martes, 18 de marzo de 2014

OFICIALISMO Y OPOSICIONISMO

--OFICIALISMO Y OPOSICIONISMO
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Un componente fatídico de nuestra identidad nacional es lo
hiperbólicos que solemos ser. Todos los cubanos que conozco presentan,
en mayor o menor medida, esa tendencia a ser exagerados en las
posiciones asumidas, las que llevan al extremo y que pueden conducir
al fanatismo. En el caso de las ideas políticas, tenemos a los que
consideran que ser revolucionarios es ser acríticos y partícipes en el
coro de alabanzas que entona el oficialismo; para estos no hay opción,
todo lo que no sea apología es diatriba enemiga; mientras que, entre
los contrarios, encontramos algunos para los cuales cualquier análisis
objetivo resulta oficialista si no ataca al gobierno. La
identificación del totí, del culpable total, es punto de divergencia
irreconciliable entre los dos bandos; todos pretenden señalar un totí
distinto. Mientras que algunos personeros gubernamentales le echan
toda la culpa al pueblo, hay también quienes culpan al gobierno de
cuanto mal nos aflige; tanto unos como otros pecan de exagerados, por
la sencilla razón de que se enclaustran en dos bastiones extremos, el
oficialismo y el oposicionismo, ambas defendidas con empecinamiento
cerril. Estoy muy lejos de calificar de oportunistas a todos los
extremistas de uno u otro bando, pero sus posiciones pueden llegar a
confundirlos con ellos, porque también van a los extremos.
Como ejemplo, para mí aleccionador, recuerdo al órgano de prensa
digital que, desde la sufrida Guatemala, se ufanaba de su militancia
"revolucionaria" y que publicó mis artículos, hasta el día en que en
uno de ellos hice una crítica constructiva al gobierno cubano; desde
entonces, me ignoró como a un apestado y recurrió a un tercero para
pedirme que no enviara ningún trabajo más. En otras palabras, me
excomulgó, juzgó mi escrito como hereje y me condenó como tal sin
derecho a apelación. Lamentablemente, sin ser cubanos, estos hermanos
hicieron gala de un oficialismo bien exagerado, que hubiera envidiado
el Granma.
En el campo del oposicionismo a ultranza, caen otros que, rayando en
el nihilismo, claman por el barrido absoluto de todo lo instituido,
gobierno y figuras incluidas, por el desmantelamiento total del
sistema, al que no le conceden ni la sal ni el agua y al que culpan de
todos los males que padece el pueblo; por lo general, estos
oposicionistas ignoran o minimizan el daño que nos causa el bloqueo
norteamericano y culpan a la parte cubana por no haber contribuido
para que la otra parte lo levante. Si el gobierno cubano se abre al
comercio e inversión extranjeros, lo tachan de estarse entregando al
capitalismo; si por el contrario adopta alguna medida socializadora,
lo acusan de régimen totalitario y de promover el centralismo más
absoluto.
En un momento de necesario diálogo, como el que estamos viviendo, las
posiciones extremas son dañinas, cierran los caminos del entendimiento
que son los únicos que nos pueden conducir a la sociedad que todos
deseamos. Hoy como nunca necesitamos del análisis objetivo y mesurado,
despojado de apasionamientos que solo producen ceguera e
incomprensiones.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía.
Marzo 18 de 2014

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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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