a un joven que, en su natal
Guanajay, llegó a ser Presidente de la Juventud Ortodoxa, se alistó en
la Generación del Centenario y participó en el asalto al Cuartel
Moncada; guardó prisión en Boniato junto a Fidel y demás
sobrevivientes, pero llevado a juicio fue absuelto por falta de
pruebas; fue uno a los que se orientó no declararse culpable. Una vez
libre, no escarmentó y continuó colaborando con Haydee Santamaría y
Melba Hernández; su decisión de continuar el combate frontal contra la
dictadura, la canalizó al vincularse al Directorio Revolucionario y,
como militante del mismo, participar en la hombrada del asalto al
Palacio. Fue uno de los ocho hombres que llegó a la tercera planta y
de los pocos que lograron salir vivos del lugar. Protegido por una
suerte increíble, sobreviviente de las dos acciones más violentas
realizadas contra la tiranía, se asiló en la Embajada de El Salvador y
de allí saltó a Miami, donde continuó su labor revolucionaria; así
alcanzó, "empecinadamente vivo," (*) la hora del triunfo. Esto le
permitió seguir brindando sus servicios a la Revolución en el frente
diplomático. Pasado el tiempo, con la sencillez que caracteriza a los
gigantes, ofreció el siguiente testimonio; "--Hoy, lo veo igual que
entonces. Cuando se está convencido, resuelto a hacer algo, se asume
cualquier consecuencia. No es que yo fuera guapo ni nada de eso. Tenía
sencillamente la convicción de la utilidad y la necesidad de la
lucha".
La muerte, que parecía haberse olvidado de este EMPECINADO CONTUMAZ,
vino a buscarlo el 21 de junio del 2013, bajo la forma de un accidente
cardiovascular; su nombre: Ángel Eros Sánchez.

Desde Regla, ayer, "La Sierra Chiquita";
Ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Enero 20 de 2015
(*) Referencia a la novela "EMPECINADAMENTE VIVOS" de Rodolfo Alpízar
Castillo, cuyo tema gira alrededor del asalto al Palacio y el DR.

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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