domingo, 29 de junio de 2014

ANUNCIO DE FUTURAS ENTREGAS

-- ANUNCIO DE FUTURAS ENTREGAS
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Es natural que en tiempos de zozobra, muchos busquen en la fe
religiosa, la percha donde colgar sus raídas esperanzas y un consuelo
cifrado en el más allá, donde esperan encontrar una vida mejor. Eso
explica la proliferación actual de creyentes y conversos; no los
critico, pero mi condición de incrédulo irredimible y de materialista
convicto y confeso, me niegan ese lenitivo y puerta de evasión.
Prefiero buscar refugio en el recordar, pero no un recordar nostálgico
e inútil, sino uno que pueda convertirse en ejercicio aleccionador.
Rescate de "mi" porción de memoria histórica, la que cada cual guarda,
como particular recuerdo de "su historia". Así quiero dejar constancia
de los bellos tiempos, limpios y heroicos que me tocó vivir. No soy de
los que afirman que "cualquier tiempo pasado fue mejor", ¡NO!, de
ninguna manera; creo en "el mejoramiento humano" y este nos conducirá
hacia un futuro cada vez mejor. Sin embargo, la confusión e
incertidumbre de este presente, donde tanta miseria humana y tanta
falsedad afloran, me lanzan a recordar aquellos tiempos diáfanos que
tuve la suerte de vivir, tiempos en que sabíamos dónde estaba el
enemigo y lo que era necesario hacer para derrotarlo; donde el precio
a pagar por nuestro empeño era la vida y ésta se perdía por salvar
algo más precioso: la dignidad. Ahora, todo lo contrario, muchos
arriesgan la dignidad y prefieren perderla, con tal de seguir viviendo
una vida que no merece tal nombre. Por estos motivos, y porque creo
que "de recordar glorias pasadas, se sacan fuerzas para glorias por
venir", me doy a evocar aquella época dorada que atesoro en mis
recuerdos y que quiero dejar en mis escritos como testimonio y legado
a las nuevas generaciones, por si alguna utilidad pudieran sacarle de
beneficio. Solamente así, justifico esta mirada al pasado.
Con dedicación de escriba, ya tenía compilados una serie de recuerdos
bajo el gastado título de "Memorias"; abarcaban episodios que
arrancaban de mi infancia de penurias, pasaban raudos por una
adolescencia turbulenta, sumergida en la lucha aceleradora de
transformaciones y una juventud consumida en la construcción de una
nueva sociedad y en la cimentación de un futuro que, a pesar de
tragarse aquel presente, aún no ha llegado. Eran páginas cargadas de
ingenuidades e idealizaciones, estampas que pretendían atrapar
momentos inolvidables. Ahora entresaco fragmentos de aquellos
escritos, para brindarlos a mis escasos lectores. A pesar de sus
defectos, conservan una fuerte fidelidad histórica. Podrán ser
tachados de candidez, pero no de falsedad.
Sirva esta nota como prefacio, anuncio o presentación de aquellos
fragmentos que iré publicando paulatinamente. Debo agregar que no es
tarea fácil reseñar aquellos tiempos. Y menos aún ser justos en su
valoración. Fueron muchos los errores de entonces; claro, vistos ahora
en retrospectiva, con la pupila actual, no con la de entonces, y esto
aumenta el riesgo de distorsión. Les prometo ser lo más objetivo
posible; a pesar de ello, debo advertirles que son pedazos de "mi"
verdad y de "mi" historia.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Junio 30 de 2014


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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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