domingo, 2 de marzo de 2014

EL COSTO DE SER HÉROES

EL COSTO DE SER HÉROES
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Después de sufrir el odio visceral del enemigo, después de resistir
durante quince largos años todo el rencor que guarda el Imperio contra
quien no se somete y le enfrenta, regresó a la patria Fernando
González. Es el segundo en volver, de los cinco que representan todo
lo heroico y noble de nuestro pueblo; todavía quedan tres, pagando las
condenas con las que se pretendió castigar a Cuba.
Fernando, al igual que René, recibe la admiración, el respeto, el
agradecimiento y el orgullo con que lo acogen sus compatriotas,
sentimientos que merecen también los tres cautivos restantes y que
recibirán igual acogida cuando regresen del "dulce abismo". Allá, en
las entrañas "del monstruo revuelto y brutal que nos desprecia",
indoblegables, permanecen Ramón, Tony y Gerardo. Ellos completan el
quinteto de gigantes que, arrostrando todos los peligros, penetraron
el campo enemigo para proteger a la Patria contra la barbarie del
terrorismo. Son LOS CINCO que decidieron pagar el costo de ser leales,
no cejaron en el empeño de ser consecuentes hasta el final y velaron
por nuestras vidas y tranquilidad; por eso, el deber elemental de todo
cubano es luchar sin descanso porque sean liberados y vuelvan a
reunirse con sus familias, en el seno de la Patria agradecida.
Estos cinco gigantes de la entrega total, en su lucha inclaudicable
encarnan la capacidad de sacrificio y abnegación de nuestro pueblo;
ganaron con su decisión y coraje la categoría de Héroes. Sin embargo,
no eran los únicos que formaban la "Red Avispa". Hubo otros que, como
dijo Bertolt Brecht, "lucharon un día y fueron buenos", pero
desistieron; a esos les faltaron fuerzas para continuar y claudicaron.
Dejaron pasar la hora decisiva de ascender, de convertirse en héroes,
flaquearon y prefirieron acogerse a la "indulgencia" del imperio que
fueron a combatir. Y la hallaron, a cambio de una cooperación
humillante; a sus puertas llamó la Gloria ofreciendo sacrificio y no
escucharon su llamado; antepusieron el yo a la Patria y de ella
recibieron un piadoso olvido. Hoy, cuando LOS CINCO reciben homenaje,
aquellos otros merecen silencio y omisión, como si nunca hubieran
existido. Sin embargo, para su mal, existieron, existen y siguen
vivos; conservaron la vida y la "libertad" concedidas al que se rinde,
pero en lo más profundo de sus conciencias, los mató la vergüenza de
no haber resistido, por no elegir correctamente entre "yugo y
estrella". Quizás, en el último rescoldo de cubanía que les quede,
oirán el apotegma martiano que les reproche: "Los que no tienen el
valor de sacrificarse, han de tener al menos el pudor de callar ante
los que se sacrifican". Un deseo de morir los alcanzará cuando vean el
júbilo con que la Patria recibe a sus héroes, el merecido
reconocimiento que les tributa y que pudo haber sido también para
ellos, los que no supieron pagar EL COSTO DE SER HÉROES.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy y siempre, bastión de rebelde cubanía
Marzo 3 de 2014
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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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