miércoles, 21 de enero de 2015

AUDACIA SIN LÍMITES

-- AUDACIA SIN LÍMITES
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Fue, no hacía mucho, una actriz sin talento que devino vedette en
cabarets de segunda categoría; convencida de "su poca suerte", decidió
sacar provecho de lo "que Dios le dio": un cuerpo escultural y una
carita de ángel. Desde entonces, se convirtió en la amante de gente
importante, que pudieran pagarla. Ahora, era la "querida oficial" de
un connotado asesino de la dictadura, el siniestro Esteban Ventura
Novo. Eso a ella no le importaba, él se portaba galante y sobre todo
muy generoso, pagaba todos sus gastos y le mantenía un apartamento,
donde la visitaba una vez por semana, días fijos y a la misma hora,
porque era un hombre muy ocupado y extremadamente disciplinado,
ensimismado en su rutina de asesinar, torturar y mandar a matar. Eso
sí, como hombre de detalles, cada visita era anunciada por el
mensajero de una florería que, como ofrenda y aviso, le traía un
enorme ramo de rosas.
Ese dato lo tuvo muy en cuenta un destacado combatiente del movimiento
clandestino, quien se propuso ajusticiar a una de las figuras más
repulsivas de la represión. Fue así que, después de un prolongado
chequeo sobre el apartamento de la bella, una tarde, en que estaba
programada "la visita habitual", un mensajero de la florería apretó el
timbre; identificado a través de la mirilla por el ramo de flores,
ella le abrió la puerta confiada. De inmediato, quedó petrificada de
terror; ante ella no estaba el muchacho de siempre, sino un hombre que
le apuntaba con su pistola y la conminaba a guardar silencio. El
desconocido, sin dejar de amenazarla, cerró la puerta tras sí y le
ordenó desvestirse; envanecida por sus encantos físicos, ella pensó en
un asalto sexual de algún maníaco, al que no sería difícil
satisfacerle su obsesión y le obedeció con rapidez. Contrariamente a
lo que imaginó, el intruso no se quitó su ropa ni le hizo objeto de
caricia alguna; simplemente, le ordenó acostarse y lo hizo a su lado,
sin desvestirse ni dejar de apuntar, ahora hacia la puerta, mientras
le aclaraba: "ahora, cuando llegue Ventura, antes que se reponga de la
sorpresa, será hombre muerto".
Pero, el tiempo pasó y el esperado visitante no llegó; había roto su
rutina, como cosa excepcional. Convencido que ya no vendría, el
intrépido asaltante decidió marcharse, no sin antes dejarle un serio
mensaje a la alimaña que, por esta vez, evadía la mortal trampa:
_Dile a Ventura, que aquí estuvo Mingolo para ajustarle las cuentas...
Ah, y dile también que te vi encuera y que estás muy buena.
Arístides Viera, alias "Mingolo", una de las más fogueadas figuras del
Movimiento 26 de Julio en La Habana, acababa de realizar una de sus
espectaculares acciones, todas caracterizadas por una AUDACIA SIN
LÍMITES.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Enero 23 de 2015


________________________________________________________________
De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario