domingo, 4 de mayo de 2014

LOS RÉCORDS

--LOS RÉCORDS
Por Sempronio, el de Regla

En el mundo se han establecido muchos récords, no todos avalados por
Guinness; pero nosotros, los cubanos, hemos implantado algunos que ya
se inscribieron y otros que debían figurar en ese famoso libro. Como
nación podemos ufanarnos de haber sobrevivido al más largo e
implacable bloqueo a que se haya sometido pueblo alguno; nuestras
luchas independentistas ofrecen marcas inigualables: fuimos los
últimos en declararnos independientes; cuando las otras colonias ya
eran repúblicas, nosotros seguíamos fieles a la metrópoli colonial;
después fuimos los que peleamos por separarnos de ella durante más
tiempo, treinta años, para terminar siendo un país ocupado por
intrusos que nadie llamó y que se presentaban como "libertadores".
Cuando las tropas interventoras abandonaron el país, nos dejaron sus
bases militares, un simulacro de burguesía, bien cipaya, y un engendro
leguleyo, colgajo de nuestra Constitución, que nos hacía poco menos
que un protectorado. Cincuenta y siete años nos costó librarnos de
aquella tutela (1902-1959) y, cuando lo hicimos, fuimos los primeros
en este continente en declararnos socialistas (1961); cuando los que
se llamaban así, dejaron de serlo para regresar al capitalismo,
nosotros permanecimos firmes, dispuestos a romper cualquier marca de
persistencia.
Luego, hemos seguido acumulando récord tras récord, hasta llegar a
nuestros días. Tenemos el del tabaco más largo y la rana y el pájaro
más pequeños del mundo; el récord de apreciaciones erróneas de la
realidad nacional, lo ganó un partido del patio que nunca luchó por el
poder y que no salía de una equivocación para caer en otra; Fidel
implantó el récord del discurso más extenso, el pueblo el suyo de
sobrevivencia y nuestro parlamento rompió la marca de más aprobaciones
por unanimidad, no igualada por ningún otro cuerpo legislativo.
Recientemente, nos situamos en la cima del mercado mundial de
automóviles, al colocarles precios muy superiores a los que se
pudieran encontrar en cualquier otra parte del planeta. Nuestras
tiendecitas llamadas TRD, ostentan el margen de ganancias del 260% que
rompe todos los récords de usura anteriormente establecidos.
El otro día, mi asere Oliva escribía sobre los minicuentos y el récord
establecido por el hondureño Monterroso, al escribir el más breve,
compuesto solamente de siete palabras: "Cuando despertó, el dinosaurio
todavía estaba allí". Olvidó mi carnal, apuntar que ese récord fue
roto por el mexicano Luis Felipe Lomelí en el 2005, cuando escribió El
Emigrante, cuyo texto íntegro es el siguiente: "¿Olvida usted algo?
-¡Ojalá! " Tampoco dijo Oliva que, en Cuba se engendró el cuento más
largo: durante medio siglo nos contaron que construíamos algo que,
después de transcurrido ese tiempo, nos aclararon que nadie sabía lo
que era y mucho menos cómo se construía. ¡Esa marca nadie nos la puede
arrebatar! El que más se nos acerca es "El cuento de la buena pipa" y
no nos llega ni a la chancleta. Además de eso, cada día salimos a la
calle dispuestos a superar cualquier récord de supervivencia. Y que
los batimos, lo prueba el que sigamos, empecinadamente, vivos.

Desde Regla,
Tierra bendita de Yemayá, cuna bravía de los abacuá.
Mayo 5 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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