domingo, 11 de enero de 2015

EL GALLEGO

--EL GALLEGO
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Tuve el privilegio de conocer a Luis Goicochea, destacado combatiente
del Directorio Revolucionario 13 de marzo y asaltante al palacio
presidencial, uno de los ocho hombres que llegó al tercer piso y de
los pocos que salieron vivos. Me lo presentó Luis Blanca, también
combatiente del DR y expedicionario del "Scapade", quien había sido
Director en la Escuela de Ingeniería Industrial. Con motivo de la
conmemoración de un 13 de marzo, Goicochea accedió a brindarnos una
serie de conferencias en los locales de la CUJAE y yo, como profesor
de la misma, tuve la oportunidad de atenderlo; ya estaba aquejado del
mal que lo llevaría a la tumba, cáncer del estómago, y se mostraba
locuaz, como si quisiera desprenderse de todos los recuerdos que
guardaba. No fue el único combatiente del Directorio con quien
intimé, mi vinculación a la Universidad, antes y después del triunfo,
me hicieron establecer contactos y aun amistades con varios compañeros
de esa organización. Juan Pedro Carbó, Machadito, Carlos ("El Chino")
Figueredo, Fructuoso, "Bebo" Álvarez, "Tony" Castell, fueron algunos
de los hombres del Directorio con quienes compartí distintos momentos
de mi existencia, pero ninguno se mostró más dispuesto a relatar sus
vivencias que Goicochea. De todos ellos guardo recuerdos imborrables.
Algunos, más que otros, me trasmitieron sus testimonios, pero ninguno
fue tan locuaz como "El Gallego Goicochea"; él no solo se limitó, en
conferencia inolvidable, a dar detalles del asalto a la guarida del
tirano, sus relatos se extendieron a otros personajes y hechos de la
lucha clandestina. Le decían "gallego", a pesar de su apellido vasco,
por inclusión que hacíamos los cubanos de todo lo que viniera de
España, pero este "gallego"" era más cubano que muchos nacidos en la
isla.
No había acabado Blanca de presentarme como "el joven profesor de
nuestra Escuela que lo atendería", Goicochea me tiró un brazo sobre
los hombros e indagó sobre detalles personales de mi vida como docente
y como combatiente. Sin dudas, ya nuestro ex Director le había
informado al respecto y al decirle yo que era vecino de Tony Castell y
del "Bebo" Álvarez por vivir todos en el Reparto Fontanar, me abrió el
caudal de su cubanía y comenzó a tratarme como a un viejo conocido.
"Mira, -me dijo- el asunto no es recordar la historia en una fecha
determinada; eso no es ni historia, ni es revolución. Ambas se hacen
día a día. Vamos a interesar en esto al mayor número de estudiantes y
tú me vas a ayudar. Por lo pronto, cuenta conmigo cada martes. Te
prometo que traeré algún que otro compañero y la gente no se
aburrirá."
Fue así que durante todo el mes de marzo y parte de abril de aquel
año, Goicochea fue una figura conocida y esperada por un estudiantado,
ávido por conocer la historia por boca de uno de sus protagonistas.
Fascinado por lo ameno de sus charlas, el auditorio fue cada vez mayor
al punto que, lo que comenzó en un aula, tuvo que ser trasladado al
teatro principal de la CUAJE.
No puedo precisar la fecha, pero un día me informaron que se
interrumpían las charlas. Goicochea, ya grave, había ingresado en el
hospital donde moriría. Hasta el final de sus días, había cumplido la
misión de hacer historia y hacer revolución.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Enero 12 de 2015

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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