LOS MINIS DE ESTA SEMANA

Como todo fin de semana, para tomar nuevos aires, una gavilla de mis
minicuentos. Recuerden que yo puse las palabras, ustedes ponen la
interpretación:

LO INNATO
Se empeñó en imbecilizar a sus súbditos para que le obedecieran. Pero
había quienes nacían ya imbéciles; esos fueron sus seguidores más
obedientes e incondicionales.

METAMORFOSIS
Al signo de admiración lo estiraron tanto que, una vez libre se
enroscó y se hizo una ?

PAISAJE DE OTOÑO
Las hojas se soñaron mariposas, dejaron el árbol y se echaron a volar.
En su fuga, el viento parecía ayudarlas.
DIÁLOGO DE DOS SORDOS
Tú vives el presente como si fuera permanente y no acabara en un
mañana inesperado. Así los días te van pasando con monotonía burlona,
todos riéndose de ti y de tu insensato vivir.
_Y tú, –le replica el otro- vives en espera de un futuro incierto que
nunca llega…
Mientras tanto, el tiempo, que los escuchaba, se reía de los dos.

RUPTURA
_Ya que no nos entendemos, es mejor terminar aquí. Separémonos y que
cada uno tome por su lado…
Y diciendo esto, se volvieron de espaldas, cada cual del lado de la
cama que compartían hacía más de cincuenta años.
ROBIN HOOD, LA VERDADERA HISTORIA
Como es sabido, Robín Hood comenzó robando a los ricos para dar a los
pobres. Pero, cuando no quedó ningún rico por arruinar, comprobó que
algunos pobres ya vivían mejor que los demás. Y se dedicó a desvalijar
a estos, hasta que la miseria fue pareja para todos. Entonces,
autorizó que se robaran entre ellos. Eso sí, cobrándole a cada nuevo
ladrón un tributo por la licencia.
LEJANA
Desde tu fría distancia, preguntaste: ¿Para qué vernos? Y hoy, al
verte, supe que tenías razón.

INSENSIBILIDAD
Soñé que sufría. Cosa imposible, porque la única vez que he sufrido
fue cuando quise recordar aquel sueño.
AUTOESTIMA
¡Vida, no mereces que yo te viva! _Y se suicidó.

IMPRUDENCIA
La primera vez actuó con miedo. Nunca se había enfrentado a peligro
semejante. Volvió a hacerlo, nada le pasó y se sintió mejor. Entonces,
subestimó el riesgo y confiado, lo intentó de nuevo. Fue lo último que
hizo.
MI CREDO
A Félix Sautié que me expuso el suyo.
Tal vez fui la hoja de un árbol, un fruto cualquiera, una semilla, que
mi padre metabolizó hasta convertirlo en semen. Quizás habité en un
ala, anhelante de vuelos, que mi madre soñó hasta madurarla en óvulo.
Luego, el deseo o el amor hicieron coincidir semen y óvulo para
engendrarme. Así llegué a este tránsito de batallar que, engreídos,
llamamos vida. Estoy seguro que cuando concluya, volveré a ser hoja de
árbol, fruto cualquiera, una semilla, acaso un batir de alas en la
penumbra…

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com