viernes, 11 de enero de 2013

LA DISCREPANCIA Y SU DIVERSIDAD

LA DISCREPANCIA Y SU DIVERSIDAD
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Yo discrepo, tú discrepas, él discrepa, nosotros discrepamos, pero
todos estamos de acuerdo, aunque nuestras respectivas discrepancias se
refieran a aspectos distintos. Porque la unidad de propósitos, el
tener un fin común como meta, no significa coincidencia en los métodos
y vías para alcanzarlos. Yo puedo pensar en una solución y tú en otra,
mientras que aquel tercero propone una distinta a las nuestras. Otra
que no es contraria de la mía, ni de la tuya, sino diferente. La
discrepancia puede estar en la forma de abordar un asunto, en la
prioridad que le concedemos sobre otro; en la rapidez para solucionar
un problema, en el método que recomendamos, porque lo entendemos más
eficaz, y mil etcéteras más. Porque los detalles de no concordancia
pueden ser muy variados. Tantos, como la diversidad de criterios que
pueden existir sobre un tema dado. Esta verdad perogrullesca, está
presente en todo proyecto a emprender. Pero, el problema se complica
cuando se trata de la conducción de un gobierno "con todos y para el
bien de todos" y del manejo de los recursos de una Nación. Esto nos
afecta a todos. Y por lo tanto, todos debemos participar en la
decisión que se tome. No, no es fácil la solución, pero no cabe duda
que esa solución deba ser participativa y democrática. Es decir, que
cuente con el aporte de todos y la aprobación de la mayoría.
Para reafirmar todo lo anterior, remitámonos a nuestra historia. Ni
aún en Guáimaro donde se encontraron, por primera vez, nuestros padres
fundadores, hubo un acuerdo unánime. Por el contrario, prevalecieron
las discrepancias: Céspedes y Agramonte discreparon sobre las formas
de gobierno que debía tener la República que trataban de forjar como
objetivo común. A pesar de estar de acuerdo en el fin, discrepaban en
las maneras de llevarlo a la práctica.
Estamos convencidos que pensamos de acuerdo a como vivimos. Porque es
la economía, el interés económico, base material de nuestras vidas, el
que en última instancia condiciona el pensamiento. Hoy, ante los
cambios que se instrumentan en nuestro modelo económico, surgen grupos
con intereses diferenciados. No son los mismos para el trabajador por
cuenta propia, para el agricultor independiente, para el
cooperativista, o para el asalariado estatal. Aún dentro de todos
ellos, hay diferencias entre los del productor de bienes y los del que
brinda servicios. Será lógica consecuencia, que esa diversidad de
intereses se exprese en un amplio abanico de criterios sobre los
problemas que afectan al grupo en particular y a toda la población en
general. Todos esos criterios deben ser escuchados y valorados, si
queremos construir un socialismo más democrático y participativo.
Tomar muy en cuenta las discrepancias y tener presente, que todos los
que discrepen no son nuestros enemigos.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy, y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Enero 11 de 2013


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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