miércoles, 9 de abril de 2014

SUCESO Y COMPRENSIÓN, MI DISCREPANCIA CON SAUTIÉ

--SUCESO Y COMPRENSIÓN, MI DISCREPANCIA CON SAUTIÉ
Por Jorge C. Oliva Espinosa

Dueño de un estilo muy personal, impregnado del cristianismo que
profesa y de su innegable amor a la Patria, Félix Sautié nos deleita
con sus "Crónicas Cubanas", las que publica en la revista mexicana
"Por esto". A Sautié lo admiro y respeto como cronista de su tiempo y
como hombre de fe; él ha sabido conjugar creencia religiosa y
militancia marxista en unión armoniosa y pensamiento íntegro; ama a la
humanidad y batalla por su futuro. Muchas veces coincido con sus
agudas observaciones y comparto con frecuencia sus criterios. Sin
embargo, recibí su más reciente crónica titulada "Para comprender lo
que realmente sucede", fechada ayer, 8 de abril y me invade la
impresión, quizás equivocada, de que es él quien no está comprendiendo
lo que sucede. Me baso en las dos últimas oraciones del tercer
párrafo, las que copio textualmente porque llamaron primeramente mi
atención y en ellas centro mi discrepancia:
"Mientras que se plantea que esa Ley de inversión extranjera crea un
conjunto de facilidades para los inversionistas de cualquier país del
mundo incluyendo a los cubanos que han emigrado y excluye a los que
vivimos en el país. Algo realmente muy significativo, porque una vez
más los residentes en el país somos relegados."
Permítame que, respetuosamente discrepe, querido Félix. Aquí no hace
falta relegar a nadie, porque sencillamente nadie ha logrado amasar
las decenas de millones necesarios para las inversiones requeridas.
Dudo que ningún "cuentapropista", ni siquiera el más afortunado, posea
ese capital. Tampoco es probable que tengamos, viviendo entre nosotros
a un Fangul incógnito que haya sabido esconder sus millones para
invertirlos ahora. Y si algún austero funcionario estatal, en su
prolongado desempeño y gracias a una vida monacal, ha logrado reunir
esos ahorritos, es muy difícil que quiera invertirlos aquí y provocar
con ello malintencionadas suspicacias (1).
Como bien usted dice, admirado amigo, la gente que usted ve en su
entorno está agobiada por problemas más cercanos que una ley de
inversión extranjera con la cual no se sienten afectados; que en buen
cubano "ni les va, ni les viene". Esos ciudadanos comunes, los de
Centro Habana y los de cualquier barrio, viven al día, tratando de
sobrevivir, de inventarla cada mañana; ya sea para apuntalar el techo,
ya para abastecerse de agua o para "conseguir" la esquiva papa o
cualquier condumio sustituto; la inmensa mayoría se enfrenta al
problema insoluble de conjugar el costo de la vida con el salario, en
un país donde "el número no juega con el billete". Eso es lo que
realmente sucede y lo que hay que comprender.
Termino mi pequeña discrepancia, tomando su estilo para reiterarle
"que así pienso y escribo, con mis respetos para la opinión diferente
y sin querer ofender a nadie en particular" y menos a Usted a quien
aprecio y tengo como amigo.

Desde Regla,
Ayer, "La Sierra Chiquita"; ayer, hoy siempre, bastión de rebelde cubanía.
Abril 9 de 2014
(1) Ya traté sobre este tema en mi artículo "La Quinta Columna" de
fecha abril primero; todo parece indicar que Sautié no lo leyó.
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De la Revolución iniciada en 1868 y aún inconclusa, soy hijo; a ella me
debo.

Jorge C. Oliva Espinosa. Cubano, nieto de mambises, sobreviviente.
http://jorgecolivaespinosa.blogspot.com
jorgecoliva@gmail.com

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