jueves, 12 de diciembre de 2013

Mis Minis con disculpas:

Mis Minis con disculpas:
Estimados lectores, Sempronio se tomó el espacio que tenía reservado
el viernes pasado, para hacerles llegar un puñado de mis miniaturas de
cuentos. Debido a que me fue imposible hacerlo, se los envío a finales
de esta semana. Les ofrezco mis disculpas por el retraso y aquí les
van:

MERCADO
Ella ofrecía sueños y solicitaba objetos; él brindaba objetos y pedía
sueños. Ambos cometían fraude en el intercambio.

RELEVO
Como soñar era delito grave, castigado con severas penas, se
generalizó el mentir. Así, cuando al despertar eran interrogados por
el gendarme, todos aseguraban no haber soñado y algunos exageraban al
afirmar que jamás habían soñado. Entre estos, fueron reclutados los
nuevos responsables de perseguir a los soñadores.

AMABILIDAD
Últimas palabras que el verdugo dijo a su víctima: Por favor, no te muevas.

PIEDAD DEL INQUISIDOR
¡Por amor a Dios, no sufras más y confiesa que eres culpable!

LA PALABRA
La palabra podía distorsionar la realidad, incluso ocultarla, pero no
podía destruirla; entonces se inventó la mordaza. Resultó inútil.

ÉXITO
Al fin vio cumplido su anhelo de popularidad. Todos habían venido a
ver el acto del que era centro. Entonces, satisfecho, puso su cabeza
sobre el tajo.

PREMISA
Cuando podamos prescindir de las palabras, comprenderemos las
intenciones y al fin nos entenderemos.

SOÑADOR
Apostó por sueños que no se cumplieron; vivió soñando y murió
decepcionado. Sin embargo, al morir confió que otros hombres harían
realidad sus sueños.

POR HEMINGWAY
¿Que por qué lloro? Lloro por todos, y sobre todo por mí, porque las
campanas están doblando y él me dijo por quién.

APRENDIZAJE
Al fin comprendí: lo subjetivo era lo que yo soñé que sería ella; lo
objetivo, lo que fue ella en realidad.
TOZUDEZ
El viejo edificio no aguantaba más, amenazaba con venirse abajo y
aplastar a sus habitantes; entonces, en lugar de reconstruirlo o
construir uno nuevo, lo apuntaló para posponer el derrumbe. Cuando
ocurrió el desastre, él ya vivía lejos.

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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