lunes, 9 de diciembre de 2013

LA VERDAD FALSEADA

LA VERDAD FALSEADA
Por Jorge C. Oliva Espinosa

A Stalin no le convenía que el pueblo soviético supiera del verdadero
marxismo; lo que había escrito Marx era subversivo dentro de la Unión
Soviética; por eso, encargó a la Academia de Ciencias que hiciera su
propio manual de Economía Política y su propio Manual de Filosofía. Ya
había hecho algo similar con la Historia, al escribir la "Historia
Oficial del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética). Esos
manuales eran "la historia y el marxismo" en que se apoyaría para
seguir gobernando y distorsionando la revolución; para convertir la
dictadura del proletariado en una dictadura sobre el proletariado,
para pervertir los ideales socialistas.
Por aquellos manuales manipulados, aprendimos nosotros, los cubanos.
Nos mostraban a un Marx falsificado; pero, con estupor, algunos nos
percatamos que los profesores encargados de instruirnos en el
marxismo, sabían muy poco de la ciencia que impartían. Eran simples
repetidores de los manuales. Cuando tratábamos de profundizar en los
temas esbozados, nos dejaban solos; y cuando planteábamos la discusión
de algunos escritos de Marx, nos mandaban a callar. También caímos en
cuenta de algo más triste: muchos dirigentes de nuestra revolución
socialista marxista-leninista, tampoco sabían a derechas la doctrina
que decían practicar, ni siquiera conocían las principales obras de
sus fundadores. El marxismo se convertía así en una ficción, en la que
debíamos creer ciegamente. Nos volvían a anteponer la fe a la razón,
debíamos aceptar que la verdad era tan inescrutable, como para los
creyentes es el designio de un Dios todopoderoso y omnisapiente. A los
que mostrábamos inquietudes por aprender, a los que seguíamos la
prédica de dudar de todo, tal como enseñó Marx, nos llamaron
conflictivos y fuimos mirados con desconfianza. Apartados, como
portadores de un virus contagioso, seguimos hurgando en las fuentes,
en busca de la verdad. No creemos que la hemos encontrado de forma
total, pero algo más sabemos de lo que trataron de enseñarnos por los
Manuales. No nos engañamos, nos falta mucho por aprender, pero
comprendimos que nos habían entregado una verdad falseada, que nos
habían escamoteado al verdadero Carlos Marx. Y lo más importante:
estamos convencidos que la parcela de verdad encontrada, a pesar de no
ser completa, es digna de creer en ella y por ella estamos dispuestos
a luchar hasta el último aliento.
El tiempo nos dio la razón a los que dudábamos. La "Gran y Poderosa
Unión Soviética" se vino abajo. Estaba afirmada sobre una base falsa,
era imposible que se sostuviera y mucho menos salvarla con
rectificaciones y arreglos. Había vivido a la sombra de una verdad
falseada y cuando trataron de enmendar el entuerto, fue imposible:
nadie creía ya, ni estaba dispuesto a sostener aquella agobiante
situación por más tiempo. Las masas dijeron "si esto es socialismo,
queremos lo contrario". El Partido trastrocado, de conductor a rebaño
obediente, fue incapaz de acción alguna, los militares tampoco. La
gran oportunidad de transformar el mundo, se había perdido
irremisiblemente. Estaba muerta, la habían asesinado Stalin y su
burocracia.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Diciembre 10 de 2013

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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